Capitulo 28

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Miranda POV

¡Diablos! De verdad que esta Universidad es grande, muy grande... vamos, ¿de qué les sirve tanto espacio? Desde acá puedo observar un montón de lugares desocupados donde bien, puede vivir alguien; no entiendo, ni siquiera encuentro la cafetería.

-¡Miranda!- escucho

Paro en seco y vuelvo mi vista.
Observo a Zoe acercarse, muy agotada, necesita hacer más ejercicio, aunque creo que ya lo hace... da igual.

-¿Qué?- digo
-¿Has visto a Rachell?- dice a mi lado.
-Amm, no- respondo y comienzo nuevamente la caminata, ahora con Zoe a mi lado.
-Joder- dice mirando su celular.
-¿Por qué lo dices?- pregunto observando todo, necesito comer algo ¡ya!
-Son las 8:00am, esa chica no dura tanto tiempo, siempre se dirige al parque desde muy, muy temprano, pero lo más tarde que regresa es a las 7:00am.

La miro.

-Tal vez se ha quedado un poco, ¿no?- menciono preocupándome.
-Tú la conoces mejor, pero creo que no estas tomando esto como deberías- responde
-Claro, la conozco muy bien, pero...- digo procesando todo lo que ha dicho- ¿Estas segura de que nunca se queda más tiempo?

Asiente.

Detengo mi caminata y me pongo a pensar absolutamente en todo; como era ella en el colegio, su puntualidad, de lo que sería capaz, tanto de lo que no. Esto no me está gustando.

Busco mi celular y al dar con su paradero intento llamar a su celular.

-Soy Rachell, en este momento no puedo contestarte, luego te devolveré la llamada. ¡Adiós!- escucho el buzón.

Intento varias veces, pero no escucho nada aparte de su voz fingiendo que no puede contestar.

-¿Qué? ¿No lo ha tomado?- dice Zoe.
-¿Qué crees?- digo obvia- Claro que no.
-Esto no es bueno- menciona.
-No...

Paso una mano por mi cabello y siento como los nervios comienzan a jugar en mi estómago, lo cual, es como una señal para mí de que algo no está bien.

-Esperemos unos minutos ¿vale?- dice- Ve a comer algo, yo iré por los chicos para pedirles ayuda.
-¿Cuáles chicos?
-Geo... no importa, en un momento regreso- dice y la observo perderse a lo largo del pasillo.

Diablos, estoy segura de que algo le ha pasado. Si Zoe tiene razón, ella debería estar aquí ahora, siempre he dicho que tiene algo así como un horario especial dentro de su mente, no lo sé. Esto es algo agobiante, es insólito que ella... es solo que, no puedo creer que esté pasando esto una vez más.

Busco una máquina de bebidas y para mi suerte hay sodas energéticas.

Saco de la pequeña bolsa de mi pantalón una moneda y la introduzco dentro de la rejilla para que esta estúpida maquina me entregue la bebida. Necesito pensar que esto es algo de lo cual no hay que preocuparte, de seguro se ha quedado en el parque un segundo, eso espero.

Luego de al menos, ¿dos minutos? Ya me he bebido todas y cada una de las gotas del pequeño envase que se encuentra en mis manos en este momento.

-¡Eh!- escucho

Observo a Zoe acercarse, pero viene sola... era de esperarse.

-Pensé que vendrías con ayuda- menciono lanzando el envase al basurero.
-Claro que si tía, en un segundo aparecen por esa esquina, es solo que uno de ellos no tenía los zapatos puestos- ríe

Ruedo los ojos y miro ''la esquina''.
Luego de unos segundos observo una cabellera ¿castaña? Acercarse rápidamente; corriendo, pero caminando, ustedes entienden.

-¿No ha llegado?- dice alterado.
-Ey, cálmate, te dará taquicardia si sigues respirando así- menciono- Y no, no ha llegado.

Él pasa una mano por su cabello, preocupado.
¿Pero y este quien es para comportarse así?

-¿Tú quién eres?- digo mirándolo de arriba a abajo.
-George...- responde
-Ahh, y ¿Qué eres de Rachell, George?- me cruzo de brazos.
-Eso podemos hablarlo luego, ¿sí?- dice Zoe.
-Oh no, Rachell no me hablo de ti, así que en este mismo momento me explicas que eres de ella como para comportarte de esa manera- exijo
-Más que su amigo, pero menos que un novio- responde aclarándose la garganta- Es complicado.
-Si claro- digo en tono de burla.
-Tú debes ser Miranda, ¿cierto?
-¿Y a ti que te importa?- respondo
-Ella siempre pasa hablando de ti, pero pensé que eras más amigable.
-¿Pensaste?- lo fulmino con la mirada- ¡Yo soy un encanto!
-Lo dudo...
-Vuelve a insinuar algo así y te juro que te comes tus palabras.
-¡Eh, parar chicos!- grita Zoe- No es momento para problemas, ¿acaso no se ponen a pensar que esto es serio? ¡Dios!

Miro de mala gana al chico y él solo esquiva mi mirada.

-¿Y dónde está el otro? ¿Acaso camina como tortuga o qué?- digo mirando a Zoe.
-De hecho, allí viene- dice señalándome ''la esquina'' con la mirada.

Vuelvo mi vista y una sensación irritante domina mi estómago; esto tampoco es verdad.

Ese chico rubio, ese que conocí hace 3 años está a unos metros de mí, en carne y hueso...

Su mirada se cruza con la mía y no puedo evitar el nudo que se forma en mi garganta.

-¿Miranda?- dice mirándome de arriba a abajo.
-Jeremy...- murmuro


Escapando nuevamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora