• PRIMERA VEZ •

1K 128 4
                                    

— Lamento mucho no poder acompañarte... sabía que es un día muy importante para ti, pero mirame, débil ante un resfriado.— Satoru se disculpame muy apenado por la situación.

La noche anterior volvió tarde del trabajo, sin un abrigo o algo con que cubrirse de la nieve, como una sombrilla, terminó con la rompa empapada y una fiebre terrible que no le permitió dormir en toda la noche.
Creyó que algo de medicina y unas cuantas horas de sueño serían suficientes para reponerse y estar al cien.

Pero no fue así.

— No se preocupe, sensei. Puedo ir solo.— respondió con tranquilidad.

Se sentía un poco herido, pero no podía culpar al mayor por sus defensas bajas. En su ceremonia de clausura, daba por terminada su carrera en la escuela media, lo que le convertía en un adulto chiquito.

Pero no tenía a nadie más que lo acompañara, así que solo iría para hacer un acto de presencia y luego volver.

— No tendrías por que hacerlo... se supone que debes ir acompañado por tu familia.— al ver sus ojos tristes, tomó una decisión.— Así que iremos juntos.— con un movimiento rápido se puso de pie... pero debido a la fiebre, su equilibrio falló.

— Sensei, no haga eso. Es peligroso que salga así, será mejor que se quede en cama, descansando.— se aproximó a toda prisa, sosteniendolo del brazo y ayudándole a volver arriba.

— Pero Yuuji...— fue silenciado.

— "Pero" nada, sensei. Usted se queda aquí, he dicho.— aun si era un Omega joven, tenía todo el carácter de un Alpha.
Con su semblante serio y una sola orden, Satoru no tuvo más opción que obedecer al verlo así.

— Te prometo que lo compensare más tarde.— cubrio su cuerpo con las sábanas, maldiciendo en su interior por ser tan descuidado.

— De acuerdo, será mejor que me vaya.— se acercó al rostro del mayor para depositar un beso en su frente.— Volveré pronto.— se alejó, saliendo de la habitación.

Gojo suspiro cansado, su piel ardía por culpa de la fiebre, sentía su cabeza dar vueltas y no supo en que momento cayó profundamente dormido.
Hasta que alguien se coló debajo de las telas, terminando a su lado.

— Yuuji... ¿Eres tú?— cuestionó con algo de duda, al abrir un poco sus brillantes ojos azules y observar esa rosada cabellera que conocía muy bien.— ¿Qué haces aquí? Creí que irías a la ceremonia.— sin dudar enredo sus brazos en la cintura ajena.

Dándose cuenta de que no era un sueño.

— Regrese hace poco... — lo que para Yuuji fueron tres horas muy largas, para Satoru solo fueron cinco minutos. Al no tener noción del tiempo, su espera fue muy corta.

— Lamento que hayas estado solo.— por milésima vez en el día se disculpaba con el menor.

Incluso si se habían pasado las últimas semanas planeando algo para después del evento, ahora se encontraban recostados sobre la cama, sin nada mejor que hacer, que dormir abrazados.

— No estuve solo... Nanami fue conmigo.— cuando el rubio se enteró que Satoru estaba enfermo, primero lo llamó estúpido, y después se ofreció a ser el nuevo acompañante de Yuuji, siendo su mentor por un corto tiempo, le tomó cariño.— Kugisaki y Fushiguro también estuvieron ahí.— sus amigos de la escuela... quienes lo querían y él apreciaba mucho.— Desearía que tú también hubieras ido conmigo.— susurro por lo bajo.

Continuaba un poco triste.

Al escuchar eso, Satoru se golpeo internamente... les agradecería a los demás en otra ocasión, pero ahora, su prioridad era el Omega peli rosa.

Y como muestra de su arrepentimiento, no le compraría objetos costosos y ropa extravagante, tampoco lo llevaría de viaje a lugares lejanos, ni mucho menos lo dejaría pasar con unas simples palabras.
En cambio, le daría algo mejor, que alguien para la edad de Yuuji jamás habria conocido, solo aquellas parejas que ya tienen un vínculo.

Gojo comenzo a ronronear... abrazándose y restregando su cuerpo contra el de Itadori para calmar a su Omega.

Por primera vez en su vida, Yuuji estaba experimentando aquello, sintiendo su vientre revoloteando de emoción, sus mejillas tomaron un ligero sonrojo y su corazón obtuvo la tranquilidad que tanto buscaba.

No eran una pareja formal, Satoru esperaba con ansias el momento en que su pequeño Omega tuviera la edad necesaria para hacerlo, por el momento se encargaba de cuidarlo y darle todo lo necesario para llevar una vida tranquila, luego de la pérdida de su abuelo.

Su ronroneo era tan intenso, que el chico de brillantes ojos color miel comenzo a hacerlo también... no sabía cómo, ni el por qué, sus instintos actuaban solos. Con una marca inexistente, era posible hacerlo gracias al tiempo que llevaban juntos.

Esa tarde, sus ronroneos se unieron por primera vez en una tierna melodía que compartían, como una muestra del amor verdadero que sentían el uno por el otro.





























🌸 " Melodías del corazón "  [GoYuu]    [Omegaverse] 🌸

✨ Parte única ✨

Historias Cruzadas  [GoYuu] [One-Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora