𝐁𝐚𝐮𝐭𝐢 || ᴊᴜʟɪᴀ́ɴ ᴀ́ʟᴠᴀʀᴇᴢ

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19 de Noviembre
📍Doha, Qatar

Madre e hijo se encontraban tirados en el gran sillón que había en la sala de juegos, dónde les daba directo el aire fresco que les brindaba el aire acondicionado.

-mami, me hace calor- el menor, con sus manos, se dió aire. Tener el aire acondicionado a 16, no era suficiente.

-te entiendo bebé- la mujer cerró los ojos, disfrutando de la poca brisa fresca.

Su momento de protesta se vió interrumpida por varios Futbolistas que pasaban a todo velocidad en frente de ellos.

-¿Dónde van?- el menor se enderezó.

-no tengo ni idea- la mujer estiró su labio hacia abajo, alzando los hombros.

Justo en ese momento, Enzo, quien iba corriendo, se detuvo en dónde estaban los Agüero.

-¿No van a la Pileta?- preguntó.

Madre e Hijo se miraron, confundidos. -¿Pileta?- preguntó el menor.

-si Bau, hay una pileta en el patio- la mujer no podía creer que no se haya dado cuenta de eso mucho tiempo antes. Si lo hubiese sabido, no se habria casi que derretido por el calor.

-Bau, dame tu remera y anda a meterte con Enzo, yo me voy a cambiar y voy, ¿Si?- el menor, más rápido que Flash, se sacó la remera y se la entregó a su madre, para luego salir corriendo en dirección en dónde habían salido los demás jugadores.

-te lo encargo con mi vida, Fernández- la mujer lo señaló con su dedo índice.

-si señora- hizo un saludo militar, haciendo que ambos suelten unas carcajadas.

-dale anda, no es bueno que Bau este tanto tiempo con esos boludos grandes- Enzo se rió por el apodo y salió para el patio.

Nayeli se dirigió a su habitación y buscó entre sus cosas la bikini.

Cuando al final la pudo encontrar, se la puso y por encima se puso un tapadito muy finito. Pensó que no era muy adecuado que ande semi-desnuda en frente de tantos hombres.

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-¡Bautista no te tire...!- antes de que la mujer pudiera terminar la frase, el menor ya había saltado al agua. Nayeli agradecía haberle puesto los flotadores antes.

-te va doler la panza, loco- Enzo rió.

-alto salto hice- habló el menor, haciendo reír a los demás.

-si, si. Alto salto, después no digas que te arde la panza- la madre lo señaló con su dedo índice.

El menor asintió y se fue a nadar con Enzo.

-mami, vení. Ta' re linda el agua- la mujer sonrió al escuchar que su hijo, aún, no había perdido el acento Argentino. Por más de que haya nacido y vivido años en España, el menor al escuchar a su madre y Tío hablar con el típico acento Argentino, se le fué pegando de a poco.

-ya voy amor- se levantó de la reposera en la cual estaba sentada, dejando el tapadito arriba de esta. Se sentó en la orilla de la pileta y se fué metiendo poco a poco.