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Jun Mi escuchaba a Jun Pyo y Jan Di hablar hasta que escuchó a Jun Pyo decir la cosa más tonta de su vida:
—Si obedeces y, por supuesto, no nos ve nadie, tal vez pueda tratarte como la novia que el Gran Jun Pyo se merece. ¿Entiendes?— dijo con aires de grandeza
Jun Mi llevó la palma de su mano a su rostro mientras negaba por la gran tontería que acababa de decir su hermano.
—Dios mío, Jun Pyo, eres un tonto. —susurró Jun Mi y siguió escuchándolos mientras juzgaba a Jun Pyo en voz baja y pensaba cómo sacar a Jan Di de ahí, hasta que volteó a verla y se dio cuenta de que se estaba quitando las cosas.
—¡Quiero que traigas mi uniforme! —gritó Jan Di con determinación.
Jun Mi salió de su lugar y le dio un golpe a su hermano en la cabeza. Jan Di, al verla, quedó sorprendida por su color de cabello, pero se ahorró los comentarios.
—Eres un tonto, pobre Jan Di, la atormentas, Jun Pyo. —dijo Jun Mi con firmeza.
Jun Mi llamó al mayordomo Lee.
—Por favor, traiga el uniforme de Jan Di. —ordenó.
—¿Quién te crees para decirles qué hacer? —protestó Jun Pyo.
—Tu hermana. —respondió Jun Mi con calma.
—Sí, es cierto, pero eso no importa, no les digas qué hacer. Son mis sirvientes, no tuyos. —insistió Jun Pyo.
—¿Desde cuándo son tuyos? Ellos trabajan para los dos, así que te aguantas. O mejor aún, me puedo ir de aquí y así serán solo tuyos. —dijo Jun Mi, desafiante.
—¡Ni se te ocurra! —gritó Jun Pyo, visiblemente molesto.
Jan Di solo miraba a Jun Mi con una pequeña sonrisa, le alegraba saber que Jun Mi no era igual a Jun Pyo y que ella tenía un buen corazón. A los pocos minutos, los empleados del hogar le llevaron a Jan Di su uniforme y Jun Mi la llevó al baño de su habitación, donde Jan Di quedó encantada de su cuarto y baño.
—No entiendo por qué dice que me gusta él, a mí me gusta alguien más. —dijo Jan-Di con franqueza.
—¿En serio? ¿Y quién es? —preguntó Jun-Mi con curiosidad.
—Por el momento quiero mantenerlo en secreto. —respondió Jan-Di, sonriendo con misterio.
Jan-Di salió del baño de Jun-Mi y la miró a los ojos.
—¿A ti te gusta alguien? —preguntó Jan-Di con un tono juguetón.
Jun-Mi dejó escapar una sonrisa boba mientras pensaba en Ji Hoo. Sus ojos brillaron con un toque de timidez y emoción.
—Eso es un sí. —confirmó Jan-Di, notando la expresión de Jun-Mi.
—Solo porque eres mi amiga te lo diré, pero no ahora. Será después. —dijo Jun-Mi, con una sonrisa enigmática.
