Extra 3

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Años después

— ¡MingBao, YoungJae bajen a desayunar! — grito el ahora pelimorado desde la cocina.

Escucho los pequeños pasitos de dos niños bajar desde el segundo piso y sonrió en grande al verlos parados en la puerta de la cocina.

— ¡Buenos días papi! — saludaron ambos menores con una sonrisa. Se acercaron a la mesa y se sentaron uno al lado del otro dispuestos a tomar su desayuno.

— ¿Aún no se levanta su padre? — pregunto Taerae con el ceño fruncido.

MingBao negó con la cabeza.

— Creo que aún sigue durmiendo — comento YoungJae llevando una cucharada de frutas a su boca.

Taerae soltó un suspiro, cansado, camino hacia las escaleras para poder llegar a la habitación que compartía con su amado esposo. Abrió la puerta y efectivamente, tal como lo habia dicho YoungJae, Ricky se encontraba durmiendo. Sonrió de lado al verlo tan calmado.

Se acercó lentamente y se sentó al borde de la cama.

— Ricky — lo llamo mientras lo movía lentamente.

— Mmhh — se quejo el rubio aún sin despertarse. El pelimorado rio.

— Ya es tarde, Ririe, tenemos que llevar a los niños a la escuela.

— Tengo sueño, mañana — pidió Ricky con un puchero en sus labios. Él menor desapareció el tierno puchero con un besó.

— Te estaremos esperando abajo, te amo — dijo antes de salir de la habitación.

— ¡Yo también te amo! — escucho el grito de Ricky desde la habitación y sonrió.

Ah..., todo parecía tan perfecto para Taerae. Simplemente amaba su vida.

¿Cómo podía decir que no lo hacía?

Se casó hace seis años con el hombre que ama, y tan solo un año después resultó que estaba esperando un bebé, bueno, más bien dos. Nunca olvidaría la cara que puso Ricky cuando se enteró de la noticia.

Al igual que tampoco olvidaría cuando cargo a sus pequeños y hermosos hijos entre sus brazos por primera vez. Sus primeras palabras, sus primeros pasitos, todo. Cada detalle lo guardaba en lo más profundo de su corazón, estaba agradecido con la vida.

Si habían veces en las que extrañaba mucho a Yujin y Hanbin, pero gracias a Ricky pudo aliviar ese dolor.

— ¡Papá! ¡MingBao me sacó la lengua! — escucho el grito de su hijo menor — durante cinco segundos — rio.

— Ming, no molestes a tu hermano — le regaño Taerae, el mencionado lo miro con un puchero.

— Está bien — dijo, Taerae le revolvió el cabello con ternura.

— ¿Iniciando un alboroto sin su padre? — escucharon la voz de alguien muy familiar atrás suyo — me siento traicionado.

— ¡Papá! — chillaron felices ambos menores y corrieron para abrazar al mayor, quien los recibió con una sonrisa.

— ¿Cómo están mis pequeños diablitos? — pregunto mientras les revolvía el cabello a ambos.

— ¡Bien! — respondieron los menores.

Taerae rio por la tierna imagen.

“Sin duda alguna, no cambiaría mi vida por nada”

Ricky alzó la vista hacia el pelimorado, quien se encontraba sonriendo por aquella escena reciente, se acercó a él y lo tomó de la cintura para poder besarlo.

— ¡Iugh! — escucharon a los menores decir.

— Haber par de enanos — dijo Ricky separándose de Taerae y volteandose a ver a sus hijos — ustedes en algún momento también harán eso.

— ¡Nunca! — dijeron al unísono con una mueca de asco en sus tiernos rostros.

— ¡Ya verán! — dijo el rubio mientras comenzaba a correr detrás de ellos.

Taerae solo podía reír por la clásica escena de todas las mañanas. Hasta que se fijó en la hora.

— ¡Faltan cinco minutos para que empiecen sus clases niños! — grito desesperado.

— ¡Mierda! — escuchó como los amores de su vida maldecian al mismo tiempo.

“No, no cambiaría nada de esto”

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Ahora sí, ya se acabó está linda Adaptación, espero les haya gustado!! Nos vemos en las actualizaciones de Lentos brinquitos. <3

¿Me enamore de mi cupido? (Rirae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora