Celo omega (Zhongli x Neuvillette x Childe)

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No lo podía creer aún, ser declarado culpable cuando por primera vez no había hecho absolutamente nada.

Aún se encontraba mareado por el golpe que le había dado el alfa de cabello blanco, siquiera lo dejó pelear con la verdugo, pero eso no era por lo que sonreía, sino que estaba disfrutando de la vista de dos alfas distinguidos discutiendo lo más diplomáticamente que podían sobre quién se llevaría a ese omega.

— Las leyes de Fontaine son claras, el señor Childe deberá cumplir su condena en el fuerte y luego usted puede llevárselo dónde quiera.

El pelirrojo miró a Zhongli para saber cuál sería su defensa.

— Se me ha informado que hubo un error y los crímenes por los cuales fue condenado son falsos, así que el juicio queda anulado y puedo llevarlo conmigo.

Neuvillette achicó sus ojos, molesto.— Señor, es un miembro de los heraldos, no voy a permitir que lo saque de mi territorio sin averiguar que es lo que está sucediendo.

El de cabello blanco lo levantó de la silla jalándolo desde las esposas, el zorrito aprovechó para hacerse la víctima.

— Ay no~ que dolor~ monsieur Neuvillette, me está lastimando~

— Cierra la boca si no deseas ir por pedazos a la cárcel.

— Que rudo, grr~ — Se burló de él y miró a Zhongli con cara de cachorrito para que fuera a salvarlo.— No quiero ir a la cárcel, me van a hacer cosas feas~

El arconte se acercó a ellos y sujetó a Childe por un brazo, mirando fijo al otro alfa, no cedería.

— ¿Acaso solo por ser un Fatui ya se presume culpable? ¿Qué clase de justicia imparten aquí?

La discusión le gustaba, sin embargo el acusado comenzó a sentirse un poco extraño, que dos alfas estuvieran forcejeando por él, alzando cada vez más la voz y liberando sus feromonas para imponer su autoridad le hacía temblar las piernas.

Cualquier día del año podía cachondearse con esa situación, pero era más que solo calentarse, sentía que quería estar entre ellos pero de una forma sexual para prevalecer la especie.

— A-ah... chicos...

— ¡Usted más que nadie debería saber que son capaces! Dos veces intentaron destruir su nación en cuestión de meses y lo perdonó como si nada...— El juez atacó.

— Ese asunto tiene que ver con mi nación, no se meta, él ya pagó por lo que hizo...

— E-este... es urgente... — Murmuró el onceavo desprendiendo su aroma dulce en contra de su voluntad.

Neuvillette lo apretó contra su anatomía.— ¡Entonces usted no puede inmiscuirse en asuntos de Fontaine!

Zhongli dió un paso hacia ellos y jaló a Tartaglia contra su pecho.— ¡Él me pertenece!

— Ch-chicos... no quiero interrumpir pero...

— ¡Cállate!

Ambos alfas le gritaron lo que agitó el corazón de ese omega que intentaba contener su celo, pero fue imposible, ya sentía su trasero mojado y receptivo, quería ser fecundado por esos dos hombres.

— ¡Los asuntos personales quedan fuera...! De... mi corte...

El hombre vestido de azul descendió la mirada al acusado porque estaba frotando su trasero contra su entrepierna con descaro.

Zhongli olfateó las feromonas que tanto conocía y se percató de la situación, tomó la cara de Childe por ambas mejillas.— ¿Puedes esperar un poco más? Luego te consentiré...

— Uhm~ cógeme ahora... por favor...

Rogó buscando convencerlo al darle besitos en su cuello y lamidas, más al tener las manos esposadas a su espalda era el juez quien podía sentir sus caricias contra su abdomen y los roces en su miembro.

— No puedo permitir que se vayan, pero tampoco puedo enviarlo en este estado al fuerte, el duque podría tener algunos problemas para controlar al resto... — Suspiró y fue a sentarse en su silla con intenciones de seguir trabajando.— Esperaré a que terminen para poder darle supresores y enviarlo a cumplir condena...

Zhongli se sonrió con un deje de malicia y arrastró a Childe con él para arrojarlo sobre el escritorio frente al otro alfa, boca abajo, le quitó los pantalones de un jalón junto a la ropa interior.

— Ahg... si, si... por favor, mételo ya...

Childe movía su cadera para frotar sus nalgas contra el bulto adverso, mientras miraba a Neuvillette porque lo tenía en frente y también buscaba seducirlo.

El juez tenía control de su cuerpo aún con un omega en celo pues los supresores que utilizaba eran bastantes fuertes, sin embargo estaba tan enfadado con la anomalía que si podía descargarse con ese cuerpo y tratarlo sin delicadeza alguna lo ayudaría a tener la mente clara para investigar porque demonios la oratriz había dado un veredicto tan extraño.

El alfa de Liyue se encimó sobre él para poder penetrarlo, su interior estaba tan caliente y húmedo que lo hacía suspirar, pero antes de concentrarse en el sexo debía jugar la última carta.

Acarició el cuello del omega para alzarle la cabeza así podría ver mejor al otro alfa, deslizó los dedos por su nuez de Adán y luego los metió dentro de su boca para acariciar su lengua.

— Childe, tal vez deberías enseñarle al gran juez de Fontaine como te metes dos penes en la boca... — Apartó sus dedos llenos de saliva.

¿Dos? ¿Neuvillette también era un dragón? — Uff... señor... permítame darle placer... puede usar mi boca hasta correrse... aah... puede ser tan brusco como quiera...

Hubo un momento de duda en el juez mas cuando vio que Neuvillette se puso de pie, Zhongli supo que al terminar podría llevarse a su omega de allí, confiaba absolutamente en la habilidad de esa boca sucia.

Volverían a Liyue juntos y lo castigaría por ser un zorrito lioso.

Omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora