Miko necesitaba vacaciones, y volver a sentirse Victoria por un rato. La vicky que no era famosa, la vicky que dormía tranquila, la vicky que caminaba y no existían las cámaras, la vicky que tanto extrañaba. Necesitaba volver al pasado, o cambiar el...
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La cena fue incomoda para mi, Macarena no mencionó que, ademas de sus padres, iban a estar sus hermanos, sus tíos, sus primos, sus primas, su abuela y su abuelo.
Digamos que por esa parte de la familia mencionada no soy muy querida. Me sentí atacada la mayor parte de la noche. No fueron comentarios directos, fueron indirectas. Cada una de ellas fuera de lugar.
Macarena parecía entretenida con sus sobrinos que ni me moleste en decirle lo incomoda que me sentía. Ella tendría que saberlo, si nunca me agradó estar con su familia.
Pero ahora íbamos en el auto de ella, en un silencio tortuoso. Ella comenzaba a suponer que algo me pasaba.
— ¿Pasa al...? — Fue interrumpida por mi.
— ¿Por qué no me dijiste que iban a estar toda tu familia? — Pregunto seria, recalcando la palabra "toda".
— Sabía que ibas a decir que no.
— ¡Por eso mismo tuviste que haberlo dicho! — Me altere.
— ¡Es que no ibas a ir! ¡Y yo te quería a mi lado! — Comenzó a levantar un poco la voz, sin dejar de mirar la carretera, todavía nos quedaba un poco de viaje.
— ¡Obvio no iba a ir! — Ibamos por ruta.
— ¡Por eso, quiero que te incluyas en mi familia!
— ¡Ellos no me incluyen a mi! ¡Siempre haciendo esos comentarios de mierda! Tenías que defenderme o al menos decir algo, la noche no hubiera sido tan mala.
— ¡¿Crees que a mi me gusta estar ahí?!...Si no hubiera sido por mis sobrinos y mis padres yo no pisaba ese lugar.
— ¡No había necesidad de mentirme! — Volví a levantar la voz.
— ¡Bueno perdón! ¡Perdón por querer que mi novia se lleve un poco con mi familia! ¡Perdón! — Soltó mas alterada que antes.
Entre enojo y frustración solté: — No soy tu novia. — Habrá sido mi tono frío, mi falta de tacto y empatía, o el hecho de que cada vez que ella se refería a mi como "su novia" yo no lo negaba; pero sus ojos se separaron de la ruta para mirarme con los ojos llorosos.
Maca siempre tenía los ojos llorosos cuando peleaba, ella odiaba los gritos. Yo ya estaba acostumbrada.
Yo también la mire, con arrepentimiento y lastima.
— ¿Qué....? — Arrancó la pregunta pero la interrumpí.
Mi corazón se paralizó, la garganta se secó por completo y el miedo a que algo malo pasara cuando de reojo ví la luz de otro auto encima se nosotras.
— ¡Maca! — Grite tirándome al volante, pero fue mi mala maniobra la que hizo que el vehículo chocara de frente.
Sentí mi cuerpo golpear fuerte contra algo duro, mi cabeza igual. Trate de abrir los ojos pero el dolor de cuerpo no me dejaba, escuchaba quejidos por parte de Maca.
