Historias Cruzadas [GoYuu] [One-Shot's]

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Gojo estaba inquieto, desde hacia un rato su marca en el cuello no dejaba de dolor, incluso si se encontraba en medio de una misión no lograba concentrarse.

Algo le estaba pasando a Yuuji y quería volver cuanto antes para averiguar qué era.

Aquella marca que compartían Alpha y Omega no sólo funcionaba para enlazarlos y demostrarse amor mutuo, también ayudaba a transmitir emociones y sentimientos, justo como ahora.

Al principió era un poco difícil de entender, lo que le sucedía a Satoru en ese preciso momento.

— Suguru, te encargó el resto.— dijo antes de salir a toda prisa. Ni siquiera tuvo tiempo para escuchar como el peli negro lo maldecía a lo lejos.

Sabía que no le costaría trabajo, así que se marcharía, incluso estaba dispuesto a realizar el peleó por Geto más tarde.

Pero en casa la historia era diferente.

Esa mañana, cuando Yuuji se disponía a salir para cumplir con su deber, el calor en la parte baja de su cuerpo le hizo darse cuenta de que no era buena idea abandonar el lugar... solo un par de horas después ya se encontraba entrando en celo.

Al no tener a su Alpha con él, opto por su segunda opción... el nido.

Un lugar cómodo y seguro para un Omega, elaborado con las prendas de su pareja para llenar el vacío que había, no era lo mismo, pero funcionaba temporalmente.

Como pudo, se puso de pie y camino hasta el armario que compartían, saco toda la ropa de Gojo y la llevo consigo hasta la cama solo para recortarse sobre ella y aspirar ese delicioso aroma que tanto le encantaba.

Su mente divaga, pero esa pregunta seguía presente.

¿Por qué.?

Su ciclo de celo se adelantó de forma inexplicable... tenía las fechas marcadas en el calendario, no podía ser un error, algo estaba mal.

En ese momento la puerta fue abierta de golpe, solo para que Satoru se encontrará con una escena que le tranquilizo el corazón y avivó su libido.

— No es nada de que preocuparse, el cuerpo de Itadori solo se está acostumbrando al cambio que representa una marca.— hablo Shoko en un tono muy tranquilo.

A la mañana siguiente no perdieron el tiempo, apenas salió el sol, Gojo tomó entre brazos a Yuuji para llevarlo al médico.

— Eso es un alivio.— Satoru respiro aliviado, no pudo dormir en toda la noche por la preocupación.

— ¿Es normal que mi ciclo de celo se adelante y solo dure un par de horas.?— el Omega rosado aún tenía dudas.

Así que perdió el miedo y preguntó.

— Bueno, acabas de unirte a un Alpha... en el orden natural de un segundo género, lo siguiente sería aparearse, es por ello que tu Omega inconscientemente llama a su pareja para hacerlo.— no titubeo al hablarle, era la verdad después de todo.

— Eso quiere decir... —Gojo no terminó de hablar.

— Que será mejor usar protección en todo momento, así como un supresor Alpha para ti.— señalo molesta. — si piensan pasar juntos ese tiempo, deben ser responsables.— no dejaba de observar al más alto. — Tú ya eres un hombre adulto... pero Yuuji apenas esta entrando a sus veinte, es un niño todavia.— golpeo la mesa.

— Señorita Ieri.— Itadori estaba a punto de intervenir, pero no pudo, la pelea entre adultos lo superaba.

— ¿Estas insinuando algo.?— no se dejó amedrentar.

La castaña suspiro.

— Escucha... aun hay tiempo para llevar las cosas con calma. No hagan algo estupido, aunque ya sean una pareja enlazada y estén pensando en casarse en algún momento, es mejor que vivan un poco más sin una responsabilidad tan grande como esa sobre sus hombros.— encendía su cigarrillo. — Tener un hijo absorbe todo de ustedes, así que tenganlo en mente.— abrió el cajón de su escritorio y sacó una caja médica.

— Quién diría que serías tan sería en temas como estos.— el albino se burlaba un poco.

— Es mi deber, como médico personal de ambos.— entregó el medicamento a manos de Yuuji. —Esto es para tí, si vuelve a pasar y Gojo no está contigo, toma una píldora, te dará el tiempo suficiente para volver a casa y contactarlo.— explicaba con calma.

— ¿No son supresores Omega.?— al leer la etiqueta desconoció el producto.

— Solo es un derivado, lo mejor es dejar que pase de forma natural, ya sea solo o acompañado, si utilizas supresores de forma constante ahora que estas enlazado, tu organismo se acostumbrara a ello y cuando llegue el momento en que realmente quieran tener un bebé, no será posible o te costará mucho trabajo.— seguido a ello buscaba abrir el cajón del otro lado. —Incluso si tu Alpha es alguien del clan Gojo.— lo encontró.

Decía eso pues el más alto de los tres era un Alpha dominante de buena familia y linaje puro.

— Esto es... — ahora era Satoru quien recibía el objeto.

— Supresores Alpha, en tu caso no representa un riesgo. Toma dos cápsulas antes de tener relaciones con Yuuji.— debían tomar precauciones. — Será mejor que uno de los dos se mantenga conciente durante esos momentos.— terminó de hablar.

El Omega peli rosa y el Alpha albino se miraron por unos segundos.

— De acuerdo, lo haré.— pensaba seriamente en lo que decía su amiga y tenía razón.

Yuuji aún era muy joven para tener hijos, incluso si querían lo mejor sería esperar, con la marca impuesta, sabía que no habría problemas.

— Bien, Yuuji. Si sucede algo más fuera de lo normal no dudes en llamarme.— los tres se pusieron de pie.

Se despidieron y luego de unos minutos salieron de ahí. Caminando por las calles ninguno sabía cómo iniciar la charla, hasta que Gojo tuvo el valor.

— ¿Quieres dar una vuelta por el parque.?— era un buen día, creía que eso sería agradable.

— Claro, porque no.— tomó su mano y le indicó el camino como si de un niño pequeño se tratase.

Ya estando ahí, buscaron asiento en una den las bancas, recibiendo la brisa fresca de la mañana.

— Creí que daríamos una vuelta.— Yuuji hablo.

— Primero me gustaría hablar contigo.— soltó Satoru.

— Profesor Gojo, no hay nada de que hablar... supongo que ambos entendemos perfectamente la situación y es lo mejor.— tomó sus manos nuevamente.— seguiré aquí cuando el momento adecuado llegue.— sonreía.

— Yuuji.— tenía planeado ser el adulto de la relación por una vez en su vida, pero una vez más el Omega lo domino.

Incluso planeó un discurso para consolarlo.

— No lo piense mucho y dejemos que las cosas sigan su curso... tal y como están.— salto a sus brazos.

Satoru estaba al borde de las lágrimas.

Se dejó hacer, incluso si debía esperar un siglo completo, lo haría hasta que Itadori se sintiera seguro de dar el siguiente paso.

Podía sentirlo a través de la marca, tenía miedo, pero ahí estaba él, para darle la seguridad que tanto necesitaba.

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