𝐁𝐚𝐮𝐭𝐢 || ᴊᴜʟɪᴀ́ɴ ᴀ́ʟᴠᴀʀᴇᴢ

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22 de Noviembre
📍Doha, Qatar

Por fin había llegado el día, la Selección Argentina debutaría en el Mundial.

Los Agüero se encontraban en el Palco, junto con la Familia Messi. Mientras Sergio, Nayeli y Antonella compartían una charla, esperando la entrada de los jugadores, los hijos del Astro argentino y el pequeño Bauti, se divertían jugando con una pelotita pequeña, corriendo de acá para allá, poco les importaba que, el espacio en el que jugaban, era muy pequeño.

Nayeli había estado esperando esté día por meses, ver jugar a la Selección despues de tanto tiempo, era un sentimiento inexplicable.
A Nayeli le hubiera gustado estar cuando la Albiceleste salió campeona de la Copa América o de la Finalissima, pero por temas de su trabajo y por culpa de la horrible pandemia que habían tenido que afrontar, no pudo asistir. Pero, aún con kilómetros de distancia, no se perdió ningún partido. La Selección era algo muy importante en la vida de Nayeli y, por lo tanto, quería que su hijo sintiera ese mismo cariño.

La charla quedó a trás cuando escucharon los gritos de los hinchas. Bauti se acercó rápido a su madre y se subió en sus piernas.

Los jugadores entraron en la cancha y se colocaron en filas, para seguido, cantar sus respectivos himnos. Cuando llegó la hora de entonar en himno Argentino, Nayeli cerró sus ojos y sintió la melodía adentrarse en sus pensamientos. Era una experiencia hermosa.

El himno terminó y hubo montones de aplausos.

Los jugadores hicieron el saludo protocolar y, cada uno, se acomodó en su posición.

-mami- el pequeño giró su cabeza y miró a su madre, la mujer hizo un sonido de interrogación. -¿Por qué no está Juli en la cancha?- la mujer quitó la mirada de la cancha para mirar a su hijo.

Pasó su mano por los cabellos del pequeño, peinando algunos que estaban despeinados. -él está en el baco, Baty. Seguro que Scaloni lo pone en el segundo tiempo-  el menor asintió, un poco triste.

Cuando el árbitro dió comienzo al partido, los nervios calleron sobre Nayeli. Empezó a mover su pierna de arriba a abajo, de manera rápida. Pero eso pareció no bastar, por lo que tuvo que empezar a morderse las uñas.

Los canticos argentos se escucharon, todavía más fuertes, en el momento que el dios del Futbol, puso en ventaja a la Albiceleste.

El huevo Acuña, había querido meterse dentro del área y fué derribado, provocando un penal a favor de la selección. Y obvio que el encargado de patear fue Messi, convirtiendolo.

-¡Muchachos...ahora nos volvimo' a ilusiona'!- resonaba en todo el estadio.

Nayeli, miró a todas esas personas saltando y cantando y sintió una alegría enorme. Ver todo lo que los jugadores producían en los hinchas era hermoso.

Los minutos pasaron y ambos equipos fueron al descanso. Nayeli y la primera Dama de Argentina, aprovecharon para ir a comprar algunas golosinas para los pequeños, dejando al pobre Sergio a cargo de los 4 niños.

Cuando las mujeres volvieron, el partido ya había comenzado. Ambas se sentaron y les entregaron las golosinas a los nenes, los cuales agradecieron y volvieron a concentrarse en el partido.

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Puteadas y algunos llantos era lo que se podía escuchar en el estadio. Pasar de, estar cantando a estar tan tristes, era escalofriante.