~Casa De Sophie~

663 62 5
                                    

4 meses después.

Me desperté a las doce del medio día, a mi lado no se encontraba Tom por lo que tomé mi teléfono y ahí vi un mensaje de él.

"—Estaré con los chicos toda la tarde y noche, volveré mañana en la mañana. Te amo preciosa"

Sonreí y respondí. 

"—Está bien, cuídate, te amo Tom"

Puse el teléfono sobre mi mesa de luz y me puse de pie, tomé una ducha rápida. Al salir desayuné y luego lavé mis dientes, mientras decidía que ponerme, me llegó un mensaje de mi abuela.

"—Ven a casa, estoy con alguien que muere por verte"

Dudé un poco de quien sería esa persona.

"—Estaré allí"

Dejé mi teléfono en el suelo y decidí en ponerme unos jeans con corte campana, un top blanco y mis zapatillas blancas de siempre, me hice una coleta y tomé mi bolso, dentro puse las llaves, el móvil, un libro y un gloss.

Salí de mi casa y caminé hacia el autobús, por suerte llegó rápido y en menos de treinta minutos me encontraba frente la puerta de mi casa, toqué y esperé paciente, unos segundos después la puerta se abrió dejando ver a mi abuela, la abracé con todas mis fuerzas y elevé la mirada, solo un poco, para ver a Morgan, una señora amiga de mi abuela de unos ochenta años, esa señora era bibliotecaria y apenas la vi corrí como solía hacerlo de pequeña hacia ella, Morgan besó mi mejilla y luego de unos segundos  nos sentamos en el sofá, comenzamos a hablar hasta que mi abuela escuchó su teléfono sonar y se alejó de nosotras para poder atenderlo.

—Hay un chico, Tom...Él fue a comprar libros para ti, ¿es tu novio, cierto?

Sonreí de oreja a oreja y sentí mis ojos brillar de la emoción, amaba hablar de Tom, era lo que más me gustaba hacer, amaba decir lo perfecto que él era y en los cuatro meses créanme que hablé muchísimo sobre Tom con mis padres y amigos.

—Sí...Bueno, no, no es mi novio aún.

—Pues debería, es muy atractivo ese muchacho, además de que te ha comprado diez libros hace no mucho.

—¿De quién hablan?— comentó mi abuela quien se sentaba sobre el sofá a un lado de nosotras.

—De Tom— respondí sonriente

—Uy, sí, ese niño es muy atractivo y trata a mi nieta como una reina.

—¡Sí! Tom es el chico más perfecto que pude haber conocido, en serio, él me trata como una reina y muchas veces me ha tocado canciones en la guitarra...Después de todo lo que pasé con Otis, aún no puedo creer que alguien me ame tanto como Tom lo hace.

Ambas señoras sonrieron y me miraron a los ojos.

—Y más le vale seguir tratándote así, o sino, el abuelo le hará la vida imposible.— sí, olvidé decirlo, mi abuela adora hacer chistes con mi abuelo muerto.

—¡Abuela!— dije y comencé a reír.

—Tu abuela tiene razón, le hablaremos a tu abuelo por medio de una médium y le diremos que le haga la vida imposible a ese muchacho. — las tres reímos.

—Tom nunca me haría algo malo, con él entiendo la frase que dice "Después de una tormenta, siempre sale el sol".

(. . .)

Llegué a casa luego de un par de horas de estar allí con Morgan y mi abuela.

Le envié mensajes a Tom, pero él no respondía, supuse que seguía con los chicos ensayando y esas cosas, por lo que decidí mandar mensajes a Bill, el tampoco respondía y por alguna razón tampoco tenía los números de Gustav y Georg, así que no tuve más remedio que llamar a Bill.

—¿Si?— dijo Bill tras el teléfono, su voz sonaba completamente dormida y un poco ronca, no se escuchaba nada de sonidos fuertes ni otras voces detrás.

—¡Bill! Soy yo, Steph, quisiera saber como está Tom

—No estoy con Tom, Steph...— sus palabras me hicieron temblar

—¿Qué? Él dijo que estaría con ustedes ensayando...

—Steph, estaba durmiendo, tomé una pequeña siesta...Sí, tuvimos un ensayo pero ahora Tom dijo que estaría allí contigo...— comencé a temblar aún más, mis manos sudaban y sentía un nudo en la garganta, no quería sobre pensar pero, lo que Bill me decía, no ayudaba en lo absoluto.

—Bill...Dime por favor que estás mintiendo— y así terminó la llamada.

*BILL POV'S*

Corté la llamada lo más rápido que pude, corrí hacia mi armario y me coloqué el conjunto que vi primero, me coloqué unas botas negras y así salí del hotel, corrí escaleras abajo, ni siquiera podía tomar un ascensor de los nervios y miedo que sentía, por alguna razón sabía que estaba haciendo Tom, lo sentía.

Salí del hotel y decidí manejar hacia la casa de Sophie, algo me decía que él estaba allí, probablemente follándosela.

Mientras manejaba, rezaba porque él no estuviera allí, rezaba por fuera, pero en mis adentro sabía que él se encontraba allí.

En el camino decidí llamar a Olivia, le dije que la esperaría en una dirección, en donde quedaba la casa de Sophie, decidí fingir que era sordo mientras ella preguntaba.

"¿Por qué?"

"¿Tom está allí?"

"¿Qué sucede?"

Colgué la llamada y minutos después me encontraba allí, Olivia se encontraba en la esquina por lo que estacioné la furgoneta allí y salí de esta, caminé hacia Olivia y le dije que hiciera silencio, ella hizo caso.

Mientras caminábamos hacia allí, mi cabeza se llenó de preguntas:

"¿Por qué?"

"¿Y si no está allí?"

"¿Por qué le haría eso a Steph?"

"¿Qué sucede?"

Seguimos caminando, hasta que llegamos a la casa de Sophie, las ventanas cerradas pero las luces prendidas, al menos las del primer piso.

Tomé la mano de Olivia con fuerza y nos acercamos a la puerta, ella aún no había dicho ni preguntado absolutamente nada, miré a nuestros alrededores y suspiré, miré la puerta y acerqué mis nudillos para golpearla pero los nervios me lo impedían, miré a Olivia y susurré.

—Hazlo tú...— ella asintió y golpeó la puerta tres veces.

La puerta no se abrió.

Ella tocó otra vez, y otra, y otra, otra, otra, y otra, y otra, pero aún así no se abría.

"No hay nadie allí"

Pensé, hasta que escuché.

—¡Coño, que ya va!

La voz de Tom...

Olivia me miró, al parecer ella reconoció la voz de mi hermano al igual que yo, la miré y vi sorpresa, ansiedad y miedo en sus ojos, yo solo bajé la cabeza y no dije nada, oímos la puerta abrirse, y nos quedamos boquiabiertos con la escena, al igual que mi hermano al vernos. 

Él estaba sin camiseta, solo tenía unos jeans puestos, descalzo, su cabello despeinado y una expresión de sorpresa en su rostro.

—Por favor...No le digas esto a Steph— mi rostro cambió por completo y lo miré con decepción, negué con la cabeza y lo miré directo a los ojos.

—No le diremos, le dirás tu, Tom.— Tom quiso abrir la boca para hablar, pero al oír unos pasos detrás de él cerró la boca, una morena, idéntica a Steph nos miraba, su cabello un poco despeinado y solo tenía puesta la camiseta de Tom, ella son sonrió y saludó con buena onda, pero yo solo miré a mi hermano y lo último que dije fue.

—O le dices tu, o le digo yo— me giré y tomé a Olivia de la mano, caminamos lejos hasta que ella me miró y dijo

—¿Lo dices en serio?

—¿El qué?

—Lo de no decirle a Steph hasta que él le diga.

—Claro que no.

Fuera De La Ciudad - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora