Nayeli siempre se negó a volver a enamorarse después de lo que sufrió. Pero, quien dice si conociendo al hombre perfecto, esa idea se disipa.
Creo que en este caso el, "nunca digas nunca", queda perfecto...
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7 de Diciembre 📍Doha, Qatar
Nayeli cerró la aplicación de Twich y bloqueo su teléfono, mientras reía. Llevaba más de una hora riendo a carcajadas por las cosas que decían los jugadores y su hermano, a través del Stream.
Kun había organizado una charla con Messi, Papu Gómez, Leandro Paredes y Rodri De Paul. Habían estado conversando un poco de la concentración, contando anécdotas y haciendo comentarios sobre el nuevo Look del Papu.
El diecisiete de la selección, habia intentando "recrear" el corte de David Beckam, pero, según sus compañeros, había fallado en el intento.
Se paró de la cama y caminó hasta la mesa ratona que había en la pequeña sala, dónde había un vaso y una jarra con agua reposando allí. Agarró el vaso y se sirvió un poco de aquel líquido.
Antes de que ella pudiese tomar otro trago, el sonido de la puerta abriéndose abruptamente la hizo escupir todo. Su pecho subía y bajaba muy rápido.
El culpable del susto de la mujer era el pequeño castañito, el cuál estaba escondido detrás del sillón, sacando su cabeza para mirar la puerta, como buscando que alguien entrara.
La mujer abrió su boca, para decirle algo a su hijo, pero éste llevó el dedo índice a su boca. -sh, mami. Juli me está buscando- susurró.
-Bautista Agüero, casi me haces morir de un infarto- se quejó ella, el pequeño sonrió inocente.
De la parte del pasillo, se escuchó la voz del cordobés, llamando al castañito.
El pequeño, ante el llamado del hombre, se escondió detrás del sillón. La mujer agarró el vaso y bebió el poco líquido que quedaba en el.
El castaño se asomó por la puerta de la habitación de Nayeli, y la vió frente de aquella mesa. -hola Naye- saludó, la mujer giró sobre su eje y le sonrió. -¿No viste a Baty?- preguntó mientras se adentraba un poco más en la habitación.
Nayeli le hizo señas con sus ojos detrás de aquel mueble. -no, no lo ví- Julián asintió y se acercó despacio. Antes de llegar a dónde termina el sillón, se frenó un poco. Giró su cabeza y vió a la mujer sonreírle, saltó y pegó un grito, haciendo que el castañito se asustara un poco.
El susto le duró poco, ya que Julián lo acostó en el sillón y comenzó a hacerle cosquillas, provocando carcajadas al menor.
Nayeli no pudo evitar reírse un poco, la risa de su hijo era contagiosa.
Era simplemente hermosa aquella escena, todos sonriendo y divirtiéndose. Sin duda alguna, el cordobés, estaba haciendo algo que Nayeli creía imposible. Cada cosa que Julián hacía, por más pequeña que sea, lograba impresionar más a la mujer. Cada día se comportaba mejor con ella y su hijo.
Cuando el castaño dejó en paz al más pequeño, se sentó a un lado del sillón y sonrió al ver como el niño trataba de controlar su respiración, con una sonrisa enorme en su rostro.
-me toca a mí buscarte ahora- murmuró el niño. El hombre fingió estar cansado y acomodó su cabeza hacia a trás, apoyándola en el respaldar del sillón. Bauti, al ver aquello, se tiró encima del jugador y comenzó a hacerle cosquillas en el cuello del mismo. -tiqui, tiqui, tiqui- repitió varias veces y el hombre solo reía.
Ambos castaños se calmaron y se sentaron, miraron a la mujer y luego se miraron entre ellos, cómplices. Nayeli empezó a negar repetidas veces. -ni se les ocurra- los señaló a ambos con su dedo índice. Lejos de hacerle caso, se levantaron del sillón y corrieron hasta la Agüero. Los tres cayeron al piso, entre risas. Julián y Bauti se encargan de hacerle cosquillas a la mujer y ésta hacia un esfuerzo sobre humano para lograr parar las cosquillas. Sus mejillas ya le dolían de tanto sonreír.
-b-asta- dijo entre risas. Pero su pedido fue ignorado hasta algunos minutos después, que ambos la dejaron en paz. Ella se enderezó del piso y los miro con una gran sonrisa. -me hicieron doler la panza de tanta risas- los tres rieron.
El más pequeño se acercó a su madre y dejó un beso en la mejilla de la misma. Se sentó entre las piernas de Nayeli y se acomodó hacia atrás, apoyando su espalda en el abdomen de ella.
Las miradas de los mayores se conectaron, ambos se sonrieron genuinamente y el hombre se acercó un poco más, sentándose a un lado de madre e hijo.
Estuvieron un largo rato así, sentados en el suelo, jugando con el menor. Pero la hora de dormir se acercaba, por lo que Julián tenía que ir a descansar, mañana se venía un partido muy importante.
El hombre ayudó a Nayeli a guardar los juguetes del menor. Cuando terminaron, la mujer acompañó al jugador hasta la puerta, Bauti corrió y abrazó las piernas del mismo. -que descanses Juli, te quiero muchísimo- murmuró. Julián alzó al pequeño y dejó un sonoro beso en la mejilla del mismo. -te deseo mucha suerte para mañana- los ojos de ambos se conectaron y el mayor pudo notar un brillo en los ojos del contrario, por lo que sonrió. El niño abrazó el cuello de Julián.
Cuando Batí se decidió por soltar al hombre, éste se acercó y dejó un beso en la mejilla de Nayeli. -buenas Noches, Naye. Que descansen- dijo y sonrió.
-igualmente, Ju. Gracias por esta hermosa tarde- ambos se sonrieron y Julián partió a su habitación. La mujer cerró la puerta y giró para encontrarse a su hijo. -a bañarse, pequeñito- el nombrado, negó. Haciendo una cara de espanto que causó gracia a su madre. -¿Cómo que no?- desafío y su hijo volvió a negar. La mujer quiso alzara Bauti pero él fue más rápido, empezó a correr en circulos, tratando de escapar de su madre.
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Holis!
Perdón por hacelo tan corto pero quería por lo menos actualizar, así que bueno.
Espero les haya gustado y si es así, les agradecería mucho si votan. Nos vemos en el próximo💋