Púas en la lengua (Inui x Kokonoi)

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— En ese instante la tormenta fuera es fuerte y estamos empapados... Koko comenzó a desnudarse y pude ver las gotas de agua resbalar por su anatomía... los lunares que nunca antes había visto... todo sucedió deprisa, me apoderé de sus labios y sus caderas... pude sentir la dureza entre sus piernas... con hambre decidí arrodillarme y empezar a comérmelo desde su pene...

La puerta del despacho se abrió de repente, con fuerza.

— ¡INUI CIERRA ESE HOCICO!

El rubio que estaba relatándole su sueño húmedo a Taiju miró a su omega y le regaló una sonrisita, pequeña, feliz de verlo.

— Y tú... ¡Tú!

— Hajime, acabas de interrumpirme en el mejor momento...

— ¡No me importa! ¡Idiota!

Koko tomó del brazo a Inui y lo sacó de allí a la fuerza, avergonzado y enojado no solo con su jefe sino con su pareja.

Odiaba que todo el mundo creyera que podían meterse entre ellos solo porque eran dos omegas.

Lo llevó hasta su despacho de tesorero y lo hizo sentar en la silla de invitados, el de pelo negro se sentó en frente con su propia silla, como si fueran a tener una pequeña reunión.

— ¿Se puede saber qué demonios estabas haciendo con Shiba?

Inui miro la vena que tenía en la frente su pareja y ya sabía que estaba en problemas.

— Contándole los sueños pecaminosos que tengo contigo.

— ¿Por qué?

El rubio alzó ambos hombros.—Taiju me dijo que a veces me veía tener pesadillas cuando me quedaba dormido en el sofá esperándote y me dijo que le contara mis sueños así el podía ayudarme... le conté sobre Akane y mi familia y otros miedos, pero cuando le conté mis sueños contigo dijo que solo le contara esos que él rezaría porque nuestras almas no se fueran al infierno...

Koko golpeó la mesa con fuerza.— ¿ACASO ALGUNA VEZ VISTE A ALGUIEN REZANDO CON SUS MANOS EN LOS PANTALONES?

— No sé nada de religión... además... me hace darle la espalda cuando hablo... no veo lo que hace...

El omega tesorero se llevó ambas manos a la cara, no podía creer que su pareja no cuestionara nada a una autoridad, estaba bien que Taiju fuera su jefe pero masturbarse mientras escucha los sueños de Inupi no era algo que iba a dejar pasar, sobre todo porque pudo haber más.

— Entonces... me dices que SOLO le cuentas...

Inui asintió seguro.

— ¿No te pidió tener sexo?

El rubio negó.— Taiju dijo que los gays se iban al infierno... aunque sea un alfa no quiere sexo con omegas hombres...

Koko achicó los ojos porque había algo en ese discurso que no cerraba, como a cualquier religioso, entonces supo que era.

— ¿Se la chupaste alguna vez?

Inui volvió a negar y Koko suspiró, hasta que el de ojos claros habló.— Dijo que mi lengua lastimaba y me echó...

— ¡LO SABIA!

La cabeza le iba a explotar, cerró los ojos enfadado, pensando en como deshacerse de un cuerpo tan grandote sin que nadie lo noté, alzó sus párpados porque sintió un roce en sus piernas.

Al ver por debajo del escritorio pudo divisar a Inui apoyando su mejilla contra su muslo como un perrito regañado.

— Lo siento... no quise hacer algo para que te enfades...

— Lo sé... solo... estoy tan cansado de que no puedan entender nuestra relación...

Inui cerró sus ojos ante los mimos en su cabello y se acercó a frotar su mejilla y nariz contra la entrepierna adversa.

— No es necesario que la entiendan... para mí, tu eres el único...

Koko dejó que el rubio desabroché su cinturón y lo masturbara, que le besara el pene y abriera la boca para metérselo por completo.

Esa lengua era caliente, suavecita y resbaladiza, pero solo era así con la persona elegida.

Al pelinegro le había sucedido también recibir quejas por sus felaciones por las púas en su lengua, pero Inui nunca se quejó de ellas, porque realmente no las sentía, por ende solo los destinados podían recibir aquellas lenguas sin sentir que eran unas lijas o un rayador de queso que los dejaría sin miembro viril.

Aún estaba enfadado y necesitaba vengarse, así que le tomó una fotografía a Inui lamiendo su pene y se la envió a su jefe con el texto "Lo que nunca vas a poder disfrutar".

Apartó el teléfono y se relajó, disfrutando de las excelentes mamadas que daba Inui mientras de fondo escuchaba los golpes que Taiju estaba dando en su oficina.

Omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora