«𝐸𝑣𝑒𝑟𝑦 𝐵𝑎𝑏𝑦 𝑁𝑒𝑒𝑑𝑠 𝐴 𝐷𝑎𝑑𝑑𝑦...»
❝Hay una gran diferencia entre un capricho y una necesidad...❞
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«𝐵𝑢𝑡 𝑤ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑡ℎ𝑒 𝑜𝑛𝑒 𝑓𝑜𝑟 𝑚𝑒»
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(𝖢𝗎𝖾𝗇𝗍𝖺 𝗅𝖺 𝗅𝖾𝗒𝖾𝗇...
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Natalie ya había ocupado todos los estantes de mi baño con los quinientos productos que usaba y hasta había hecho espacio en mis cajones para guardar sus cosas.
Parecía un sueño.
Nuestra convivencia por esos días fue maravillosa. Era simple, relajada y llena de más pros que contras.
Incluso resultamos ser un buen equipo para los negocios, yo me encargaba de los números y ella de todo el marketing, trabajar juntos era hasta divertido.
Pasar tiempo juntos se había convertido en nuestra prioridad, ambos sabíamos que se aproximaban tiempos difíciles cuando lo nuestro se hiciera público, no lo mencionábamos pero los dos estábamos conscientes de lo que iba a suceder y queríamos aprovechar toda la paz que tuviéramos antes del armagedón.
—¿Sabías que manifesté este momento? —habló mientras cortaba los champiñones para la pizza que estábamos preparando—Yo sabía que iba a vivir aquí algún día y por eso elegí toda la decoración a mi gusto—elevó las cejas y me miró con una sonrisa traviesa.
Estaba preparando la salsa y reí al escucharla.
—Tienes visión a futro eso es bueno...ahora debes aplicarlo para los negocios.
—Debería escribir un libro sobre cómo conseguir lo que quieres...aunque creo que solo me funciona con los chicos—frunció los labios mientras agregaba las rodajas de champiñones al cuenco—Elegí la posición de la cama a lado de la ventana porque me imaginé haciéndote el amor mientras teníamos la noche estrellada iluminándonos...—cortó un trozo de queso para comérselo mientras hablaba conmigo—Y el espejo era para ver cuando me la metes hasta el fondo—solté una carcajada y la miré—Y todo eso pasó justo en la madrugada... —se acercó para besar mis labios y me incliné para corresponderle el beso.
—¿Qué más manifestaste? —quise saber y apagué la estufa cuando la salsa comenzó a burbujear.
—Cuando te vi la primera vez dije...él va a ser mío—me tocó la nariz—Y le prepararé ricas comidas veganas y juguitos verdes para cuidar su salud física—deslizó su dedo hasta mis labios y le di un beso mientras la miraba.—Y le haré el mejor sexo oral cuando esté estresado para cuidar su salud mental...—se estaba comiendo una aceituna, de la forma más explícita que pudo encontrar y no tuve más opción que reírme.
—¿Cómo es que conviertes cualquier cosa cotidiana como comer...en algo tan sensual? —la recorrí con la mirada y sonreí.
—¿Yo? —se señaló así misma haciéndose la desentendida—Pero si yo no he hecho nada...—tomó otra aceituna para comérsela de la misma forma que hace un momento.
Solo que esta se le cayó en su escote "por error". La sacó despacio, acariciándose los pechos sutilmente y acerco la aceituna a mi boca para que la comiera.
