• BAJO TIERRA •

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—Debo admitir que fue muy divertido mientras duro.— mencionaba el chico de cabellera blanquecina al cerrar la puerta de la habitación, dentro de aquel hospital.

Acercándose lentamente a la cama donde yacía el chico de mirada dorada, para dejar un enorme ramo de flores blancas sobre su regazo y tomar asiento al borde de la cómoda.

— Pero no puedo dejar que me delates ahora que sabes toda la verdad sobre mí.— comenzó a buscar el arma que momentos antes había guardado entre sus ropas y así pasar desapercibido.

—No se de que me estas hablando.— respondió el chico de cabellos rosados, al mismo tiempo que tomaba asiento correctamente sobre su sitio, sin apartar la mirada de su contrario y tomando lentamente las flores con una de sus manos.

— Ya no necesitas fingir... sabes, por un momento casi lograste engañarme. Pero aquel correo perteneciente a un agente del FBI término por revelar la verdad.— sin ningún tipo de remordimiento levanto el arma y apunto a la cabeza de quien por mucho tiempo fue su prometido.

— Creo que te estas confundiendo de persona, yo no tengo nada que ver con esa agencia.— el menor de los dos se mostraba muy tranquilo frente a esa situación.

No parecía molestarle en lo absoluto.

—Por favor, ambos sabemos que solamente fuiste enviado para infíltrate dentro de la Yakusa y así obtener información de su líder. Lo que dijiste sólo fueron mentiras para ganarte la confianza de todos ahí.— bajo el arma por un momento y observo al más bajo.

— Yo jamás te mentí, mis sentimientos fueron reales. La emoción de casarnos, vivir juntos cuando renunciaras a tu trabajo, adoptar un perro...— mencionaba por lo bajo.— todo lo que dije fue verdad.— creía decir lo correcto... pero ya todo había terminado para él.

— Como tú digas... sus planes terminan aquí, tu no le dirás nada al FBI... creí que causar tu accidente acabaría contigo y esa absurda farsa de amor, pero ahora me doy cuenta que todos mis trabajadores son unos idiotas.— una vez más apunto con el arma a la cabeza del peli rosa. — Después de todo si quieres que algo salga bien... tienes que hacerlo tú mismo.— observó atento como algunas lagrimas descendían por las mejillas del menor, sin hacer algún intento por evitarlo... lo que sorprendió un poco al albino.

¿Cómo era posible qué el mejor agente de Norteamérica se rindieran tan fácilmente ante una situación tan simple?

¿Porqué no les había dicho a sus superiores todo lo que sabía hasta ese día? si mantenía contacto con ellos en todo momento.

Algunas cosas no terminaban de tener sentido para Satoru, pero ya no le importaba. La traición era imperdonable para él y eso se pagaba con la muerte... aun si su corazón le pedía a gritos que se detuviera.


"Te amo"



Fueron las últimas palabras que se pudieron oír en aquella habitación, antes que el sonido de dos disparos alertara a los médicos y enfermeras que se encontraban cerca de aquel frío lugar.







Historias Cruzadas  [GoYuu] [One-Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora