Miko necesitaba vacaciones, y volver a sentirse Victoria por un rato. La vicky que no era famosa, la vicky que dormía tranquila, la vicky que caminaba y no existían las cámaras, la vicky que tanto extrañaba. Necesitaba volver al pasado, o cambiar el...
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El lugar que eligió Bianca era perfecto ante los ojos de su acompañante, la vista daba directamente hacia la playa, las olas azules dónde se veía el reflejo de un sol perfectamente brillante. Los niños corriendo y jugando en la marea, vendedores junto a sus carritos caminando, otros cantaban y muchas lindas chicas tomando sol en sus reposeras.
Victoria admiraba las vistas, sus ojos brillaban al igual que cuando se paraba en un escenario frente a todos aquellos que la admiraban, la pequeña diferencia eran los latidos de su corazón. Cuando se paraba en un escenario su corazón se llenaba de esa adrenalina, frente al mar y a la morocha encontró paz.
Se giró cuando sintió una risita a su lado, y mirando a la morena se preguntó:
¿En serio no sabe quién soy?
Y en ese momento se dió cuenta que la morena la trataba como Vicky, como Victoria. No como Young Miko, la cantante puertorriqueña que sonaba en distintas partes del mundo. Se sintió ella misma después de tanto tiempo, se sintió en paz.
— Vic, te pregunté que querías almorzar. — Bianca Interrumpió sus pensamientos y la nombrada le sonrió. — Lindas vistas ¿No?
— Si, muy lindas. — Dijo la puertorriqueña, aunque a diferencia de Bianca, ella la miraba mientras respondía.
— La especialidad de este restaurante son los mariscos, si te copas pedimos una tabla para dos. — Soltó cambiando de tema.
— Si. Estoy a tus manos. — Dijo Victoria con un deje de atrevimiento y diversión. Bianca sonrió ante esto.
— Es bueno saberlo.
El mesero llegó y tomó la orden. Victoria se encontraba por primera vez nerviosa ante una salida con una jeva. Para ella, estar con Bianca, ahí, almorzando juntas frente a la playa se podía convertir en uno de sus pasatiempos favoritos.
Se atrevió a preguntar: — Bian ¿Te puedo preguntar algo?
— Si, obvio cariño. Con confianza. — Los ojos de Bianca penetraban con curiosidad los de Vicky, poniéndola más nerviosa todavía.
— ¿En calidad de qué está salida? — La risita de Bianca la puso ansiosa y sintió que la pregunta estuvo fuera de lugar, y comenzó a disculparse. — Perdón, no tuve que confundir nada.
— No, tranqui. No confundiste nada, linda. Yo diría que nos podemos ver seguido, conocernos. — Elevó sus hombros. Y Victoria sintió un hormigueo en su vientre.
