Historias Cruzadas [GoYuu] [One-Shot's]

• INDOMABLE •

— Tu único trabajo será cuidar al heredero del clan Gojō mientras sus padres vuelven del extranjero, así que no lo eches a perder como siempre.— aquel peli negro caminaba hacía la habitación principal dentro de la residencia, compañero por ese joven peli rosa.

Quien se enfrentaba a su primera misión en solitario tras graduarse de la preparatoria de hechicería.

— ¿Por qué tengo qué hacer esto?, se supone qué debo exorcizar maldiciones en sitios embrujados, no ser la niñera de un mimado riquillo.— habló en voz alta esperando que todo terminara lo antes posible para regresar a la escuela.

— Mucho cuidado en como te expresas delante del joven, suele ser muy caprichoso y si algo no le agrada no dudara en hacérselo saber a sus padres.— ambos se detuvieron a mitad del extenso pasillo.

— No le tengo miedo a un mocoso de quince años.— Yūji no quería estar ahí, necesitaba escapar cuánto antes.

—Yo no estaría muy seguro de eso, pues si no le caes bien puede hacer que te ejecuten de inmediato con sólo hacer una llamada.— volteó rápidamente la vista hacía otro lado y recordó la primera vez que él lo conoció.

Era una memoria plasmada en todo su ser.

— Sólo tráelo y acabemos con esto de una vez por todas.— el peli rosa chasqueo la lengua.

Ambos empezaron a caminar nuevamente hasta quedar delante de una enorme puerta.

El contrario obedeció, debían ser rápidos y no hacer esperar más al joven de mirada azulada y cabellera albina, quien aguardaba por ellos.

— Itadori, te presento al joven Satoru, próximo heredero del clan Gojō y a quien tendrás que cuidar las veinticuatro horas del día hasta que sus padres vuelvan.— habló el peli negro mientras mostraba al chico que yacía recostado en el suelo.

— Estoy ansioso porque vayamos al centro comercial, necesito ropa nueva... esta ya se ensucio.— el peli blanco tenía unos aires de grandeza que más que ser temidos eran odiados por el peli rosa de mirada brillante.

— ¿Pero qué demonios estas diciendo?— esa fue la gota que derramo el vaso, prefería morir, antes que pasar un segundo más al lado de ese sujeto.

— Itadori, modera tu lenguaje. Joven Satoru, los dejo para puedan conocerse mejor.— mencionó, dirigiéndose primero a Yūji y luego a Gojō.

Marchándose antes de que ocurriera algo más.

— Bien, ¿Qué esperas.? trae el auto.— en cuestión de segundos había cambiado su mirada apagada y aburrida por una llena de lujuria y rebeldía apenas noto que Geto había desaparecido del lugar.

— No creas que te llevare al estúpido centro comercial sólo porque tu ropa se ensucio... ¡sólo debes lavarla!— el rosado estaba a punto de marcharse cuando sintió un fuerte tirón en su brazo que lo hizo voltear inmediatamente.

A pocos centímetros de su boca se encontraba la del peli blanco, algo que lo hizo quedarse inmóvil. 

Ese dulce aroma a fresas invadió sus fosas nasales, hasta que la voz del contrario lo saco de la nube en que andaba.

— Eso fue una simple excusa, quiero que me lleves al centro nocturno que esta a las afueras de la cuidad.— el más bajo habló y luego se aparto unos cuantos metros, liberando de su agarre al mayor.

Sin apartar su penetrante mirada azul profundo.

Yūji no terminaba de procesar las cosas.

¿Por qué se sentía extrañamente acalorado? ¿Ese sujeto le estaba jugando una broma? ¿Qué sucedería si los descubrían? Y sin pensarlo más, tomó rápidamente la mano del más bajo para llevarlo a donde el quisiera. ¡¿Porqué razón.?!... ni él mismo lo entendía.