- ¿Crees que sea buena idea llevar a Duane? - le preguntó Madison a su acompañante
- Debe aprender cómo defenderse, este es el mundo en el que vivimos ahora - le respondió.
Madison había conocido a Morgan y a su hijo Duane mientras buscaba provisiones en las casas, los ayudó a escapar de los muertos que los seguían y desde ese entonces estaban juntos. Ella estaba sola, su hermano, el único familiar que le quedaba había muerto o eso creía ella y desde entonces se había dedicado a sobrevivir sola hasta que los encontró. Madison tenía apenas veintiún años cuando todo comenzó hacía unos meses y le parecía increíble cómo en tan poco tiempo había desaparecido todo rastro de civilización, parecía que todo lo que conocían no existía. Si no fuera porque su hermano, el sargento Ford, la había obligado casi a aprender a disparar quizás no hubiese sobrevivido.
- Bien pero debe mantenerse cerca, no me quedan muchas balas y desearía no usar el arma ¿Sabes? El ruido parece atraerlos cada vez más - le dijo la chica.
- Lo se, lo sé pero no quiero dejarlo solo - Emprendieron camino en silencio, entraban y salían de las casas y por lo general no tomaban riesgos, si se acumulaban los muertos sería difícil defenderse y cuidar del niño.
Madison se aventuró a una casa y encontró algunos suplementos médicos que guardo en su mochila, cuando salió vio a Morgan apuntarle a un sujeto, corrió hasta ellos para encontrarse con un hombre en bata de hospital desmayado en el frente de una casa, al parecer Duane lo había golpeado y Morgan se había dado cuenta que no era uno de los muertos, sino un hombre herido por lo que le pidió ayuda a Madison para llevarlo a la casa donde se ocultaban, dejarlo ahí era una sentencia de muerte segura. El mundo podría haberse acabado pero no significaba que ellos deberían olvidar la clase de personas que solían ser y para Maddie que había sido criada por un militar con un alto sentido de la justicia, ser una buena persona era lo más importante en este o cualquier mundo que le tocará vivir. Tomaron al hombre y lo llevaron hasta la casa donde se quedaban, cerraron todo y lo acostaron en la cama, claro que lo ataron pues aunque no parecía una amenaza estaba herido y nadie les aseguraba que no lo hubiese atacado una de esas cosas. Eran buenas personas pero ya no se arriesgaban pues no toda la gente que quedaba era como ellos.
Maddie limpió la sangre del rostro del hombre por el golpe que Duane le había dado y cambió su vendaje, hipnotizada por lo atractivo que era. Por primera vez se dio cuenta de que el hombre estaba en ropa interior con la bata del hospital abierta, mierda pensó mientras sentía como sus mejillas enrojecieron volviéndose del mismo color que su cabello. El hombre comenzó a despertar y ella se puso de pie, se acercó a la puerta y le hizo señas a Morgan para que se encargara pues su amigo era más intimidante que ella.
- Ya le cambiamos las vendas, olia bastante mal. ¿De que era la herida? - le pregunto Morgan
- Un disparo - contestó el hombre
- ¿Disparo? ¿que más? ¿algo?
- ¿Un disparo no basta? - el hombre parecía confundido
- Mire yo pregunto, usted contesta. Es simple cortesía ¿verdad? - Morgan se le acercó para que viera que hablaba en serio - ¿Lo mordieron?
- ¿Mordieron? - volvió a preguntar, quizás de verdad no tenia idea de que hablaban
- Mordieron, rasguño ¿algo como eso? - insistió Morgan
- No, me dispararon - le volvió a repetir - solo me dispararon hasta donde sé - Morgan estiró la mano para comprobar si tenía fiebre pero el hombre se alejó
- Solo déjeme - reviso su temperatura y miró a la chica - se siente bastante fresco. La fiebre ya lo hubiese matado
- No creo tener fiebre - le respondió aun sin entender de qué hablaban
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Until My Last Breath
FanfictionUn hombre desesperado por encontrar a su familia. Una chica que se cruzó por accidente con el hombre más apuesto que había visto, solo para descubrir que estaba casado. Madison se sintió atraída hacia ese hombre desde que Morgan lo ayudó . Rick sol...