¿Me enamore de mi cupido? (Rirae)

« 09 - Preocupado »

— Bueno, gracias por ayudarme a estudiar para mí examen Ricky — dijo el pelirosa con una pequeña sonrisa.

— No hay problema Matt — dijo sonriendole — espero que te vaya bien en tu examen, eres muy inteligente— animó.

— Claro, gracias — agradeció nuevamente mientras se rascaba la nuca  con algo de incomodidad — eh, Ricky, no quiero que te hagas ilusiones con esto, solo quería ayuda, y como Wookie no vino hoy decidí aceptar tu oferta — aclaro el menor.

— O-oh claro, no te preocupes — contesto el rubio forzando una sonrisa.

El camino hasta la parada de autobuses fue algo silencioso, más no incómodo. Pero el rubio sentía que se olvidaba de algo, o más bien alguien.

— ¿Te ocurre algo? — pregunto el menor al ver que Ricky parecía pensativo.

— Ah, no es nada, es solo que.. tengo el presentimiento de que me olvido de algo.

“¿Pero que será?”

— ¿Cómo qué? — pregunto el menor.

— No- — el teléfono del menor sonó.

— Lo siento — se disculpo y saco su teléfono de su bolsillo para saber de quién se trataba, y con una sonrisa atendió la llamada — ¡Wookie Hyung! — dijo el menor

Hyung.

“¿Hyung?... ¡Hyung!”

— Mierda — maldijo y salió corriendo en dirección a la biblioteca.

— ¡Ricky! — escucho el grito de Matthew llamándolo, pero lo ignoro y siguió corriendo hasta llegar a la biblioteca.

¡¿Cómo se puso olvidar de Taerae?! Ahora entiende por qué se le hizo raro no escuchar el típico Hyung de Taerae.

Pero... ¿Cuando lo había perdido? Si juraría que estaba detrás suyo cuando se estaban encaminando hacia la biblioteca junto a Matthew.

Al llegar a la biblioteca está ya estaba cerrada claro, eran las seis de la tarde y eso no le daba buena espina.

¿Y si quedo encerrado? ¿Cómo entraría para rescatarlo? Lo peor era que al menor le daba miedo la oscuridad.

— Carajo, ¿Ahora que hago? — dijo preocupado mientras comenzaba a tronar sus dedos.

Su padres siempre le decían que no lo hiciera, pero era como un tic nervioso y no lo podía controlar.

Estaba preocupado por el pelicastaño, era su responsabilidad cuidarlo porque es su primera vez en el mundo humano, y aunque no lo quisiera admitir, se había encariñado con el castaño en tan pocos días.

Salió del establecimiento para poder pensar en una idea de cómo podría entrar a la biblioteca para poder ver si Taerae se encontraba adentro.

— ¿Y si entro por la ventana tra- — escucho un sollozó.

Un sollozó muy familiar para el, se giró y camino hacia dónde provenía el ruido, ¡Bingo!

— ¡Taerae! — dijo, y cuando el mencionado alzó su cabeza se acercó al menor para abrazarlo.

— H-hyung... — tartamudeo el menor.

— Qué bueno que estés bien, me tenías preocupado — dijo mientras tomaba su rostro entre sus manos y limpiaba las lágrimas que caían de los ojos del pelicastaño.

“Ricky Hyung es muy buena persona”