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Un sonido se metió dentro de la cabeza de Julián, se removió un poco y sintió un leve peso sobre su abdomen.

Abrió sus ojos y vió al menor abrazado a su torso, sonrió a labios cerrados y acarició los cabellos castaños del niño. Miró a un costado y su mirada se encontró con la mujer, dormía de costado y con ambos brazos bajo su cabeza. No podía creer lo lindo que era despertar así.

Deseaba que ese momento no terminara más, que pudiera quedarse con ellos así para siempre.

El sonido que lo sacó de su sueño, volvió a escucharse. Y pudo reconocer que era su teléfono, el cuál se había quedado por debajo de su cuerpo. Sin moverse tanto, metió su mano debajo de su espalda y sacó el aparato.

En la pantalla mostraba el nombre de Enzo, atendió y llevó el teléfono a su oreja.

-Enzo- dijo, su voz se escuchaba completamente dormida.

-por fin te dignas en contestar, ¿Dónde mierda estás?. Ya estamos por empezar a entrenar y vos ni señales das- al terminar de escuchar los retos del morocho, despegó el aparato de su oído y miró la hora. Era verdad, el entrenamiento estaba a minutos de dar comienzo.

-me re dormí, pero ya voy- empezó a mover un poco al menor. -¿Me haces la segunda?- preguntó, dudoso. Cuando Enzo se enojaba con él, era difícil que le hiciera favores.

-no debería, pero como soy un buen amigo, sí. Pero apúrate, gato- dijo eso y cortó.

Terminó de sacar a Bauti de encima suyo y, con mucho cuidado, lo dejó acostado. Buscó sus zapatillas y se las empezó a poner rápido. Su intento de no hacer tanto ruido, no funcionó porque la mujer empezó a moverse. Abrió sus ojos poco a poco, la mirada de ella se conectó con la de Julián.

-¿Ya te vas?- preguntó, su voz se escuchaba un poco ronca y sus ojos se cerraban un poco al no estar acostumbrados a la luz que entraba por la ventana.

-si, si. Se me hizo re tarde, ya están por empezar a entrenar- contestó con rapidez.

-uy, bueno. Anda, dale- le sonrió por última vez y salió de la habitación.

Corrió a la suya, buscó la ropa de entrenamiento y se cambió lo más rápido que pudo, salió nuevamente al pasillo y corrió por éste.

Cuando estaba por cruzar el comedor, se topó con Sergio, el cual lo miró un poco extrañado.

-¿Vo' no deberías estar en el entrenamiento?- preguntó.

Julián miró las manos del mayor y notó que tenía dos cajas de tamaño mediano, forradas con papel de regalo. -eh... si, si- contestó, miró los ojos del hombre. -¿De quién es el cumpleaños?- preguntó. La intriga lo mataba, ¿Quedaba como un metido?, sí, pero igual él quería saber.

-¿No sabes?- Kun frunció su entrecejo, el cordobés negó. -mañana es el cumpleaños de Baty- respondió.

Los ojos del cataño se abrieron de par en par. -¿Mañana?- Sergio asintió. La mano de Julián fue a su frente, sobando la misma. -no tenía ni idea yo, no le busqué nada-

-raro que Baty no te haya dicho, a casi todos les recuerda que es su cumpleaños- dijo y le sonrió a labios cerrados. -igual, él sabe respetar y no se va a enojar o sentir mal porque no le des algo- Julián asintió. Sabía que el menor no era uno de eses típicos nenes caprichosos, pero igual sentía la necesidad de regalarle algo.

-emh, si. Bueno, yo me voy porque sino Enzo me acuchilla- dejó dos golpes en el hombro de Agüero y corrió con dirección a las canchas.

Agradeció que no hayan empezado todavía, se había salvado de las puteadas de Scaloni.

𝐁𝐚𝐮𝐭𝐢 || ᴊᴜʟɪᴀ́ɴ ᴀ́ʟᴠᴀʀᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora