En Busca De Tus Latidos

Capítulo 11

╰┈➤ ❝ [Buscando Verdades] ❞

Jamás creí que despertarme sin el calor de Mattheo podría importarme pero es que lo primero que hago cuando abro los ojos es buscar su cuerpo entre las sábanas sin éxito alguno.

Me levanto sin ánimos de irme, es por eso que decidí hacer tiempo en el baño con la esperanza de que Mattheo llegue en cualquier momento. Abro la puerta cabizbaja hasta acomodarme en el lavamanos, es entonces que me tomo el tiempo de mirarme en el espejo; tengo el pelo alborotado y los ojos hinchados por haber llorado.

-Mattheo, ¿Me pasas el...? -Una voz toma protagonismo en el baño, me giro de inmediato hacía ella y me traumatizo al ver a Draco desnudo debajo de la ducha -¡¿Qué mierda estás haciendo acá, Snape?!

No digo nada, es como si mi cerebro hiciera cortocircuito provocando que me olvide de cómo hablar. La única reacción que tengo es la de correr hacia afuera para cerrarla detrás de mí dejando a Draco solo.

-¡¿Por qué no se escucha la ducha?! -Es lo primero que puedo conjugar, desearía poder eliminar la imagen mental.

-¡¡No me gusta escuchar el ruido del agua cuando cae!! -Sus gritos se escuchan más lejanos de lo que realmente están -¡¿No pensaste en tocar?!

-¡¡Como no había ruidos pensé que estaba sola!!

-¡¡Olvida lo que viste antes de que yo mismo te borre la memoria!!

Decido ignorarlo, lo que menos necesito es pelear otra vez con él después de lo de anoche. Sigo reprochandome mentalmente por mi falta de control aunque sé que fue un malentendido, sé que él no lo ve de esa forma.

Vuelvo a meterme entre las frazadas y hundo mi cara en la almohada, la colonia de Mattheo está impregnada en las telas me permite creer que es a él a quién abrazo. Es raro estar rodeada por su olor aunque no me incomoda, en realidad me ayuda a relajarme después de lo que acaba de pasar.

Estoy al borde de volver a dormir cuando la puerta del baño se abre dejando ver a Draco vestido y peinado, gracias a la mala jugada del destino quedaré traumada de por vida.

-¿Podemos hablar?

-No tenemos nada que hablar -Lo veo caminar hacia la puerta por lo que me desespero y tomo mi varita para lanzar un conjuro que bloquee la puerta -¿Es enserio?

-Dame solo cinco minutos -Me mira sin decir nada, camina hasta su cama y se sienta expectante -Quiero pedirte una disculpa por lo de ayer.

-¿Sabes? No quiero hacer esto, abre la puerta.

Vuelve a ponerse de pie para acercarse hasta la puerta, me gustaría interponerme en su camino pero después de anoche no sé qué tan bien podría salir eso.

-No debí haber reaccionado de esa manera, realmente lo siento.

-Tú no eres la que debe disculparse -Lo escucho murmurar dándome la espalda -El que tiene que hacerlo soy yo.