Estoy Aterrado.

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Madison veía con una sonrisa a su hijo mayor bailar con Enid y una sonrisa se extendió por su rostro, ese chico era su mayor orgullo y aunque no fuera su hijo de sangre, él y Judith eran todo lo que más amaba en el mundo. Miró a la niña dormir en los brazos de Carol y suspiró, todo era tan perfecto en ese momento que le hubiese gustado congelar el tiempo para que nada cambiara.

- ¿Bailaría conmigo señora Grimes? - la voz de Rick la saco de sus pensamientos y aceptó la mano que le ofrecía para ponerse de pie

- Será un placer señor - la llevó al centro de la pista donde algunas parejas bailaban y la acercó por la cintura mientras ella lo abrazaba por el cuello. Sus ojos se encontraron mientras bailaban lentamente - Sabes... estuve pensando y creo que es momento de que dejemos todo atrás y volvamos a estar juntos... se que estamos juntos pero yo aún conservo mí habitación y ya no quiero estar lejos de ti

- ¿Enserio? - Rick sonreía como si hubiese ganado un magnífico premio - Me encantaría linda... solo quiero que estés segura porque una vez que vuelvas ya no voy a dejar que te vayas - Maddie recostó la cabeza en su hombro y suspiró

- No voy a ir a ningún lado amor

- Tampoco yo preciosa - le prometió besando su mejilla. Bailaron un par de canciones hasta que el cansancio comenzó a notarse en el rostro de la pelirroja pues llevaba dos días tratando de que todo sea perfecto para ese día y apenas había descansado.

Rick le pidió que fueran a casa y tomaron a la pequeña Grimes para irse, cuando estuvieron en su habitación solos él se acercó lentamente a ella para besarla

- Eres tan hermosa Maddie - le susurró acariciando sus espalda, caminaron entre besos para caer en la cama y entre besos y caricias la ropa comenzó a molestarles hasta que terminó desapareciendo mientras se dedicaban a amarse, no había nada en el mundo que los hiciera sentirse más completos que estar así, sin que nada más importara que robarle suspiros al otro.

- Tengo algo que decirte - le dijo Maddie después de haber hecho el amor mientras ambos estaban abrazados

- No me digas que te arrepientes - le pidió él frunciendo el ceño

- No, no me arrepiento amor pero es importante - ella se incorporó para mirarlo - estoy embarazada - la chica pudo ver cómo el color escapaba del rostro de su esposo dejándolo pálido como un fantasma

- Dime que es una broma - le pidió haciendo que ella se pusiera sería

- No.. no es una broma... yo pensé que... que estarías feliz - la chica se apartó dolida

- ¿Feliz? Madison ¿es enserio? Cómo quieres que este feliz cuando puedo perderte - el hombre se sentó en la cama para mirarla

- No vas a perderme Rick - trató de tranquilizarlo pero él se puso de pie y comenzó a vestirse

- ¡No lo sabes! - gritó asustando  a la pelirroja - ¡Mierda Madison no voy a pasar por lo mismo otra vez!

- Yo no soy Lori Rick, todo va a salir bien - la chica aguantaba las lágrimas que en sus ojos

- ¡No lo sabes! ¡No intentes prometer cosas que no sabes si vas a poder cumplir! ¡Lo tenemos todo Madison! Por fin lo tenemos todo y... No puedo hacer esto ahora - le dijo saliendo de la habitación y dejándola sola, Madison se había preparado para la posibilidad de que reaccionara de esa manera porque sabía lo que el hombre había sufrido cuando Lori murió y como le había costado recuperarse pero ella tenía esperanza de que todo sería diferente esa vez y le hubiese gustado que se pusiera feliz. Tenía miedo por supuesto que si porque en cada embarazo hay algo de riesgo pero así había sido siempre, no solo en ese mundo y ahora estaban más preparados que cuando Judith nació, más seguros y había gente que podía atenderla si todo se complicaba. Maggie, Beth y ella darían a luz y todo estaría bien porque se negaba a creer que iban a seguir perdiendo personas, no ahora que todo estaba bien. Se levantó para ponerse una camiseta de Rick y volver a acostarse, estuvo tentada a buscarlo pero prefirió darle espacio para que pensara, le había dolido un poco su reacción pero hizo el esfuerzo de no enojarse porque sabía que había reaccionado así por el miedo que tenía de perderla.

Until My Last BreathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora