« 17 - Disculpas »

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Una semana había pasado desde su salida con el pelicastaño.

Bueno... De hecho fueron dos.

Dos semanas en las que el rubio estuvo pensando y aclarando sus sentimientos.

Y más después del “pequeño” incidente en la feria.

— H-hyung... ¿Está todo bien? — pregunto Taerae con un sonrojo en sus mejillas.

Desde ese trágico día no puede evitar sonrojarse con solo mirarlo.

Y es que... ¿Quién podía culparlo?

— Eh.... S-si... solo pensaba — contesto con algo de incomodidad.

Si, así eran las conversaciones desde ese día. Algo incómodas.

El menor tan solo asintió y siguió haciendo lo que estaba haciendo.

Ah, era tan malditamente incómodo.

Ricky no podía soportarlo, aunque sabía que la mayor parte de eso era su culpa.

Pero no sé arrepentía, claro que no.

Aunque, si hubiese sabido que las cosas terminarían así, no lo hubiera hecho.

Mejor dicho, ni siquiera estaba consciente de lo que hizo, solo fue un... ¿Impulsó?

“Tengo que arreglar esto...”

— Taerae — llamo al menor, quien estaba escribiendo algo en un cuaderno — ¿Podemos hablar?

El más bajo cerro su cuaderno y sin dirigirle la mirada asintió.

— Bueno — carraspeó — Y-yo se que estuvo mal lo que hice, y ya me disculpé más de una vez por eso — recalcó el rubio — solo, quiero que lo olvidemos ¿De acuerdo?

“¿Por que carajos eso sonó mejor en su cabeza que cuando lo dijo?”

— C-claro... solo olvidemoslo — dijo en un pequeño susurró. Volvió a abrir su cuaderno y siguió escribiendo.

“¡Mierda!”

— T-taerae no es lo que quise decir... Yo solo-

— No, Hyung. Tiene razón, solo debemos olvidarlo.

— ¡Es que no me exprese bien! — dijo desesperado, sabía que si seguía así, Taerae iba a llorar.

Y el no quería verlo sufrir por su culpa.

— Se que fue muy estúpido lo que hice, pero aún así — trago saliva nervioso — solo digo que... ¡Agh! — paso sus manos por su rostro.

No tenía ni la más mínima idea de cómo hablar.

— Taerae, se que tu más que yo no puedes olvidarlo, después de todo... fue tu primer beso — sabía que el menor se encontraba sonrojado por lo que dijo — y yo fui el idiota más idiota de todos por habértelo robado — ahora el estaba sonrojado — solo quiero que la incomodidad que apareció desde ese día desaparezca.

— Hyung — el menor lo llamó y él lo miro — no estoy enojado, ni incómodo por eso, pensé que usted si lo estaba y eso me hacía sentir mal — explico.

— Lo lamento...

— No hace falta Hyung — dijo sonriendo, dejo su cuaderno a un lado y se acercó al más alto — ¿Amigos? — pregunto levantando su meñique.

Ricky rió por el lindo gesto del menor. Asintió y entrelazó su meñique con el de Taerae.

— Amigos.

Pero... ¿Quería ser solo su amigo?

¿Me enamore de mi cupido? (Rirae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora