Capitulo 21

147 20 5
                                    

Un incesante dolor de cabeza me obliga a abrir los ojos.

Miro todo a mí alrededor y no reconozco absolutamente nada. Todo es color pastel, cuando en realidad debería ser blanco y negro; o así recuerdo mi recamara. Miro la hora en el reloj analógico que se encuentra en la pared y me doy cuenta de que son las 10:00am.

Escucho un suspiro a mi lado, vuelvo mi cabeza y me encuentro con Christie, quien duerme profundamente.
¿Pero qué mierda?

Alejo con cuidado las sabanas de mis piernas y me levanto de la cama cuidadosamente, seguidamente me dirijo hacia el baño.
Cuando entro, me miro en el espejo; me doy cuenta de que no dormí demasiado.

Abro la llave del grifo, uno mis manos para así poder retener un poco de agua y me mojo la cara.

-¿Qué diablos te pasaba por la cabeza de Alex? - me digo mí mismo.

Yo no tomo.
Nunca lo he hecho de esta manera.
Jamás creí hacerlo.
Me siento un gran estúpido en este mismo momento.

¿Y porque estoy acá? Lo que lo hace aun peor es; ¿Por qué con Christie?

-Mierda- digo pasando una mano por mi frente.

En este mismo instante estoy pensando en lo que pudo pasar en la noche con... ¡Diablos Alex! ¿Por qué tuviste que aceptar salir con ella?

-¿Alex?- escucho

Limpio mi cara con una pequeña toalla que se encuentra allí y espero unos segundos antes de salir del baño.

-Pensé que ya te habías ido- dice Christie.

Se encuentra sentada en la cama.
Miro que entre sus manos se encuentra mi celular... ¿Porque tiene mi celular?

-No...- digo aclarándome la garganta- ¿Qué haces con mi celular?
-Oh, Yo...- dice mirándolo- Te han llamado en la noche y he tomado la llamada.
-¿Quién era?- digo incómodo.
-Número equivocado- responde con una pequeña sonrisa.
-¿Porque no me has despertado?
-No era importante; además, parecías un angelito, ¿porque lo haría?

Suspiro.
Me acerco a la cama, aun incomodo por los pensamientos que invaden mi mente. Me siento en la orilla de esta y me pongo los zapatos.

-¿Quién es Rachell?- pregunta de repente.

Pongo mis ojos como platos y siento una extraña sensación en mi estómago.

-¿Qué con ella?- digo nervioso.
-Ayer casi mueres hablando sobre ella- responde divertida.
-Bueno, creo que no te interesa- digo sin pensar.
-Eh- dice levantándose de la cama.

Apoyo los codos en mis rodillas y miro el suelo.

-No te pongas así- sigue diciendo a mi lado- Si no quieres mencionarme sobre ella, no importa. Cambiando de tema, ¿te gusto la noche de ayer?
-¿A qué te refieres con eso?- la miro.
-¿No recuerdas nada?- dice frunciendo el ceño.
-Lo último que recuerdo es que estaba tomando un whisky y después de eso... nada- respondo nervioso.

Me levanto y la miro fijamente a los ojos.

-Dime que no pasó nada entre nosotros- digo
-¿Entre Nosotros?

Me limito a no decir nada.

-Si bien...- dice esquivando mi mirada- Puedo recordártelo.

Pongo mis ojos como platos.
Ella se acerca a mí y me abraza por el cuello.

-Fue una noche perfecta- agrega mirando mis labios.
-Mierda- susurro separándola de mí.

Me acerco rápidamente donde ella se encontraba acostada, y tomo mi celular

-¿A dónde vas?- dice

No respondo y salgo rápidamente de allí.
Camino por el pasillo y la escucho caminando detrás de mí.

No pudo pasar, no. Yo no me acosté con ella. Amo a Rachell y aunque no esté conmigo, estoy seguro de que no sería capaz de serle, por decirlo de alguna forma, ¿infiel? No, sinceramente, dudo que esa sea la razón por la que no lo haría, creo que sería que no conozco a esta chica, ni siquiera he pasado un día entero con ella.

-Da Igual Alex, ya lo hiciste, no puedes hacer nada- escucho mi subconsciente.

Maldigo en voz baja y salgo del apartamento.
Luego de unos segundos, llego a la salida del parqueo y dejo que la luz del sol choque en mi cara.

-¡Alex espera!- escucho
-¿Puedes dejar de seguirme? ¿Por favor?- digo frustrado.
-No. Anoche paso algo que...
-Anoche- la interrumpo y me acerco hacia ella- Anoche no pasó nada, ¿sí? Nada.

Me alejo rápidamente y decido ir a un café, el dolor de cabeza me está matando.

Camino y mi mente en ningún momento deja de pensar en todo lo que paso ayer, en que no paso y... los recuerdos son borrosos, no recuerdo nada parte de que estaba tomando como un adicto.

Saco el celular de uno de mis bolsillos y reviso el registro de llamadas.
Miro con atención los contactos y hay uno en especial que me llama la atención; Rachell.

-¡Maldita sea!- grito y tiro el celular contra el suelo de la carretera.

Paso las manos por mi cabeza, inhalo una gran bocanada de aire, para luego exhalarla.
Me pongo el gorro de la sudadera que traigo puesta y camino hacia la nada ahora.


Escapando nuevamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora