Miko necesitaba vacaciones, y volver a sentirse Victoria por un rato. La vicky que no era famosa, la vicky que dormía tranquila, la vicky que caminaba y no existían las cámaras, la vicky que tanto extrañaba. Necesitaba volver al pasado, o cambiar el...
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— Mary por favor no... — Rogaba atrás de mi queridísima amiga y manager, desde la mañana nos encontrábamos en esta situación y ella no parecía querer cambiar de opinión.
— Ya lo he dicho, esa reunión se hace porque se hace. — Sentenció por milésima vez en lo que va del día.
— ¿Siguen peleando por eso? — Preguntó Mauro apenas pisamos el estudio.
— Ella pelea, yo ya dije todo lo que tenía para decir.
— Ella no entiende que puede significar esto para mí. Por favor suspendan ese viaje... O cambien la reunión para la misma fecha pero en otro lugar... — Empecé a dar ideas, pero por el rostro de Mari supe que no había marcha atrás y que no iba a cambiar de opinión fácilmente.
— No María Victoria, lanzamos el anuncio del nuevo álbum att. Y agarramos un avión para Brasil. — Se sentó en una silla frente a una computadora y me dió la espalda.
Brasil... No Brasil no.
— Mauro... — Intenté hablar, pero él me interrumpió.
— Vicky, está vez estoy del lado de Mariana...
— Aleluya.
— ... Además, desde que volviste anduviste dando vueltas con volver a Brasil para aclarar y recuperar a tu jeva, se te da la oportunidad y no quieres. Quien te entiende.
— Es que ahora no se si estoy lista. — Dije despacio, jugueteando con la manga de mi abrigo. Estaba muy nerviosa.
— No tienes que aclarar nada con ella, fue algo de dos semanas y ni se debe acordar de ti, bien por ella. Fuiste una cobarde pero ya no hay vuelta atrás, el drama te lo buscaste tu solita. — Agregó Mariana.
— ¿Todavía sigues enojada?
— Si.
— Pero ya pasaron unos meses, ya no tiene caso seguir enfadada conmigo. — Dije sentándome arriba de una mesa.
— No es cuestión de tiempo. Mi enojo se irá cuando a ti se te despeje la cabeza.
— Mari tiene razón, desde que volviste solo hablas y piensas en Bianca...
Interrumpí a Mauro: — Y gracias a ella tenemos el álbum nuevo.
— Y se lo agradecemos, pero ahora búscate una musa nueva y deja de pensar en ella. Muy seguramente ella ya tenga otra. — Volvió a hablar Mari.
Ese era mi miedo, que ella esté con alguien más, porque soy consciente de que esa persona puede darle más de lo que yo le ofrecí. Le puede dar sinceridad y paz.
Viajar a Brasil no es lo que me atormenta, me asusta la idea de llegar, cruzarme con ella y verla hacer su vida, como si lo que pasó entre nosotras no le afectará tanto como a mi.
