~Liam Harper~

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Luego de unos minutos me encontraba en el centro comercial con Olivia, ambas hablábamos y nos la pasábamos genial, obviamente le había contado sobre todo lo sucedido con Tom, Olivia no tardó en decirme.

—Pensé que morirías virgen

Seguimos paseando por un buen rato, caminamos por varios lugares, vimos ropa, maquillaje, perfumes, cremas, mascarillas, nos encantaba mirar cosas, amábamos pasear por el centro comercial aún si no compráramos nada.

Mientras caminábamos a Olivia le dieron ganas de ir al baño.

—Steph, necesito ir al baño

—Vayamos a esa cafetería de allí— dije y la apunté con mi dedo índice, Olivia asintió y ambas caminamos hacia allí, al llegar tomé asiento en una de las mesas, mientras esperaba por Olivia, un chico alto, casi tan alto como Tom, cabello corto y negro, mandíbula marcada, bastante fuerte, nariz fina y respingada, ojos verdes como el color esmeralda se sentó frente a mi, no puedo negarlo, me pareció bastante atractivo 

—Hola, mi nombre es Liam Harper— lo miré un poco confundida, me había desconcertado que haya sido tan directo al hablarme, sonreí un poco y asentí. Él extendió su mano y ambos las estrechamos.

—Yo soy Stephanie Collins— sonreí

—Un gusto...Te he visto por la biblioteca el otro día, quise acercarme a hablarte pero estaba con unos amigos y, no pude hacerlo— él sonrió un poco

—No te preocupes, ¿te gusta leer?

—¡Sí! Me fascinan los libros, es lo que más me gusta hacer en verdad, ¿a ti también, no?

—Sí, a mi también me fascinan, amo los libros, amo leer...— ambos nos sonreímos

—Tu sonrisa es bonita

—¿Lo crees?

—Lo afirmo— me reí un poco y antes de que él pueda decir algo, Olivia salió del baño

—Mi amiga salió del baño, tengo que irme

—¿Podrías darme tu número?— sus palabras me desconcertaron un poco pero aún así accedí, le di mi número de teléfono, nos sonreímos, dijimos adiós y salí de la cafetería junto a Olivia

—¿Quién era ese guapote de allí, Steph?

—No lo sé, dijo que me vio en la biblioteca y que quiso hablarme pero no pudo, y recién me pidió el número

—¿Y Tom?

—¿Tom qué?

—¿Eres idiota? Tom se pondrá como loco si se entera

—¿Quién dijo que Tom se enteraría?— dije vacilona

—¡Eres una zorra!— Olivia golpeó mi hombro y ambas reímos.

(. . .)

Llegué a casa y encendí mi teléfono, al encenderlo vi un mensaje de texto de alguien al que no tenía agendado, abrí el mensaje y decía

"—Hola, Stephanie, soy Liam!"

Sonreí y respondí

"—Hola, Liam, ¿Cómo estás?"

dejé el teléfono en mi mano y caminé a mi cuarto, solté un grito ahogado al ver a Tom recostado en mi cama, me acerqué a él con una sonrisa.

—Hola, ratón de biblioteca, ven— me senté a un lado de él, dejé mi teléfono sobre la mesa de luz a un lado de mi cama y este se encendió, dejando ver que Liam había respondido, Tom dirigió su mirada hacia mi teléfono, sus ojos se oscurecieron, se giro hacia a mi y me tomó por el mentón de manera violenta haciéndome jadear del susto.

—¿¡Quién coño es Liam y por qué te dijo bonita?!— lo miré a los ojos asustada

—Me pidió el número hoy en una cafetería mientras esperaba que Olivia saliera del baño, le gusta leer y...

—¿Por qué le diste tu número?— me interrumpió esta vez hablando más calmado y relajando su mano sin agarrarme tan fuerte como antes.

—Porque sí, no sé, no lo pensé

—¿Le dijiste que tienes novio?

—No...

—¿Por qué?

—Porque no tengo...

—Si tienes, soy yo, Stephanie— escuchar mi nombre salir de su boca, con esa voz ronca y grave hacía que me den ganas de abalanzarme a besarlo y decirle que soy toda suya

—No somos nada, Tom...— dije intentando hacer crecer el fuego

—Tuve mi polla llena de tu sangre virgen, sí somos

—Eso...Eso no tiene nada que ver

—Me rogaste por más aún sabiendo que te dolía, dejaste que toque cada parte de ti y que vea cada parte de ti, completamente desnuda, dejaste que te chupe el coño, dejaste que te pruebe, Stephanie.

—¿Y qué?

—¡Y qué eres malditamente mía, cada parte de ti me pertenece, eres mía y de nadie más, ese hijo de puta llamado Liam nunca logrará hacerte venir como yo lo hice!— lo miré a los labios y él se acercó más a mi rostro, nuestros labios se rosaban

—Te enseñaré algo en alemán— lo miré confundida, ¿qué?

—¿Qué?

—Di...Ich gehöre zu dir

—Ich gehöre zu dir— (Te pertenezco)

—Sí...Du gehört mir— (Me perteneces)

Tom soltó el agarre de mi mentón y tomó mi teléfono

—¿Qué vas a hacer?

—Le diré a Liam que eres mía, ¿algún problema?

—No coquetearé con Liam...Solo hablaremos de libros, a él le gusta leer igual que a mí, lo juro— yo solo quería un amigo con el que hablar de libros ya tenía a Tom, no quería a nadie más que él

—Liam tiene otras intenciones, Stephanie, no soy idiota

—Pero yo no tengo otras intenciones con Liam...

—¿Lo prometes?— susurró contra mis labios

—Lo prometo— susurré contra los suyos. Nos enredamos entre nuestros labios, besándonos con ternura, era un beso casto, sin otras intenciones.

—Toma tu teléfono y respóndele— sonreí y tomé mi teléfono, vi el mensaje de Liam

"—Bien bonita, ¿y tú?"

Sentí a Tom, poniendo su cabeza en mi hombro, no soy idiota, claramente lo había hecho para poder leer la conversación

"—Me alegro, bien."

—Pues, yo no me alegro de que él esté bien— reí al escuchar la voz de Tom contra mi cuello, besando sutilmente este con delicadeza

"—¿Estás libre ahora? Quisiera invitarte a una biblioteca"

—Dile que no estás libre, que tienes que pasar tiempo con tu novio— dijo Tom esta vez mirando al teléfono, sonreí y dejé mi móvil a un lado, me giré y abracé a Tom, él puso sus manos sobre mi cintura y me subió a su regazo

—Quiero conocer a Liam, parece buen chico 

—Solo si yo te llevo y él ve como te beso— me reí y besé sus labios

—Está bien...Me llevarás tú, ¿feliz?

—Muy...— comenzó a besar mis labios apretando con fuerza mi trasero, mis manos acariciaban sus mejillas lentamente. Tom interrumpió el beso

—Si seguimos así tendré que follarte en el coche, Collins

—No es mala idea— susurré

—Me vuelves loco, muñeca— atrapó mis labios en un beso profundo, metió su lengua, esta se paseaba por toda mi cavidad bucal lentamente, mientras apretaba mi trasero haciéndome jadear, pero los jadeos eran ahogados por sus labios contra los míos.

Fuera De La Ciudad - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora