Capítulo 40

303 19 0
                                    

╰┈➤ ❝ [Los Sagrados 28] ❞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

╰┈➤ ❝ [Los Sagrados 28] ❞

Las siguientes semanas se vuelven una tortura.

Tardaron un día en notar la ausencia de Ron en las clases.

A cada lugar que vayas, en cada maldita pared hay una foto con su rostro indicando su desaparición.

Si las cosas hubieran termino ahí, estaríamos bien.

Pero tener a Umbridge pisando nuestros talones lo único que hace es empeorar la situación. 

-El ministerio no ha publicado nada sobre la desaparición -Dice Mattheo entrando en mi habitación -¿Puedes imaginar por qué?

En cuanto cierra la puerta detrás de sí se descalza y camina hasta llegar a la cama, su rostro está envuelto en un cansancio abrumador. Ambos lo estamos.

-Porque nadie tendría motivos para sacárselo de encima. 

-Mi padre es el único con motivos para hacerlo -Se recuesta a mi lado sin despegar la mirada de mi rostro, quiero mantenerme centrada y focalizarme en él pero se me hace imposible -Y tanto el ministerio como Umbridge creen que el regreso de mi padre es un mito creado por Harry Potter para enloquecer a la escuela. 

-Eso quiere decir que piensan que se ha escapado.

-Exacto, creen que salió por el fin de semana sin avisar -Da un pequeño impulso para quedar frente a frente, por primera vez en muchos días veo paz en su sonrisa,

-Está estrictamente prohibido salir del colegio sin una autorización, ¿De verdad creen que él haría algo así? 

-En segundo año robó el auto volador de su padre junto a sus hermanos para ir a buscar a Potter, es esperable que haya rompido una regla -Bufa lo suficiente molesto por mi respuesta -El punto que podemos quedarnos tranquilos. 

Una risa seca se me escapa y gracias a ella recibo una mirada fulminante de su parte, no tarda en alejarse lo suficiente como para poder centrar su atención. 

-¿Hasta cuando estaremos tranquilos?, ¿Hasta que comprueben que no regresará? -Niego con la cabeza incorporándome hasta quedar sentada de manera adecuada -¿Cómo pueden llevarlo tan fríamente? 

-No es la primera vez que me toca esconder un cuerpo, pecas -No puedo evitar girar mi rostro hasta encontrarme con sus ojos inexpresivos, en cuanto nota mi sorpresa intenta disimular su cansancio -No sabes cuáles son las misiones que mi padre me encarga. 

Y tiene razón, no sé absolutamente nada. 

Por mucho que quiera apoyarlo jamás lograre hacerlo de la forma en que lo necesita porque no tengo ni puta idea de cuáles son las responsabilidades que tiene como mortífago.

-¿Puedo verla otra vez? -Pregunta demasiado bajo, estoy segura de que no me escucho hasta que lo veo asentir con la cabeza para luego dejar al descubierto su brazo. 

En Busca De Tus LatidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora