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M E G A N

—Que haces aquí.—Fruncí el abrir la puerta, viendo a Tom allí parado con una maleta de ruedas a su lado, y un bolso color negro colgado en su brazo.

—Mañana en la mañana partimos,—Se acercó y beso mis labios, se me olvida que estamos juntos.—Así que vengo a quedarme para que tú y yo salgamos juntos al aeropuerto.

—Mm,—Vi como se sentaba en el sofá, yo fui detrás de él, me acerque coquetamente y me senté en su regazo.—Está bien.—Comencé a besar su cuello.

—Que tramas...—Hablo entre jadeos al sentir como yo dejaba chupones en su cuello.

—No lo sé...que crees tú.—Comencé a moverme en vaivén, sintiendo como algo comenzaba a palpitar justo abajo de mi feminidad.

Beso mis labios con intensidad, ambos queremos, en especial el.

Llevo sus manos por debajo de mi camisa, acariciando mi espalda.

—No traes sostén.—Sonrió victorioso, yo asentí ante su pregunta.

Comenzó a desabrochar mi camisa estilo granjero a cuadros, lentamente deslizó la camisa por mis hombros, dejado todo mi torso desnudo. Sonrió al ver mis senos al descubierto, tomo mi cintura y me acerco a él, llevando mi seno hacia su boca, sintiendo como estimulaba mi pezon con su lengua, haciendo que un leve escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

Llevo su mano hacia mi otro seno, agarrando y apretándolo repetidas veces.

Ágilmente se levanto del sofá, pase mis piernas alrededor de su cintura, mientras él me sostenía agarrando mi trasero.

Mientras nos besábamos llegamos hasta mi habitación, donde me tiro en la cama, quedando el sobre sobre mi, lentamente comenzó a bajar dejando besos húmedos por todo mi abdomen, agarro mi pequeño short color negro de seda, quitándolo dejándome solo en mis bragas. También negras.

Sentí como corrió la tela que cubría mi vagina, llevo sus manos hacia su boca, untando sus dedos de saliva, llevo sus dedos hacia mi feminidad, comenzando con sus típicos movimientos circulares, masturbando con sutileza toda mi intimidad.

—Aaa!—Gemí fuerte sintiendo como introdujo uno de sus dedos, mientras provocaba cosquilleos en mi, se acercó a mi boca aún con su dedo dentro.

—Te gusta.—Metió un segundo dedo.—Te gusta mi amor.—Poco a poco iba llegando a mi orgasmo.

—Oh si...—Respondí entre jadeos, sintiendo como introdujo su tercer dedo de golpe.—Ah!—Le gustaba hacerme sufrir.

—Ya estás mojándote.—Susurro, comenzando a sonreír, mientras yo hacía gestos de satisfacción.

Y era verdad, estaba mojada, su tacto me moja, me vuelve loca.

Después de unos minutos me había corrido el logro, provoco que me viniera sin él a ver entrado en mi, me agarró de la cintura y me levanto de la cama, ahora el estaba sentado en la cama, con su espalda recostada al espaldar de la cama, me acerque y agarre el tirante de su camisa color negra, sacándola toda hacia arriba, dejando al aire sus perfectos y trabajados abdominales, baje un poco metiendo mi mano entre su pantalón rozando mi mano con su miembro, quien palpitaba por salir lo más rápido posible.

Desabroche su pantalón, y él lo quito rápidamente junto a su bóxer, ambos estábamos completamente desnudos, entusiasmados por seguir con esto.

Tome su miembro me acerque a él y deje caer de mi saliva en el, masturbandolo ahora con mi mano, provocando un jadeo de su parte, y que él tirara su cabeza hacia atrás, al sentir el placer que le otorgaba.

Rogar || TOM KAULITZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora