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31 de Enero
📍 Manchester, Inglaterra

El día se había pasado casi que en un segundo, el paseo "corto" que harían por la ciudad, se transformó en una larga caminata por las calles inglesas. Visitaron algunos lugares turísticos de la ciudad y también entraban en una que otra tienda a comprar lo que les llamaba la atención.

Obviamente que Julián no perdió la oportunidad y le compró algunos regalos al pequeño. Algo que a Nayeli no le simpatizaba mucho, ya que no le gustaba que el jugador gaste en su hijo.

También pararon en un hermoso lugar para merendar y, de paso, descansar un poco. Mariana alzó al más pequeño y lo sentó en sus piernas, haciéndole caricias en sus cachetes.

Todo era hermoso, los paisajes, los monumentos, las personas. Inglaterra siempre se sentiría como una tercera casa para Nayeli, después de Argentina y Madrid, obviamente.

El paseo continúo, hasta que el sol empezó a encenderse. Que por cierto, se escondía bastante temprano. Volvieron a sus respectivos hogares y, tanto Nayeli como Julián, comenzaron a alistarse para salir esa noche.

La mujer dejó a su pequeño sobre la cama jugando con su tablet y se metió a bañar. Trató de hacerlo rápido, no le gustaba dejar tanto tiempo solo a su hijo.

Julián, por su parte, llevaba más de treinta minutos pensando que se pondría. Miraba una y otra vez las prendas que colgaban en su armario, pero no se decidía por nunca de ellas.

Luego de pensarlo un poco más, se decidió por una camisa negra,  unos pantalones color beige y unas zapatillas blancas. Algo simple, pero estético.

Ya tenía todo listo, la reserva en uno de los mejores restaurantes de Manchester y la planificación de la sorpresa que le esperaba a la mujer.

Ya listo con su vestimenta, viéndose en el espejo, empezó a peinar sus cabellos castaños hacia un lado. Trató de que quedé lo más prolijo posible.

El timbre sonó y, luego de unos segundos, se escucharon algunas voces en el comedor. Julián supo que su cita había llegado.

Sonrió con felicidad y salió de su cuarto, cerrando la puerta a sus espaldas.

Bajó las escaleras a toda velocidad y cuando llegó al último escalón, su mirada se conectó que la de Nayeli. Quedó asombrado, sin palabras, no podía creer la belleza de aquella mujer. Ella vestía un vestido que resaltaba toda su belleza y, esa sonrisa, esa hermosa sonrisa que hipnotizaba al cordobés.

Se acercó y dejó un beso en su mejilla.

Estaba seguro que en ese restaurante al que iban, no iba a haber una mujer tan bella como la que a él lo acompañaba. En realidad, el creía que, ni siquiera en todo el mundo, existía una mujer más hermosa que Nayeli. Tanto en lo exterior, como en el interior, la morocha era perfecta.

Luego de despedirse de la familia de Julián, y del pequeño que iba a quedar bajo el cuidado de ellos, salieron del edificio para dirigirse al estacionamiento del mismo. Buscaron el auto del jugador y se subieron, para luego iniciar rumbo al restaurante.

Todo el camino se la pasaron hablando de temas variados, era increíble que, siempre que estaban juntos, los temas de conversación no faltaban.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2024 ⏰

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𝐁𝐚𝐮𝐭𝐢 || ᴊᴜʟɪᴀ́ɴ ᴀ́ʟᴠᴀʀᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora