𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 11

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°Mamá y papá.°
•E.R.R.L•

Evangeline había descubierto con el tiempo que muchas veces volver a la mansión Lestrenge no sería agradable, como esa vez.

Eduard estaba en el piso retorciéndose de dolor. Y como siempre, Rodolpus era el responsable. Por un momento ella había pensado que su primo se rompería, que dejaría de aceptar los castigos de su padre, que tenían como excusa hacerlo más fuerte.

Pero no, Eduard parecía amarlos demasiado como para aceptar eso y Eva también entendía. Se acercó a Rodolpus y lo alejo de un empujo de su hijo haciendo que el hechizo terminase.

—¡Déjalo en paz!, ¡vas a volverlo loco!

Antes de poder arrodillarse frente a Eduard, un fuerte tirón en el cabello la hizo retroceder. El ardor se esparció por todo su cráneo y ni siquiera pudo meter las manos cuando Rodolpus la aventó a las escaleras principales.

Se golpeó en el pómulo con la barandilla de madera y cayó al suelo. Le había dolido tanto y definitivamente la dejo desorientada.

—¡¿Quién crees que eres?!

Grito su tío tomándola de nuevo del cabello haciéndola quejarse. Tenía los ojos llorosos por el golpe.

—Crees que por qué le abres las piernas al próximo señor tenebroso te da alguna seguridad. Mira a Narcissa.

Evangeline se tragó las groserías, no podía hablar de Narcissa, a la pobre mujer le habían quitado la opción de elegir y no era su caso.

A Narcissa la habían maltratado y hecho menos. Todo por qué ese hombre quería un heredero. No tenía derecho a opinar de ella, la rubia había sufrido.

—Jodida puta. 

La dejo caer al suelo, pero esta vez Eva sí puedo amortiguar el golpe, aunque sintió un ligero sabor metálico en su boca, tal vez se había mordido cuándo se golpeó contra la madera del barandal.

—¿Vas a decirle?—preguntó el mayor dándole un puntapié en las piernas—vamos, ve y dile a tu amante, ¡que nos mate a todos!, ¡¿eso quieres?!

—No—susurro en respuesta llevando sus manos a su cuero cabelludo adolorido.

Cuando él se acercó con brusquedad, su primer instinto fue cubrirse el rostro esperando el golpe que no llegó.

—Si tú le dices algo—susurro para después apuntar a Eduard —lo mataré, le cortaré la garganta y haré que te ahogues con su sangre, ¿entiendes?

Asintió, sería tan fácil, tan fácil decirle a Hades y lo mataría lenta y dolorosamente. Ni siquiera lo vería venir, pero Eduard era vulnerable y si su padre le decía que se arrodillara para matarlo, él lo haría.

—Rodolpus, por Salazar.

Evangeline sintió unos brazos fuertes levantarla. Su tío Rabastan la pego a él con cuidado.

—Evan se va y pierdes la cabeza.

Ni siquiera noto que temblaba hasta que su tío le puso las manos en los hombros para detenerla. Evangeline se quejó cuando pasó su dedo en donde se había golpeado.

Su padre ya no estaba otra vez, ni siquiera se había despedido de ella, eso volvió a un peor el dolor de los golpes. Rabastan negó y la dejó para acercarse a Eduard.

—Vamos, levántate niño.

El menor lo hizo con dificultad y Rabastan lo ayudo poniendo su brazo sobre sus hombros para que se apoyara. Evangeline se acercó rápidamente e hizo lo mismo del otro lado.

𝖥𝖺𝗆𝗂𝗅𝗒 𝖫𝗂𝗇𝖾 | 𝖦𝗈𝗅𝖽𝖾𝗇 𝗍𝗋𝗂𝗈 𝖾𝗋𝖺 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora