Miko necesitaba vacaciones, y volver a sentirse Victoria por un rato. La vicky que no era famosa, la vicky que dormía tranquila, la vicky que caminaba y no existían las cámaras, la vicky que tanto extrañaba. Necesitaba volver al pasado, o cambiar el...
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Mis ojos brillaban ante la vista, estábamos en el balcón de la habitación de hotel de Vicky, había una mesa redonda con un mantel blanco, dos copas de vino y el olor a pasta inundaba mis fosas nasales. Estaba encantada, las estrellas, la noche, la vista a la playa, el aire, Brasil en si, todo era hermoso.
Sentí los brazos de Vicky rodeando mi cintura por atrás, dejó un beso en mi hombro. — Sé que no es el mejor lugar del mundo, sé que si fuera por vos no pisarias el hotel nunca, pero es un detalle que te quiero dar por lo tonta que fui ayer. — Susurró en mi oído.
— Es hermoso todo esto, Victoria. — Dije en voz baja, para no romper la paz que había en el momento. — Gracias. — Terminé y me di vuelta para enredar mis brazos detrás de su nuca, abrazándola. Ella me apretó un poco más y aspire su olor. Era riquísimo. — ¿Te bañaste? — Pregunté divertida, separándome del abrazo.
Ella me golpeó el hombro juguetonamente. — Tonta.
— No posta ¿Que perfume usas? — Pregunté fuerte, ella fue hasta la mini cocina de la habitación y yo la espere afuera.
— Uno de Versace, Eros Flame es. — Me devolvió el grito desde adentro.
Yo estaba sorprendida, ese tipo de perfumes y más de ese tipo de marcas eran carísimos. — Oh. — Solté sin más. Me resultaba raro, o Victoria robaba bancos o vendía droga. I don't know.
Vicky volvió al balcón ahora con los platos llenos. Nos sentamos, empezamos a comer y a hablar de la vida. La mezcla de vino y la cerveza de esta tarde con Ana estaba haciéndome sentir un poquito de náuseas, pero tranqui.
— Vicky... — Ella chisto con la boca y me dió permiso de seguir hablando. — ¿Cómo se tomaron tus papás el tema de tu sexualidad? — Pregunté.
Ella suspiro. Estábamos sentadas mirando en dirección a la playa, cuando terminamos de comer entramos la mesa para tener más espacio. — Fue algo duro diría yo, mi familia es muy religiosa, me acuerdo que mamá lloró esa noche, papá estaba shock. — Rió un poquito. — Por un tiempo me hicieron creer que era algo malo, me llevaban a la iglesia, con el padre y demás, cuando crecí me fui dando cuenta que no, que no estaba mal tener sentimientos hacia una jeva, que era algo normal. Fue un proceso para todos, yo me estaba conociendo y conociendo mis gustos, y mis papás estaban conociendo mi mundo, aprendiendo. — Sonrió y me miró. — Al día de hoy, es algo normal ya hablar de mi sexualidad o mis gustos en la casa. Ellos me aceptaron. Estoy agradecida con eso.
— Debe ser lindo sentimiento tener el apoyo de tus padres. — Solté con una molestia en en pecho. Ella me miró y sonrió de costado, me tiró de la mano haciendo que me pare de la silla y me acomodó sobre sus muslos.
— Al final del día, ellos son nuestros padres, siempre van a estar ahí. — Dijo susurrando cerca de mi.
— Eso no funciona en mi caso. Pero ya no me importa tanto. — Dije besando su mejilla. — Otra cosa Vico, no estaba enojada, solo que me pareció tóxico tu comportamiento ayer. — Dije ahora mirándola a los ojos.
