Capitulo 46

143 15 27
                                    

Rachell POV

Me quedo en shock mirando la puerta por la que hace unos segundos Christie ha desaparecido, sin dejar de lado todas las miradas curiosas que se clavan como cuchillas en la parte trasera de mi cuello.

¿Qué acaba de pasar?

Estoy perdida en mi propio mar de pensamientos y confusiones, siquiera he podido procesar todo lo que esa chica ha dicho. Es extraño todo lo que está pasando, no entiendo porque el mundo está contra mí, lo que menos quería era una nueva enemiga, y ahora, la tengo. ¡Dios! ¿Cuándo todo esto se frenara?
Una voz lejana y casi inaudible se escucha dentro de mis tantos y revoltosos pensamientos, una que solo decir:

''¿Qué esperas? ¡Ve ahora mismo al hospital!''

Mi vista se mueve por todo el lugar y noto como las miradas aún siguen intactas hacia mi dirección, y siento como mis mejillas comienzan a tomar un color rojo. Instintivamente alzo mi vista para toparme a una Shelley roja como el tomate y con un odio inmenso en sus pupilas dilatadas. Lo que me faltaba.

-¡Quiero que mantengas a esa zorra lejos de mi territorio! ¡¿Entendiste?!- dice a gritos atrayendo aún más la atención de los presentes- ¡Y más te vale que tú también lo estés! ¡Juro que les arrancaré los malditos pelos de su cabeza hasta que queden calvas! ¡Dejen a mi Alex de una vez por todas, maldita sea!

Su rostro esta tenso, tanto que noto las líneas debajo de sus mejillas, por lo que me doy cuenta de que tensa la mandíbula intentando contenerse. Abro la boca en un intento fallido de decir al menos una palabra; claramente, ella se da cuenta de eso y comienza a reír secamente.

-Más te vale- amenaza parando su risa de golpe y susurrando estas palabras.

Se vuelve inmediatamente y camina hacia el último extremo del lado derecho, donde se encuentra toda ''su pandilla'' reunida. Cuando llega todos me dan una mirada burlista y comienzan a reír intentando no hacerlo, pero se nota a kilómetros que les es imposible. Pero por alguna razón, eso no causa nada dentro de mí, es decir, me da igual. No me siento nerviosa, no me siento un asco, no me siento como un estorbo o un juguete; solo los miro y ni un solo pensamiento me invade, excepto el hecho de que ahora mismo me comienzan a dar lastima. Sí, lastima.

No es hora de ponerme a pensar en todo lo que acaba de pasar, la voz de mi mente sigue insistiendo, y de un pronto a otro me ciego obedeciendo lo que dice esta, por lo que me levanto dejando la bandeja de mi desayuno en la mesa, no me molesto en dejarla en su sitio. Acomodo mi mochila y salgo con paso firme del comedor, seguida por la vista de todos.

Una vez fuera camino hacia la derecha y busco la salida del edificio. Camino tranquila o al menos intento verme de tal forma, ya que mis piernas piden ir más rápido, como un rayo a años luz. Aun así, me contengo, no es normal correr por un pasillo lleno de universitarios. Miro todo a mi alrededor; casilleros en escasos lugares, que sinceramente, dudo que se utilicen ya que este es el edificio de los dormitorios.

-¡Aléjate de una puta vez!- escucho detrás mí.

Todos los presentes se dan cuenta y vuelven a ver de dónde provino tal voz, la cual yo reconocería hasta dormida; Miranda. Me vuelvo rápidamente para ver a Miranda caminar lo más rápido que le permiten sus piernas, haciendo que el viento haga su jugada en la falda del vestido (no hablo de que se le levante totalmente dejando a la vista todo, si no que este hace que la falda se eleve suavemente, pero de manera moderada). Su cabello rojizo también de hace hacia atrás por el movimiento de sus piernas, haciendo que se vea increíble, digo... no es algo que se dé muy seguido, parece que estuviera haciendo una entrada triunfal. Aunque su mirada me dice todo lo contrario y las facciones de su rostro, aún más. Esta tensa, se nota en los nudillos de sus manos que se encuentran blancos por el hecho de apretar tan fuerte los cuadernos contra su pecho. Jeremy la sigue con paso acelerado.

Escapando nuevamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora