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Narrador.

—¿D-Deena y S-sa-Sam se están be-besando?— dijo Max con dificultad.

Jane no decía nada, estaba totalmente helada y no se movía de su lugar.

Jane reaccionó y trato de caminar hacia Max, pero piso una rama que hizo bastante ruido, que hizo que Deena y Sam se separaran rápidamente.

Deena observó hacia los lados y Max y Jane se colocaron de cuclillas tratando de que no las vieran, Sam se veía asustada y perdida en ese momento.

Deena bajo la guardia y miro de nuevo a Sam que estaba completamente quieta, parecía casi una estatua.

Deena trato de acercarse lentamente a Sam pero ella salió corriendo confundida. Deena se sentó en el suelo y coloco su cabeza en las rodillas, soltando sollozos y lágrimas.

Max se levantó y observó a Jane que estaba aferrada a su brazo, casi como una niña aferrada a su peluche mientras duerme.

Las dos fueron cuidadosas y regresaron a dónde estaban todos los demás, cada una por su camino.

Max no encontraba las palabras para describir lo confundida que se sentía, ¿No que Deena y Sam se odiaban? Siempre había observado que Deena daba unas miradas a Sam algo sospechosas, también que aveces se iba sin razón del salón y regresaba con el ceño fruncido o con una sonrisa en el rostro.

Nunca había pensado que Deena tuviera un interés amoroso o alguien que le gustaba, porque ella no era de demostrar sus sentimientos con sus amigas.

Rara vez se sabia quien le gustaba, porque no era una persona que se expresará o se enamorara fácilmente.

Sin darse cuenta, Luna apareció cerca de Max con la sonrisa melosa que siempre tenía.

—Hola Max.— saludó pero Max no respondía.

—Maaaaax.— arrastro la 'a' tratando de llamar la atención de la pelirroja.

—¡Max!— gritó e hizo que algunas personas cerca de ellas se sobresaltaron y que las mirarán mal.

—Aaah, ¿Si?— Luna mostró una expresión enojada pero trato de controlarla.

—¿Que tienes?— preguntó con insistencia.

—Nada.— Su respuesta se escuchó muy fría y seca, haciendo que Luna sospechara aún más.

—Se que te pasa algo.— insistió.

—Luna... Si me disculpas ahora no quiero hablar.— hablo un tanto irritada por la insistencia de la chica morena. —¿Me dejas sola un momento?— agregó.

—Pues si quieres te puedo ayudar... Solo si me cuentas.— juntó sus manos, un gesto que le incómodo a Max.

—No, pero gracias.— soltó el agarre que tenía con la mano de Luna.

—Maxie sabes que puedes contar conmigo, ¿No?— hablo nuevamente.

—Si, pero no quiero hablar ahora.— La paciencia de Max se iba rompiendo aún más.

—ay vamos, ¡Dime qué te pasa!— insistió nuevamente, irritando aún más a Max.

—¡No! ¡Solo... Déjame sola! ¿Lo entiendes?— hablo con clara irritación en su tono de voz.

Luna hizo una mueca y se fue sin decir nada más.

Las palabras del director se volvían aún más molestas cada vez y Max deseaba salir de ahí, así que sin despedirse de sus amigas se dirigió a su tienda de campaña.

La noche estaba oscura y silenciosa, daba miedo pasar por allí pero Max no le importaba, solo quería tranquilidad.

Mientras caminaba admiraba a las lechuzas que estaban por el bosque, sus sonidos le parecían relajantes por alguna razón. Aunque para algunos se les hacían terroríficos o molestos.

Enemies To Lovers ; ElmaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora