𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑.𝟐: 𝐃𝐈𝐀 𝐘 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐒𝐀

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𝐃𝐈𝐀 𝐘 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐒𝐀

𝐃𝐈𝐀 𝐘 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐒𝐀

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— Y... ¿Qué te dijo? — Pregunta Ana desde atrás del mostrador.

Yo me pongo a su lado y agarro mis cosas: — Me despidió.

— ¿Qué? ¿Tan terrible fue? — Se exalta ella.

— Y es entendible, hace una semana que no me aparezco por acá y sin motivos. — Dije.

— Si, pero me parece un poco exagerado...

Interrumpí: — No, tampoco es la primera vez. Está bien, solo tengo que buscar un nuevo empleo. — Me saco la remera del lugar y me pongo una mía que tenía en la mochila. — Chau Ana, después hablamos.

Me despedí de ella e intenté salir, pero su voz me frenó.

— Biann... ¿Estás bien?

La pregunta sonó tan irreal ¿Estaba bien? Hoy es más fácil mentirle.

— Si, solo un poco enojada.

— Mm, entiendo.

Quedamos unos segundos en silencio. Me gire caminando hacia atrás, llegando a la puerta pero aún mirándola.

— Ana.

— ¿Qué?

— No iré a España, perdón.

Salí rápidamente antes de que ella pudiera frenarme, España era algo tan irreal en estos momentos. Siempre me faltó plata, hoy y mañana seguro más. Ya no tenía empleo y ni siquiera estudiaba.

Fracasada.

Sentí un nudo en mi garganta, y respirar era un reto. Me senté en nuestra roca, mire al mar tan atentamente y sentí paz pero aun así no pude evitar prender un porro, el quinto en la semana. Ya no era normal.

La playa solía calmarme cuando me sentía sofocada, pero ahora estoy vacía y no encuentro nada que me llene. Lo único que pasaba por mi mente era el pensamiento constante De que le daría a mi viejo, si apenas podia mantenerme a mi misma.

Al final el mar no cumplió con su deber, y junto a mi habían decenas de lágrimas desechadas.

¿Por qué es tan difícil?

Mi día se baso en estar sentada en una roca sin comida, así que mi estómago me pasaba factura, estaba muerta de hambre. Estaba anocheciendo.

Camine rápidamente hasta el centro de la ciudad, pasos apresurados tratando de recordar las calles, no solía frecuentar está zona. Las luces de las veredas comenzaban a prenderse y los restaurantes empezaban a llenarse.

Frené frente uno en particular, si tenía suerte, la encontraría a ella. Entre despacio, buscándola con la mirada. Sentí vergüenza cuando la campana del lugar sonó y las miradas de algunas personas se dirigieron a mi. Supongo que mi aspecto no es muy bueno, últimamente no tanto.

~ 𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐋𝐈𝐄𝐒 ~ 𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆 𝐌𝐈𝐊𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora