Impregnación de aroma (Chifuyu x Kazutora)

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Todas las mañanas, aunque Chifuyu se levantara más temprano para ir a su trabajo, su pareja salía de la cama, iba hacia él para llenarlo de mimos y luego se arrastraba nuevamente a enrollarse con las sábanas así descansar un poco más.

El de ojos celestes se percataba de las intenciones de su omega, ese tigre se encargaba de dejarle su aroma impregnado en alguna prenda, en su cuello, en algún reloj, así cualquiera que se le acercara sabría que el alfa estaba tomado.

Le daba ternura como marcaba territorio porque no lo veía preocupado, ni celoso, ni desconfiado, Kazutora solo dejaba su aroma cada mañana y hacía su vida habitual, por ello aquella mañana que no se despertó para darle sus mimos matutinos no lo tomó como algo grave y fue a su trabajo.

Al inicio fue consciente de las miradas de su chofer y en la oficina, todos pudieron darse cuenta que el "perfume" que siempre traía el ejecutivo no había sido depositado ese día y los rumores de una discusión o pelea estuvieron en boca de todos, pero no en su corazón.

Para él era imposible que Kazutora dejara de quererlo de la noche a la mañana, eran una pareja de más de dos años, tenían actividades juntos, planes a futuro sobre mudarse a un sitio más grande con terreno para poder tener hijos, incluso habían planeado las vacaciones de ese año.

Solo se había quedado dormido, con seguridad había tenido un día de trabajo pesado o la alarma no sonó.

En su oficina hizo su trabajo habitual sin preocupaciones, hasta que escuchó pasos fuertes fuera, alguien venía corriendo en su dirección y eso solo significaba una emergencia, tal vez peligraba Takemichi o Kisaki.

La puerta del recinto se abrió de golpe y Kazutora llegó casi derrotado por la falta de aire, se apoyó contra la puerta para intentar recuperar el aliento.

— Me quedé dormido...

— ¿Kazutora?

Chifuyu se puso de pie porque lo veía rojo y agitado, demasiado para el buen estado físico que tenía ese hombre. Se acercó y le bastó tocar su frente para saber que sucedía, estaba afiebrado, por ello no había despertado.

— Llamaré al chofer para que te lleve al médico...

Intentó ir hacia su escritorio donde había dejado su móvil, pero el tigre se aferró a su brazo.

— No quiero ir a casa...

Aguardó unos momentos y terminó acariciando su cabello.— ¿Por qué?

— El amor se cultiva todos los días...

Chifuyu se sonrió, así que impregnar su aroma sí era algo más importante que solo una costumbre, sino más como alimentar el amor, elegirlo cada día, eso le hizo sentir una felicidad indescriptible, por ende ya él tampoco quería que se fuera a la casa.

— Puedes quedarte, pero si veo que empeoras irás al médico ¿Bien?

El tigre obedeció porque se sentía mal, bebió la medicina sin chistar y se recostó en el sofá que había en ese despacho quedándose dormido a los pocos minutos ya que se sentía seguro, le pidió a su secretaria que trajera una manta, mas para su sorpresa quién se apareció fue Koko.

— Ustedes si que saben entretener estas oficinas aburridas... ¿Se pelearon y se reconciliaron tan deprisa?

El ejecutivo tomó la manta y negó.— Nunca nos peleamos...

— Genial, sigue así porque tengo una apuesta muy fuerte con Pah de que van a durar unos años m-

Chifuyu le cerró la puerta en la cara y se dispuso a cubrir a su pareja con la manta, olfateando el aroma de sus feromonas salir debido a la comodidad.

Le besó la frente, ¿Unos años más? Él quería estar toda su vida junto a Kazutora, así que se alegraba que ahora su aroma no solo estuviera en casa o en su ropa, sino que por ese día estaría cubriendo todo su despacho. 

Omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora