Un nuevo día había llegado. Jun Mi, aún somnolienta, se despertó más temprano de lo habitual. Con su pijama de conejito, se levantó de la cama, estirándose mientras el suave resplandor del amanecer comenzaba a iluminar su habitación. Recordó que hoy había una gran subasta en la que ella y su hermano Jun Pyo debían participar.
Sin prisa, salió de su cuarto y se dirigió hacia la habitación de su hermano para despertarlo. Cuando abrió la puerta, lo encontró aún profundamente dormido. La habitación estaba tranquila, envuelta en un silencio que contrastaba con el bullicio que pronto llenaría su día.
Jun Mi se detuvo en el umbral, observando a su hermano. Su rostro, normalmente serio y decidido, estaba relajado en el sueño. Era raro verlo tan pacífico, y una pequeña sonrisa se formó en los labios de Jun Mi al verlo. Sintió una oleada de ternura por su hermano mayor, recordando cómo siempre había estado ahí para protegerla.
En lugar de despertarlo de inmediato, la somnolencia de Jun Mi la llevó a acercarse a la cama y, en un impulso, se acostó junto a él. Sentir el calor de su hermano y la seguridad que siempre había asociado con él la reconfortó. Jun Pyo, aún en su sueño, pareció sentir su presencia y la abrazó instintivamente, envolviéndola con sus brazos y piernas, como solía hacerlo cuando eran niños.
Jun Mi cerró los ojos, disfrutando del momento. Era un pequeño respiro de la vida agitada que ambos llevaban, un regreso a los días en que todo era más simple y menos complicado. La calidez del abrazo de Jun Pyo la hizo sentirse segura, y por un breve instante, todos los problemas y responsabilidades parecían lejanos.
Finalmente, después de unos minutos, Jun Mi recordó por qué había ido a despertarlo en primer lugar. Con cuidado, se liberó del abrazo de su hermano, pero no pudo evitar mirarlo una vez más antes de salir de la cama.
—Oye, Jun Pyo —dijo suavemente, dándole un ligero empujón en el hombro—. Es hora de levantarse, tenemos una subasta a la que ir.
Jun Pyo gruñó algo ininteligible, pero no abrió los ojos. Jun Mi se rió entre dientes, consciente de que despertar a su hermano no sería tarea fácil. Decidió aprovechar unos momentos más de calma a su lado, sabiendo que pronto ambos tendrían que enfrentar las responsabilidades del día. El sonido del reloj en la sala de estar marcaba el paso del tiempo, y la tranquilidad de la mañana era un contraste con el bullicio que les esperaba.
De repente, Jun Pyo se levantó de un salto, sus movimientos abruptos sorprendiendo a Jun Mi. Con los ojos todavía cerrados y el cabello despeinado, se incorporó en la cama con una expresión de pánico.
—¿Qué pasa? ¿Nos atacan? ¡Prepárense armas! —exclamó Jun Mi, todavía medio adormilada, mientras se lanzaba a recoger los zapatos de Jun Pyo como si fueran sus únicas defensas. Su instinto de protección y el sueño estaban entrelazados, lo que la llevó a actuar de manera confusa.
Jun Pyo, todavía aturdido, abrió los ojos al escuchar el grito y vio a su hermana sosteniendo sus zapatos con una expresión de determinación y preocupación. A pesar de la confusión, no pudo evitar soltar una carcajada ante la escena.
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L̷a̷ ̷P̷e̷q̷u̷e̷ñ̷a̷ ̷F̷l̷o̷r̷ ̷ 𝐁𝐨𝐨𝐤 #𝟏 ʸᵒᵒⁿ ᴶⁱ ᴴᵒᵒ
De Todo𝑸𝒖é 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓í𝒂 𝒔𝒊 𝑼𝒏𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒂𝒍 𝑰𝒏𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒐 𝑺𝒉𝒊𝒏𝒘𝒂 𝒂 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒓 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒃𝒆𝒛𝒂? 𝒀 𝒎á𝒔 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆, 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓í𝒂 𝒔𝒊 𝒆𝒔𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒂 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒐𝒄𝒂𝒔𝒊𝒐�...