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Al siguiente día las chicas decidieron escribirle a la madre de Madison, la señora Bree para saber que habia pasado con ella.

La señora muy amablemente les hablo diciéndoles que tenía gripa y que podíamos pasar a visitarla, las chicas estuvieron de acuerdo y antes de ir pasaron por un supermercado.

— Estás son perfectas, Madison ama las golosinas acidas —. Exclamó Beverly tomando unas gomitas y unos chupa-chups ácidos que estaban por allí.

— También ama las galletas, podríamos llevarles estás de chips de chocolate. — propuso Deena, por otro lado Max buscaba el chocolate preferido de Madison que era el chocolate negro.

Había varios tipos de chocolate, Max los veía asqueada porque no les gustaba. Había de maní, grageas, arroz, leche, amargo, frutos secos, nueces y demás, ella simplemente no los toleraba.

— ¿A quien le puede gustar esto? — se pregunto a sí misma tomando uno de nueces, suponía que pensaba así porque era alérgica.

Una voz reconocida la hizo sobresaltarse y salir de sus pensamientos, volteo su rostro y se encontró con nada más ni nada menos que la elfa doméstica.

— ¡Zanahoria! — grito la pequeña niña mientras corria por todo el pasillo, Max solamente abrio los brazos y se agachó y espero que ella llegara, finalmente la abrazo fuertemente por unos segundos.

Deena y Beverly que llegaban allí veían extrañadas la escena que tenían enfrente, ¿una niña abrazando a Max? Y eso que apenas se deja abrazar de sus amigas, pensó Deena.

— Te extrañe mucho, ¿Ya te dejaste de mi hermana? — pregunto, al final del pasillo se escuchó una risita, Max reconoció perfectamente esa risa tan dulce.

— ¡Ava! — exclamó mientras se reía, era Jane, las dos chicas presentes no entendían nada. — perdón —.

— ¡Noo! ¡Yo me quedo con Max, me has privado del derecho de tener mamá adoptiva! — grito firmemente, la pelirrojq soltó una carcajada.

— ¿Porque no has ido a casa? — pregunto la niña ayudando a Max a levantarse.

—No es algo que tú hermana quiera. — se encogió de hombros, la castaña miró para abajo y tomo a la niña del brazo.

— Perdón, que vergüenza... — se disculpó Jane mirando a Max y a sus dos amigas, DEENA ESTABA ESTUPEFACTA ESCUCHANDO A JANE ¿ESTA PERRA TIENE CORAZÓN?

— ¡NO ME QUIERO IR! — grito Ava con todas sus fuerzas, Jane la soltó de inmediato y la niña se escondió detrás de Max.

—Ava... — dijo Jane tratando de acercarse a la niña, mientras Beverly le hacía señas a Max de que se iba a llevar a la niña.

— Ava, ve con la otra zanahoria de allí— le ordenó la pelirroja, Ava asintió y fue corriendo con la pelinegra y la pelirroja yéndose de la vista de Jane.

Un silencio incómodo inundó el pasillo, ninguna sabía que decir.

— ¿Hablaremos? — pregunto Max atreviéndose, Jane la volteó a mirar.

— ¿De que? — pregunto burlonamente.

— ¿De que? Nos besamos literalmente. — se encogió de hombros, Jane se sonrojo un poco y sonrió pero rápidamente quitó su tonta sonrisa.

— No, no hablaremos de eso. — se arrepintió yéndose rápido de el supermercado, Deena juro verla nerviosa y sonrojada al mil, lo siguiente que Max vio fue a Jane salir con Ava de la mano.

La pelirroja decepcionada empezó a caminar a la cajera para entregarles las compras, ellas las manufactura y le dió las bolsas llenas de compras.

Fue con sus amigas que caminaban alejadas y buscando respuesta ella solo sacudio la cabeza dándoles a entender que no había pasado nada.

Enemies To Lovers ; ElmaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora