»VIEJO BABOSO Y RIDÍCULO«

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Rosemary

Me saqué la ropa y me metí al agua fría, enjuagando cada parte de mi cuerpo. Aún no estaba completamente despierta y es que había dormido muy bien, demasiado bien para ser saludable.

–Estúpida, estúpida, estúpida– Susurré para mí negando con la cabeza.

Me regañaba por haber hecho eso. ¿En qué pensaba? Cielos... Yo solita me rompería el corazón... Otra vez.

Esa sensación que oprimía mi pecho era cada vez más fuerte, tenía miedo. Tenía miedo de que Sanji se volviera algo necesario para mí y me doliera partir. Podría quedarme más tiempo, no sé cuánto pero podría convencer a mis amigos... ¡Vamos! Aunque lo hiciera ¿Qué podría ofrecerle yo a ese rubio amable, divertido, atento y super guapo cocinero?

Nada.

Oye Sanji, ten este obsequio, lo conseguí de las manos de un pirata muerto a quien le corté el cuello... O aunque pudiera darle algo no material ¿Qué sería? En mí no había ni bondad, ni amabilidad, inteligencia, gracia o... Talento para algo... Por eso mi padre me abandonó, por eso mi mamá se fue.

Me puse a llorar.

Narrador

Sanji se bañó, se cambió y salió a la cocina viendo cómo otros tres de sus compañeros cocineros llegaban a trabajar, algunos con una mano vendada, otro con un cabestrillo.

–¿Descansaron bien?– Preguntó Sanji con diversión mientras pasaba a lavarse las manos– Lo que uno hace con tal de no trabajar.
–Ese sartenazo no te quitó lo cómico ¿Eh?– Contestó otro de sus compañeros, el que tenía una venda en la cabeza.
–Al menos yo aguanto un sartenazo– Se rió el rubio, otros de sus compañeros hicieron lo mismo.
–Llegas tarde– Lo regañó Zeff, casi instantáneamente entró la pelinegra amarrando el pañuelo de Sanji en su cabeza– Tu también, Morgan.
–¿Yo también qué?– Preguntó ella levantando la cara y viendo a los otros.

El grupo nuevo de cocineros la miró, se veían pálidos, entre asustados y enojados.

–Recordarán a la señorita Morgan– Habló Zeff viendo a la chica.

Los cocineros tomaban cuchillos o tenedores disimuladamente por si debían defenderse.

–Si, la recordamos bien– Dijo uno de los jóvenes, uno con ojos rasgados, aquel que le había preguntado si estaba perdida, ahora tenía una venda en la mano.
–Es nuestra mesera de aquí hasta que todos se recuperen, les ayudará– Explicó el Cheff viendo cómo todos parecían enojados– No quiero excusas, ni peleas, nadie va a apuñalar a nadie– En eso último vió a Dai a los ojos.

La chica rodó los ojos y suspiró, luego asintió.

Rosemary

Veía a los otros tres, todos me miraban con enojo.

–Hoy dales la carta, no solo estamos Sanji y yo para cocinar, entonces hay de todo– Explicó Zeff señalando un carrito con manteles recién lavados– Ve a acomodarlos, abrimos en quince.
–Todavía no desayuno– Dije con expresión de exagerada tristeza y ojos de cachorrito.
–Haz lo que te dije y puedes regresar a desayunar– Habló Zeff y sonreí ampliamente.
–¡Oye, hoy no te dijo anciano panzón! ¡Es un avance!– Gritó Sanji cortando zanahorias.
–¡Cállate, pelos de escoba vieja!– Grité con fuerza y enojada... Todos los demás cocineros se reían, Sanji los miraba con el ceño fruncido– ¡Ustedes también, maltidos entrometidos! ¡Ríanse de sus propios chistes! ¡Cocineros de cuarta!

Y se callaron inmediatamente, Sanji me miró con diversión. Bufé, tomé el carrito y salí a colocar los manteles en las mesas... Llevaba tres días y estaba resultando muy eficiente en esto, ya era más rápida y hasta me divertía jugar a la mesera. Entonces lo hacía todo super rápido.

QUEEN OF HEARTS- SANJIxTUxBUGGYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora