« 15 - Cita »

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Ricky caminaba de un lado a otro en la sala de su casa con una expresión sería en su rostro.

El pelicastaño solo se limitaba a observarlo, quería dar una excusa pero no sabía exactamente cuál.

Todo había pasado tan rápido que no siquiera él sabe cuándo fue que llegaron al hogar del rubio.

— Lo siento... — fue lo único que dijo Taerae, bajando la mirada mientras jugaba con sus dedos.

Ricky lo miro por unos segundos para luego suspirar.

— No fue tu culpa Taerae — dijo y se sentó al lado del menor — solo me estabas ayudando y lo arruiné.

— ¡C-claro que no! — levanto su mirada para poder ver a su mayor — yo provoqué que golpeará ah esos chicos... — hizo un pequeño puchero — Y-yo tuve la culpa... — sus ojos se cristalizaron.

— Ey, no llores Taerae — dijo rodeando con sus brazos el cuerpo del menor — no fue tu culpa, ¿De acuerdo? — acarició la cabellera del pelicastaño, quien solo se aferró a él y soltó leves sollozos.

Se sentía extraño, comparado con las otras veces que tenía contacto con Taerae, está vez se sentía muy diferente, casi real.

Y hablando de real.

— Taerae — le llamó el mayor.

— ¿S-si? — dijo sin separarse del rubio.

— ¿Cómo es que te pueden ver? — pregunto curioso.

El menor se separó de Ricky y lo miro a los ojos.

— Bueno — sorbio su nariz — cuando usted se quedó dormido, Jinnie vino a decirme que Hanbin Hyung quería hablar conmigo.

— ¿Jinnie? — pregunto levantando una ceja, no sabía porque, pero sentía celos de aquel raro apodo.

¿Por qué él no tenía uno?

— Si, es mi amigo — explico el menor con una ligera sonrisa — el vino a decirme que Hanbin Hyung quería hablar conmigo.

— Ok, ¿Y de que quería hablar?

— Me pregunto cosas de la misión, usted, y si me sentía a gusto — contó.

— Ok, pero eso no me explica cómo es que todos pueden verte — dijo el rubio.

— Oh, claro. Bueno, cuando estaba por regresar, Hanbin Hyung me dió esto — saco un collar de su cuello — me dijo que lo utilizará para ayudarlo, dijo que con esto podría ser un humano cuando me lo pusiera — dijo emocionado.

El mayor formó una “o” con sus labios mientras asentía.

— Aunque creo que no lo ayude mucho — bajo la mirada.

— Taerae, ya te dije que no es tu culpa — dijo el rubio mientras tomaba el mentón del menor para levantarlo para así poder verlo a los ojos —¿Qué te parece si aprovechamos el hecho de que eres un humano ahora?

El menor lo miro confuso por unos segundos.

El mayor se levantó y le extendió su mano al menor.

— Taerae, ¿Quisieras tener una cita conmigo? — pregunto con una sonrisa.

¿Me enamore de mi cupido? (Rirae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora