¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝓙𝓾𝓷 𝓜𝓲
Los demás chicos me miraron curiosos, sabiendo lo celosa que soy cuando alguien se quiere lucir frente a ellos. Woo Bin desvió las miradas con sus aplausos.
—¿Aquí solo aceptan una reservación por semana? No puede ser, llevo un mes en la lista de espera. ¿Cómo lo lograste? —preguntó sorprendido.
—Son los encantos del gran So Yi Jeong —alabé, sabiendo que mis amigos tenían un gran ego.
Yi Jeong nos contó cómo conoció a la chef, haciendo reír a los chicos y a mí negar con gracia. Relató cómo la sedujo y logró conseguir la reserva, con su usual encanto.
—¿Supiste que era chef solo por sus manos? —preguntó Jun Pyo impresionado.
—Te das cuenta si conoces a los chefs de 3 estrellas —dijo con su gran ego.
Ji Hoo y yo nos miramos y nos reímos de las palabras de Yi Jeong.
—No me sorprende, my brother —alabó Woo Bin.
Yi Jeong siguió riendo, pero el teléfono de Jun Pyo sonó, interrumpiéndonos. Luego, vibró el mío. Revisé la pantalla y decía "JungKook". Observé a los chicos, quienes me miraban curiosos, así que contesté en voz baja.
—¿Qué pasa, Kook? —pregunté, tratando de mantener la calma.
—Digamos que las chicas estaban hablando con nosotros sobre tu embarazo, ya que les dijiste a ellas por llamada y a nosotros no, y el Staff escuchó todo eso —dijo nervioso.
Al escuchar eso, sentí un nudo en el estómago y me recosté hacia atrás en la silla, desesperada y molesta.
—¿Todo bien? —preguntó Ji Hoo, al ver mi reacción.
Lo miré, tratando de contener las lágrimas y negué con la cabeza. Ji Hoo iba a hablar, pero me adelanté.
—Dime que no le dijeron a Yang Hyun-Suk —dije con voz suplicante, lo cual extrañó a los chicos.
—Intentamos sobornarlos para que no dijeran nada, pero no resultó —dijo JungKook, aún más nervioso.
Me tapé el rostro, abrumada, y me di cuenta de que todos los chicos me estaban viendo con preocupación.
—Ven por mí, ¿ok? La dirección es ***, ven en 30 minutos —dije lo más seria posible.
Colgué la llamada y sonreí forzadamente, tratando de aparentar normalidad.
—¿Qué hiciste? —preguntó Jun Pyo, mirándome con los brazos cruzados.
—No es nada, son "pequeños" problemas con mi grupo —dije, tratando de sonar convincente.
—Bien, entonces adelante —dijo Jun Pyo, levantando su copa junto con los demás.
