Capítulo 14

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ASHLEY
"La vida es muy corta para amarte en una, prometo buscarte en la otra vida."
-William Shakespeare

Por la mañana nos levantamos todos en poses muy extrañas

-Parece una orgía

Y Nick, se acercó a Matthew que seguía aún un poco dormido.

-Ça va? Tu bien? Quoi d'neuf? Je me suis régalé. Cette nuit ça était alucinante! alucinante! alucinante! C'était la meilleur nuit de ma vie! de ma vie! Tout! Avec des gens, de frère, de soeur, des primos...C'était le meilleur, le meilleur. Des canutos, des rayas, des popers et blururu -hizo cosas raras con la lengua mientras hacía los gestos de droga -C'était le meilleur de ma vie, de ma vie. Hamrui Sketjadnsks Netskid -se empezó a inventar un idioma extraño -je te folle ahore Matthew.

Y empezó a mover la cabeza de Matthew que se reía aún medio dormido.

Mañanita intensa.

Y aún después de esta interpretación de Nick hablando un francés con acento árabe; el resto de la mañana fue tranquila.

Estuvimos haciendo música, cantando, tocando el piano, la guitarra, jugando a las cartas en la terraza con vistas a la playa...

Por la tarde el cielo se estaba nublando y una gran tormenta se aproximaba. Y cuando bajamos a otro pueblo cercano para escuchar poemas recitados por abuelitos. Una lluvia de primavera, esa en la que el agua no está tan fría, nos atrapó.

Empezamos a correr, a bailar, a gritar, a reír, a saltar, a hacernos fotos. Siendo los más felices.

-Mira, se lo están pasando mejor aquí que en un parque de atracciones. Si que se conforman con poco. -comentó la profesora que cada día la sorprendiamos más.

El resultado fue un poco caótico, ya que cuando llegamos a la casa, todos nos miraron extrañados porque íbamos chorreando de tanta agua.

Nos sentamos en una mesa del final y escuchamos los poemas de los abuelitos para Sant Jordi.

Pasaron algunos, a explicar sus poemas, algunos relacionados a Sant Jordi, otros a su vida, otros para dar las gracias...

Pero para último poema, era un hombre, que con una sonrisa en el rostro le dedicó a su esposa:

-Quand la mort prendra ma main
je te tiendrai de l'autre
et promettrai de te retrouver
dans l'éternité.

Y justo Matthew me cogió de la mano y una lagrimita solitaria cruzó mi mejilla.

Luego, empezaron a repartir rosas y chocolate caliente.

Fuimos al teatro de al lado, que hacían un musical de dos historias mitológicas.

No había empezado la obra; y Daniel y Matthew ya estaban dormidos, despertándose de vez en cuando.

Pero cuando salimos nos encontramos con una horrible tormenta. Lo que antes era una pequeña lluvia de primavera ahora se había vuelto una verdadera tormenta.

-Creo que tendremos que correr -dijo la profesora

Se quedaron todos en silencio, pensando cómo hacerlo.

-Esperaremos a que se calme un poco.

Y así empezamos a jugar al UNO, resguardados de la lluvia.

Pasó casi una hora cuando la profesora dijo:

-¡Quien llegue último limpia los platos de la cena! Las profes nos contamos.

Y así empezamos a correr, carretera arriba, luchando por no hacer la tarea.

-¡Mi rosa! -escuché por detrás

Me paré unos segundos y vi a Noor corriendo mientras reía con el palo de la rosa, la flor se le había caído.

Empecé a correr riendo. Alcancé a Matthew que corría delante de mí y le cogí la mano, corriendo juntos.

Cuando llegamos a casa, algunos se ducharon y otros tuvieron que hacer la cena.

La lluvia se fue, regalándonos un atardecer entre la nubes.

Después de cenar, como esa noche estábamos cansados, nos fuimos directamente a dormir.

Pero a media noche me levanté y estuve dando vueltas en la cama intentando conciliar el sueño.

Pero no había manera.

Decidí salir a caminar y que el aire me tocará.

Salí de la casa lo más silenciosamente que pude pero hice un chillido ridículo al ver una silueta detrás de mí.

Una risa sonó, mi risa favorita.

-Dios. ¿No estabas durmiendo? -le pregunté a Matthew con una mano en el corazón.

-Es que sin ti la cama está fría. -pude ver con claridad su figura, por la luz de la luna.

-Ahora dime la verdad

-Llevaba un rato intentando conciliar el sueño

-Estaba en las mismas

El uno para el otro.

-¿Qué harás? -preguntó

-Pasear un rato.

-Te acompaño -me cogió de la mano

Dimos un paseo por el pequeño pueblo, susurrando algunas cosas o sumiéndonos en el silencio de la noche.

Cuando dimos toda la vuelta nos tumbamos en la arena húmeda de la cala.

Miramos las estrellas y la luna que estaba llena.

-¿Crees en la reencarnación? -me escuché preguntar

-No, prefiero no pensar en eso pero... -de golpe calló.

Esperé unos segundos para que siguiera con su frase. Pero no lo hizo.

Giré mi cabeza hacia la suya y lo encontré mirándome.

-¿Qué pasa? -sonreí nerviosa.

-Nada -miró las estrellas de nuevo con una sombra de sonrisa en los labios.

Me apoyé en su pecho para presionarlo.

-Dime, va por favoor

-Que espero que si la reencarnación existe tenga la suerte de volverte a encontrar.

Una sonrisa se dibujó en mis labios y él analizó mi reacción.

- "promettrai de te retrouver dans l'éternité" -repetí el poema del último abuelito

NUESTRA LUZ DE MEDIA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora