37. El juego de fútbol

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Después de nuestro maratón de sexo Carlos y yo estábamos desnudos en la cama, yo tenía mi cabeza en su pecho y él acariciaba mi espalda.

— Si fuera por mí , me pasaría los restos de mis días así abrazada a ti .— le digo mirándolo directamente.

— Si fuera por mí me la pasara todo el tiempo dentro de ti, es tan maravilloso —  sonrío y le doy un golpe en el pecho.

— Eres un calentón — Carlos sonríe.

— Tú también lo eres .

— Tal vez , pero no como tú.

— ¿A no?.

— No . — él suelta una carcajada.

— ¿Y lo que me hiciste hace unos minutos que fue ?. — sonrío, entonces me siento y tras mirarlo completamente desnudo le digo :

— Lo que pasó fue que tuvimos sexo , nada más.— Carlos se sienta y yo miro su enorme polla.

¡Impresionante!

Él sigue el recorrido de mi vista y sonríe .

— ¿Te gusta contemplar lo que te provoca tanto placer?— yo llevo mi mano a su miembro y él se tensa .

— Sí, me gusta mirarlo, pero es más rico comérmelo — Observo sus ojos y eran lujuria pura .

—  Entonces cómetelo yo no me pongo y él tampoco. — sonrío con malicia .

— Voy a saborearlo primero — digo lamiendo su glande y él jadea .

***

Al otro día tras salir del hotel pasamos a ver a mis padres, se pusieron muy felices al ver que Carlos y yo decidimos comprometernos, hablamos , reímos , bromeamos y tras pasar una mañana agradable regresamos a casa. Ese día decidimos trabajar desde casa . Carlos entró al despacho que tenía en casa a trabajar y yo tras hacer varios diseños para que después él los viera y diera su opinión salí de compras . Cuando llego al mol me compro varias cosas : vestidos , jeans , zapatos, carteras y algunas prendas, podía darme ese lujo ya que para eso trabajaba y además mi chico siempre me tenía mi cuenta llena de dinero, gracias a eso yo le enviaba la mitad de mi salario a mamá, no lo necesitaba pero yo lo hacía, era mi madre y quería que no le faltara nada. Al salir Tomás el chófer me recomendó otra tienda y decí escucharlo, cuando entré ví unas camisetas para hombre y decidí comprarle tres a mi chico de los colores que a mí me gustaba que él se pusiera , blanco , rojo y negro , se veía hermoso con ropas de ese color y si es de negro ni hablar . Sonrío al comprárselos , no veo la hora de vérselos puestos. En el trascurso de regreso a casa hablo con Anna por WhatsApp, joder no paraba de reír cada vez que hablaba con ella, era muy graciosa con sus temas del embarazo , sus padres y Ismael .

Cuando llego a casa mi chico estaba haciendo ejercicios, levantando pesas para ser más específica , estaba sin camisa, con un chor corto y unas zapatillas de deporte . Me quedo embobada viéndolo , ¡por Diossssss!, ¡una verdadera obra de arte !, estaba acostado mientras levantaba las pesas , así yo podía ver sus maravillosos músculos, no sé cuánto tiempo me detuve a verlo solo sé que nunca me cansaba de admirarlo, ¡era una guapura de hombre!. De momento el termina y se sienta, entonces me ve , enseguida sonríe y yo hago lo mismo.

— Ya regresaste , no me dí cuenta, ¿hace mucho que estás ahí?— me dice .

— Ni sé, es que se me detuvo el tiempo por unos minutos — digo mirándolo, entonces se pone de pie y se me acerca , joder estaba precious, estaba todo sudado eso hacía que se viera más sexy y además con ese chor se le marcaba todo, absolutamente todo. Cuando Carlos está frente a mí no pude evitar suspirar y él suelta una risita.

Entre El Amor Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora