Las hojas de otoño
—Las estrellas no tienen novio—susurre mientras cubría con mi mano el empaque del labial para admirar los detalles con los que está compuesto.
Podía sentir entre mis dedos el material liso negro brilloso y los pequeños detalles plateados que enmarcaban la letra D de Dior, destape el empaque lentamente y admire el color rojo intenso un rojo brillante y llamativo. El tono 999 de la línea Rouge Dior, el rojo perfecto. El tono me recordaba a la autenticidad y a el estrellato. El rojo inundaba mi mente asociándolo con sobresalir al lugar que fuera no muy diferente al labial que tenía entre mis dedos. No importaba la línea de labiales ni su formulación. Porque el tono 999 siempre estaba en cada una de ellas, en satin, aterciopelado, adiamantado o velvet pero siempre era 999 el rojo perfecto.
Ser auténtico y fiel a mi ideales eso venía a mi mente cuando la barra del labial tocó mis labios tintándolos rápidamente.
Me observe al espejo y pude apreciar mis ojos mieles destellando con la luz tenue de la habitación. El cabello azul brillaba en la oscuridad y la paz que sentí aumentaba conforme torcía la boca para enfocar una sonrisa mostrando mis dientes.
Un doncel bello, exitoso y próspero en sus veintes.
El golpeteo de la ventana me hizo prestarle la atención debida y me acerqué a ella en pasos ligeros con los tacones sonando en el suelo elegantemente. Vi las luces de ciudad saltando en mi ojos, el golpeteo volvió a sonar pero solo era el viento fuerte que hacía moverla.
Sonreí abrazándome cálidamente y salté emocionado. El torrente de energía y felicidad que sentía era enorme. Aveces solía pensar que mi vida era perfecta, lo que merecía en los tiempos perfectos.
Los ataques de felicidad llegaban recurrentes cuando disociaba y me ponía a pensar en lo afortunado y feliz que era. Viviendo de lo que amaba, con personas que me admiraban y la vida de un rockstar de noche.Lo impredecible que era mi vida era emocionante, pero no tan impredecible. Me refiero a que todo lo tenía controlado pero aveces mi vida me sorprendía con cosas gratas. Como un día poder estar cenando en mi querido New York de noche a tomar un avión rumbo a Francia para admirar un desfile. Así de impredecible era mi vida. Oh eso quería pensar porque de alguna forma siempre controlé todo, mis horarios, mis comidas, mi ropa, mis sueños y a las personas que estaban a mi alrededor. Así como podía controlar mi cuerpo cuando bailaba, intentaba controlar todo aquello que me pudiera dar paz.
Corrí hacia mi armario a tomar mi bolso y ubicar un pequeño gel anti bacterial de Bath and Body Works, también acomode mi labial, mi tarjetero, llaves de mi casa, mentas y un pequeño perfume de viaje de la línea good girl.
Revise mi teléfono unos minutos suspirando mientras caminaba a la sala de mi casa. El silencio era puro, y relajante.
Hasta que el timbre fue tocado arruinando el aura. Tome mi bolso y caminé hacia la puerta para admirar a mi mánager Kim Seokjin y mi estilista y mejor amigo Park Jimin.
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Midnight rain [Kookv]
FanfictionÉl quería un novio, yo estaba haciendo mi propio nombre, persiguiendo esa fama...