MATTHEW
"Yo no le tengo miedo a nada pero todavía no me explico por qué tiemblo cada vez que te veo"
-Jaime SabinesHabía pasado una semana desde que la vi por última vez. Era sábado por la noche y me apetecía pasármelo bien, despreocuparme y no pensar en nada por un rato.
Sabía cuál era el lugar perfecto: en casa de mi amigo. Pancho, hacía fiestas en su casa de la montaña cada viernes y sábado por la noche.
Lo que no me esperaba era encontrarla a ella. Bailando entre la multitud junto a una de sus amigas.
Un remix con el final de la canción de Redbone empezó a sonar.
Y mis ojos no pudieron apartarse de ella. Era perfecta, era como esa parte de canción.
Me di cuenta que si no apartaba los ojos de una vez iba a entrar en la definición de acosador.
Así que opté por engancharme a la botella. Sin controlarme apenas. No me había movido de la barra aún, y el alcohol no me había subido. Seguí bebiendo y bebiendo.
(No hagáis esto en casa)
Decidí ir fuera a tomar el aire y salí de la casa con la cabeza dándome vueltas.
Pero no me daba suficientes vueltas como para reconocerla, abrazada a sí misma en un banco de madera. Ajeno a la casa, como esa noche de Halloween.
Con un poco de dificultad me acerqué a ella
-¡Hola Ash! -la saludé sentándome a su lado después de mover mi mano como un NPC-¿Estás bien?
Sonrió divertida pero preocupada a la vez
-Has bebido demasiado, ¿tu estás bien?
-¿Yo? ¡Perfectamente! -levanté los brazos y se rió.
-Estoy bien, si. Solo estaba mirando la luna. Está muy bonita. -me dijo y me di cuenta de lo mucho que me tranquilizaba su voz.
Mis ojos se dirigieron a esa luz que brillaba en un pequeño hueco entre las espesas nubes llenas de nieve.
Y aún así, mi boca fue más rápida que mi cerebro:
-Tu si que estás bonita.
Nuestros ojos chocaron entonces y noté, noté la conexión.
Dejé de pensar, solo cerré los ojos y la besé.
Cuando nuestros labios se juntaron tuve una acumulación de flash backs juntos.
Como me gustaba Ashley. Y qué miedo me daba hacerlo.
Cuando me aparté, la miré:
-Joder perdón… yo no… no he pensado… no…
-Tranquilo. Podemos hacer como si esto no hubiera pasado y…
-¡SE HAN BESADO!
Giramos las cabezas a la velocidad de la luz y 15 cabezas (no exagero), 15 cabezas nos observaban desde la distancia.
Cuando vieron que los estábamos mirando empezaron a aplaudir y vitorear.
Esto se está volviendo surrealista.
Me levanté del banco y me puse las manos en la cabeza.
-¿Quieres que te deje solo? -preguntó Ash, muy delicadamente.
Asentí y no la miré alejarse.
Me sentía cobarde, con miedo. Hice mal en besarla sentía que ella no quería eso…
Paseé por los alrededores pensando en todo lo que acababa de pasar.
La cabeza me dolía, no podía más.
Me volví a sentar en el banco. Ya no había nadie fuera. Solo la luna y yo.
De golpe alguien se sentó a mi lado, miré con la esperanza de que fuera Ash pero era su mejor amiga: Lilvia.
La observé unos segundos: iba más borracha que yo.
-Ashley está casi temblando
-¿Eso es bueno o malo?
-No sé -respondió -conozco mejores formas para temblar.
Me reí con una risa algo cansada.
-¿Qué pasa? -preguntó
-¿La he cagado verdad?
-No, que va. ¿De qué tienes miedo?
-De no ser suficiente para ella. -el alcohol me estaba ayudando a abrir mi corazón
-Díselo, créeme que es la primera persona que va a entenderte. Ahora te la traigo. -se levantó y pareció que iba a irse pero se paró y me miró sobre su hombro -a ella también le gustas.
Y dicho esto se fue. Me puse las manos en la cabeza de nuevo, y me quedé mirando una piedra del suelo, cabizbajo.
Habían pasado minutos cuando escuché su voz:
-Oye Matt, ¿estás bien? ¿quieres que te acompañe a casa?
Asentí. Me gustaba la idea de acabar la noche juntos.
-Vale. Voy a buscar nuestras cosas, tú quédate aquí.
Y esta vez sí que la observé alejarse.
Al cabo de unos cuantos minutos más en los cuáles cogí bastante frío. Llegó con nuestras chaquetas y su bufanda.
-¿Tienes frío? Estás empezando a tener los labios violetas.
-Con qué mirando mis labios, ¿eh? Si quieres otro beso, pídemelo, yo encantado.
Ashley sonrió divertida y acto seguido me rodeó su bufanda en mi cuello.
Me ayudó a ponerme mi chaqueta, me ayudó a levantarme y puso mi mano en su bolsillo para que estuviera caliente.
Sin decir nada me cogió del brazo para darme equilibrio.
Yo solo la miraba, confirmándome que cuando decía que ella era demasiado ya no estaba hablando del físico.
Recorrimos parte del camino en silencio, con miedo a lo que pudiéramos decir.
-Ash. -se giró a mirarme -¿crees que soy suficiente para ti?
-Si. De verdad que sí.
Nos miramos a los ojos unos segundos, supe que quería decir algo más que nunca dijo, intenté averiguarlo, pero no había manera.
-En las otras relaciones no me he sentido suficiente. No siento que esté a la altura para ti. Quería trabajar esto este año pero… no sé…
Habían tantos sentimientos, tantas emociones, tantas ideas que opté por quedarme callado.
Ash asintió.
-Háblame de lo que sientas cuando quieras. No estás obligado a hacerlo justo ahora.
Y dicho esto, caminamos en dirección a mi casa, fundidos en el silencio.
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NUESTRA LUZ DE MEDIA LUNA
RomanceHay personas que brillan a medias porque les hicieron creer que solo irradian una luz de media luna. Pero que pasa cuando dos media lunas se encuentran? Esta es la historia de Ashley y Matthew, los dos son mejores amigos de Alexia. Cuando Alexia se...