Fuera De La Ciudad - Tom Kaulitz

~¡Vete!~

*STEPH POV'S*

Comencé a temblar, dudas rondaban por mi mente, no sabía que hacer, si llamarlo otra vez o que, pero justo ahí me llegó un mensaje

"Liam Harper"

Lo abrí y ahí decía

"—Hola, lamento no haberte enviado mensajes. Quiero decirte esto porque no quiero quedar como un idiota, pero, entendí que te he incomodado y en verdad no quise hacerte sentir así, por eso no te he hablado en mucho tiempo, quería darte tu espacio pero, en serio perdón, no quise hacerte sentir así. ¿Crees que pueda ir a tu casa? Hagamos un debate de libros"

Sonreí y creí que distraerme era la mejor opción, así que acepté y le dije que viniera a casa.

Luego de unos minutos, Liam estaba sentado sobre mi sofá, comenzamos a hablar sobre libros y a opinar sobre ellos, teníamos algunas opiniones iguales y otras completamente distintas, los minutos pasaron y con Liam me la pasaba perfectamente bien, se hizo bastante de noche y el miedo volvió a aparecer cuando no vi ningún mensaje de Bill o de Tom, intenté ignorar eso, pero al parecer Liam lo había notado.

—¿Todo bien?

—Sí...O eso creo

—Dime que sucede

—Es Tom, él no ha respondido ninguno de mis mensajes o llamadas, no sé nada sobre él...

—Puede que esté en un ensayo, no te preocupes

—¡Eso dijo! Pero, llamé a su hermano y al parecer el ensayo fue hace horas y que él le dijo a ellos que estaría conmigo y a mi me dijo que estaría con ellos...

—Oh, ya veo...Tranquila, Steph, ya te enviará mensaje 

—Eso espero...

(. . .)

Los minutos siguieron pasando y con Liam ordenamos una pizza, cuando llegó a casa colocamos una película en la televisión y comenzamos a comer mientras mirábamos la película, al terminar lavamos juntos los platos y demás, él me ayudó a ordenar un poco la casa, que en algunos lados era un desorden y luego nos hicimos un café para leer un libro por separado.

Liam comenzaba a caerme bien.

Los minutos pasaron y oí mi teléfono, sonreí y corrí, lo tomé en mis manos pero justo se quedó sin batería, fui a buscar mi cargador y lo puse a cargar, luego de unos minutos, encendió, tenía una llamada perdida de Tom y mensajes de Bill, llamé a Tom pero el volvió a no responder, abrí los mensajes de Bill y ahí leí

"—Steph, estamos yendo a tu casa con Olivia"

"—Necesito que respondas"

Fruncí el ceño y respondí.

"—Claro, vengan, ¿todo bien?"

No respondió.

Volví a sentarme en el sofá y mire a Liam.

—Liam...Dos amigos vendrán, están en camino.

—¿Quieres que me vaya?

—No...No dije eso, solo que...

—Tranquila, solo bromeo, ahora me iré, aún así, tenía que irme, mañana tengo que despertarme temprano.— sonreí y él se puso de pie, yo igual y nos abrazamos.

Luego de unos segundos, Liam se fue y yo me recosté en el sofá, no por mucho tiempo ya que oí mi teléfono, me acerqué y Tom me llamaba, respondí.

—Hola princesa...¿Cómo estás?

—Bien...O eso creo, ¿y tú? ¿Cómo va el ensayo?— me hice la tonta

—Bien, cielo...Lamento no haberte llamado, estuve ocupado

—Me imagino, ¿vas a quedarte a dormir allí en el hotel?

—Sí, cariño, ya sabes que te amo, te veo mañana.

—Sí...Claro

—Steph, te amo...Te amo muchísimo y eres la mujer de mi vida, ¿lo sabías no?

—Lo sé, lo sé...— terminé la llamada sin decir nada más.

Me recosté en el sofá y sentía mi estómago revolverse, algo andaba mal.

La puerta sonó.

Me acerqué y la abrí, frente a mi estaban Bill y Olivia, pero ninguno de los dos tenía esa mirada de felicidad de siempre, estaban serios y en los ojos de Olivia veía tristeza, los veía muy apagado y eso me asustaba más que nada.

—¿Está todo bien?— los dos se miraron a los ojos para luego dirigirse a mi nuevamente.

—Necesitamos decirte algo, Steph— asentí y les abrí el paso, ambos entraron a casa y se sentaron sobre el sofá, imité su acción pero yo era la que estaba sentada frente a ellos dos.

—Bueno...— comenzó Bill y miró a Olivia.

—Es sobre Tom, Steph...Hoy él nos mintió a ambos y bueno, también a los chicos de la banda, así que, cuando corté la llamada fui a casa de...— siguió Bill, lo miré con miedo en mis ojos.

—Sophie...Y él estaba allí, estuvo con ella, Steph...Estuvo con Sophie— no lo pude evitar y negué con la cabeza, pero ambos asintieron lentamente y se acercaron a abrazarme, comencé a llorar desesperadamente cuando oímos la puerta abrirse, elevé la vista y era Tom, me acerqué a él y lo miré a los ojos.

—¡¿Por qué lo hiciste?! ¡¿Por qué?!

—Stephanie, amor, lo siento yo...

—¡Tu nada, Tom! Hoy hablé maravillas de ti...Me arrepiento tanto, ¡tanto!— se acercó a mi y me tomó por la cintura, quise salir pero el calor de sus manos era lo que necesitaba...

—Lo lamento, preciosa...Déjame explicarte, por favor...Déjame explicarte todo desde el principio, por favor...

—Vete...Vete, Tom...

—No puedo perderte, te amo...

—¡Ni siquiera te atrevas a decirme algo así, ni siquiera lo hagas, no quiero verte nunca más en mi maldita vida, Tom! ¡Vete!

Tom me soltó y se alejó sin decir nada, miró a su hermano y yo corrí hacia Olivia, Bill se acercó a Tom.

—Aún no puedo creer que seas mi hermano, Tom...Vámonos— y así, se fueron los dos, quería tiempo a solas con Olivia, ella me conocía mucho más que mi familia.

Hablamos por un largo rato, cuando comencé a recordar que en menos de tres días, la banda se iría a Nueva York para tocar y luego volverían a Alemania para pasar tiempo con sus familias, ya que se venían las fechas festivas, por lo que aunque quisiera, no vería a Tom en un largo tiempo.

(. . .)

Era de mañana, Olivia se había quedado a dormir en mi casa y cuando amanecimos, me puse de pie y fui al baño, me duché y vi mis ojos completamente hinchados de tanto llorar, quería quedarme en casa todo ese día, pero recordé que teníamos un almuerzo pendiente, ese mismo día, con Amanda y Katie, por lo que decidí llamar a Amanda.

—¡Steph! Hola, preciosa...¿Todo bien?

—Hola Amanda, ¿estás con Katie?

—Sí, aquí está.

—Bueno, quería decirles si ustedes podrían venir a mi casa en vez de salir a almorzar, tuve un inconveniente ayer y bueno...Cuando vengan les contaré todo.

—Perfecto, allí estaremos— colgué la llamada.

Me sentía rota, devastada, completamente usada y lastimada, pero por alguna razón, no podía odiarlo.