• OBSESIÓN•

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— Yuuji me ama solo a mi... ¿Cierto.?— Satoru preguntaba mientras envolvía en un abrazo el cuerpo del menor... estaba molesto, muy molesto. 

Luego de ver cómo Hiromi, un Alpha de la clase tres, intentaba coquetear con su Omega.

No podía quedarse de brazos cruzados, así que de inmediato interrumpió, solo para mostrarle al peli negro quien era el dueño de ese cachorro.

— Por supuesto, yo solo tengo ojos para Gojo-sempai.— respondió con calma, sintiendo como el albino apartaba un poco sus prendas del cuello para dejar expuesta la marca, esa marca que los unía como pareja más allá de un título.

Hiromi estaba decepcionado y triste a la vez, no podía creer que la locura de Satoru haya sobrepasado el límite. Marcar a un menor estaba prohibido, aunque fuera consensuado o la otra parte tuviera la misma edad.

— Yuuji no necesita a nadie más, solo a mi.— abrió sus brillantes y llamativos ojos azules, solo para maldecirlo con la mirada, no dejaría que nadie le arrebatara al Omega peli rosa, sin importar quien o que fuera.

Por ello acostumbraba usar la manipulación, así mismo lo aislaba del resto para que se concentrara solo en él.

— Gojo-senpai es mi única familia.— al final término por aferrarse al más alto, quien sonreía victorioso.

Su obsesión con Yuuji había escalado niveles sorprendentes, al punto de rechazar a su destinado, cancelar su compromiso arreglado y desafiar a su propia familia, solo para estar a su lado. Estaba dispuesto a renunciar a todo y quitarle lo poco que él tenía, para permanecer juntos.

Como la linda pareja que eran.

El azabache no tuvo más remedio que dar media vuelta y marcharse del lugar cuanto antes, no quería verse involucrado con una pareja tan problemática como podían llegar a serlo ellos dos... si, le gustaba Yuuji, y mucho, pero no se arriesgaría. 

— Así es, Yuuji solo me tiene a mi.— con recelo, lamió la marca que había en el cuello de Itadori, solo para sentir como el cuerpo del menor se estremecía con su tacto, adoraba ser la causa de esas sensaciones en el Omega. 

Constantemente le repetía sus frases, con el propósito de hacerle creer aquello. 

Su familia constaba únicamente de sus dos hermanos mayores... Choso y Sukuna, quienes trabajaban en el extranjero para tratar de darle una vida estable mientras estudiaba, casi no los veía, así que pasaba mucho tiempo solo. 

Al verlo en esa situación, Satoru no pudo desaprovechar la oportunidad de acercarse para tenerlo.

Un lindo y delicioso Omega, carente de afecto... no fue difícil, solo bastaron unas cuantas palabras bonitas y un poco de dinero en obsequios para hacer que cayera ante sus pies. A la primera oportunidad que tuvo, lo llevo a su cama, en donde Yuuji no se negó en ser marcado. 

Veía al peli blanco como su único salvador, a quien le entregaría toda su vida si era necesario.




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— Vamos, Yuuji. Será divertido salir después de la escuela, ahora que tenemos tiempo libre no podemos quedarnos quietos.— Haibara, un senpai, le proponía. 

Con su actitud alegre y divertida era imposible que alguien se negara, sin embargo, no contaba con la presencia de Gojo, quien una vez más intervino en la conversación. 

— Yuuji y yo tenemos cosas que hacer, no tiene tiempo para salir con ustedes.— en un tono seco y cortante hablo, pasando su brazo por detrás del cuello del Omega, buscando alejarlo. 

— Oye, no seas así, tú también puedes venir si es lo que quieres, entre más mejor... ¿No lo crees.?— quiso tomar el hombro del peli rosa para convencerlo, pero sus acciones se vieron interrumpidas por el más alto. 

Quien sujeto de forma violenta su muñeca para detenerlo. 

— Creí haber sido claro... Yuuji no saldrá con ustedes, solo perdería el tiempo con tonterías.— lo soltó.— así que no insistas y vete de una vez por todas, antes de que lo pida por las malas.— su mirada perdida parecía la de un psicópata, asustado, el castaño retrocedió unos pasos. 

— Lo siento, Gojo. No quería molestarlos.— sin más, se fue.   

El Omega guardo silencio un poco más.

— Es hora de irnos.— El más alto tomó las cosas de su pareja y las suyas, con el propósito de salir lo antes posible, le molestaba estar rodeado de tantos Alphas, podía jurar que más de uno estaba interesado en Yuuji, así que no podía permitir que alguien intentara algo estupido. 

Sin medir su fuerza, tomo la muñeca del más bajo, tirando de él.

Bajo la atenta mirada de sus compañeros de clase.

— ¿Qué rayos le sucede.?— Megumi, un Omega de segunda clase se disgustaba por ver el trato que el Alpha peli blanco le daba a su amigo.

— Es un idiota... ¿Cómo puede hacerle eso a quien dice amar.?— hablo de igual forma Nanami, Omega de primera clase.

— Es obvio que se molesto por ver a Yuuji con Haibara.— a las preguntas respondió Geto, ex mejor amigo del Alpha. 

Lo conocía mejor que nadie, podía asegurar que esa era la razón, lo que le extrañaba un poco era la forma en que usaba su fuerza física, en el pasado ni siquiera le gustaba tocar a las personas. 

Su relación se fracturo cuando el Alpha peli negro se entero de la marca impuesta al Omega, con tan solo quince años. Por supuesto que se opuso, traería problemas si alguien más se enteraba de aquello. 

A Satoru no parecía importarle.



— Gojo-senpai, me estas lastimando.— una vez que estuvieron lo suficientemente lejos de la escuela, Yuuji por fin hablo, deteniendo sus pasos para poder hablar. 

Al escucharlo, Satoru imito sus acciones, soltando su agarre y volteando a verlo, su mirada era triste. 

— Lo siento, estaba un poco molesto.— se acerco para envolverlo en un abrazo, mismo que correspondieron. 

— No te preocupes, de cualquier forma tenía planeado rechazarlo... no me agrada estar junto a ellos.— aspiro un poco de ese delicioso aroma, perdiéndose en el tacto. 

Gojo no podía estar más feliz... lo tenía a su merced. 


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Historias Cruzadas  [GoYuu] [One-Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora