Prólogo

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—¿Es cierto el rumor? Lily y James Potter, están... muertos —preguntó la profesora McGonagall, con temor de conocer la triste respuesta.

El profesor Dumbledore solo se limitó a afirmar con la cabeza.

—Lily... James... No puede ser cierto Albus...

Dumbledore se acercó para brindarle un abrazo reconfortante a la Profesora McGonagall, aunque parecía que el abrazo también lo necesitaba el.

—Tome —Dumbledore le brindó un pañuelo del mismo color que si túnica, púrpura.

—Gracias. Dicen también los rumores que intentó asesinar al hijo más pequeño, Harry. Pero no lo logró. Nadie sabe el por qué o el cómo, pero dicen que, al no poder matar al niño, el poder de Voldemort se esfumó, y que ese es el motivo por el cual él se fue.

Dumbledore asintió con la cabeza.

—Después de todas las atrocidades que cometió y todas aquellas personas a las cuales les arrebato la vida... ¿No pudo matar a un niño? Todas las cosas que podían detenerlo... Pero ¿cómo pudo sobrevivir Harry? —dijo McGonagall.

—Solo podemos hacer teorías —dijo Dumbledore—. Quizá nunca sabremos el motivo.

—La hija mayor de los Potter; Ivy. Dicen que ella también sigue con vida —dijo McGonagall mientras utilizaba el pañuelo de Dumbledore para limpiar alrededor de sus ojos.

—Si, al parecer la pequeña Ivy se escondió por la casa. Pero Arthur Weasley la encontró —asintió Dumbledore mientras revisaba su extraño reloj—. De hecho, Hagrid se retrasa. Fue él quien le dijo que me podría encontrar aquí, ¿cierto?

—Correcto y yo puedo adivinar que no me dirá el por qué entre tantos lugares, usted vino a este peculiar lugar.

—He venido a dejar a Harry con los Dursley. Es la única familia que le queda —Explicó Dumbledore.

—¡No puede dejar a esos niños con esa familia!, los observe todo el día y son una familia de arrogantes y es más que notorio que aborrecen cualquier cosa que sus mentes no puedan entender, como lo es la magia —dijo McGonagall exaltada—. También note que su hijo pequeño es un chiflado, él le lanzaba objetos a su madre y también le daba patadas. ¡Ivy y Harry Potter no merecen vivir allí!

—Es el mejor lugar para Harry —dijo Dumbledore con calma, mientras se metía la mano a su bolsillo derecho—. Les dejaré una carta a sus tíos y ellos le explicaran a Harry cuando sea mayor.

—¿Una carta? —repitió con cierto enojo la profesora—. Dumbledore ¿Usted cree que pueda explicar todo en una...? Un momento... ¿Solo Harry vivirá con los Dursley? ¿Qué pasará con la niña, Ivy? ¿La separará de su hermano?

—Me temo que sí. Usted notó de qué clase de personas son. Dudo mucho que acepten a la pequeña Ivy. Pero es primordial que Harry este con su tía Petunia, hasta que sea mayor de edad.

—¿A dónde mandara a la pequeña Ivy? —pregunto angustiada McGonagall.

—Una vieja amiga tiene un orfanato, confío en que ella le dará una buena acogida, la niña lo necesita. Ella a diferencia de Harry, recordará con más claridad los sucesos ocurridos hace unas horas. Y necesita todo el consuelo posible.

—Dumbledore insisto, una carta no puede explicar la complejidad de este suceso. El apellido Potter será famoso por sí solo. Todos sabrán quién es Harry Potter —dijo McGonagall mientras señalaba el sobre que tenía Dumbledore en la mano.

—Exactamente, el niño será famoso por algo que posible dentro de unos años no recuerde, será suficiente para que se sienta abrumado. Es mejor que sepa todo esto cuando sea lo suficientemente mayor para que pueda asimilarlo y estoy seguro de que Ivy le ayudaría a hacerlo —explicó Dumbledore.

La profesora McGonagall estaba lista para una réplica, pero, un estruendo la interrumpió. Ambos profesores buscaron lo que provocó el ruido. Buscando alguna luz o algo que les indicara de donde venia aquel ruido. El ruido se fue haciendo más intenso. Ambos giraron sus cabezas al cielo y pudieron distinguir una moto con un conductor bastante grande. La moto descendió y el gran hombre también.

—Hagrid. Por fin llegaste —dijo Dumbledore aliviado—. ¿Tuviste algún inconveniente en el camino?

—No profesor, el niño se quedó dormido cuando volamos sobre Bristol.

—¿Dónde conseguiste esa moto? —preguntó la Profesora McGonagall mientas le daba una mirada curiosa al vehículo.

—Me han prestado profesora, el joven Sirius Back —dijo Hagrid mientras le pasaba el bebé al profesor Dumbledore
McGonagall ayudo al profesor a acomodar las mantas para observar bien el rostro del bebé.

—¡No puede ser Dumbledore! —exclamó McGonagall, ya que había visto la cicatriz en forma de rayo que tenía el bebé en la frente.

—Baja la voz Minerva, lo despertaras —susurro Dumbledore—. ¿Arthur llevo a Ivy con Madame Moore?

—Si profesor. La niña no dejaba de llorar y no quería salir de su escondite. Solo salió cuando vio que Arthur tenia a Harry en brazos. Pero salió a darle patadas por cargar a su hermanito —dijo Hagrid con tristeza.

—Pobre niña... —lamento McGonagall

—Si tardamos alrededor de 1 hora en que la niña confiara en nosotros—dijo Hagrid.

—Ha sido una noche muy dura para ella, Madame Moore sabrá como ayudarla —dijo Dumbledore, consolando a Hagrid y McGonagall—. Si me permiten lo dejaré por aquí.

Dumbledore se dirigió a la casa de los Dursley para dejar al pequeño en el umbral junto con la carta.

—¿Me permite despedirme del niño? —pregunto Hagrid apenado, y tratando de reprimir las lágrimas de sus ojos.

—Claro Hagrid, pero recuerda que no es una despedida —le recordó Dumbledore—. En su debido tiempo, tendremos a Ivy y Harry Potter en Hogwarts.

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Nota de autor:

Holis de nuevo, bueno este fue el prólogo, si te gusto no olvides hacérmelo saber.

Si notaste algún error ortográfico porfavor dimeee

Nos vemos luego.

Adioooo

What if... Ivy Potter? | Oliver Wood [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora