Capítulo 17

176 26 2
                                    

NAYEON'S POV:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NAYEON'S POV:

Las primeras semanas en casa se sintieron normal, aunque una versión algo mejorada a eso. Me siento mucho más libre, no teniendo nada que ocultar sobre mí misma y pudiendo traer a mi novia a casa cada vez que quiera. Hoy, viernes por la noche, Jeongyeon vino a quedarse, muy a pesar de mi madre. Aunque sí tengo que reconocer que ha intentado mejorar su relación conmigo, varias veces ha intentado hablarme nuevamente sobre la biblia, y no estoy en contra de la religión, pero no me gusta oírla por el simple hecho de que ella está tratando de cambiarme. No quiere leerme la biblia para que yo aprenda o valore otras cosas, lo que ella quiere es que yo deje de ser lesbiana.

Al tercer intento me dejó tranquila, intenta evitar esa parte de mí, no permitiéndome hablar sobre ello -o sobre mi novia- la mayor parte del tiempo, sobretodo si estamos en la mesa. Pero de todas formas, no se opone a que la traiga a casa, porque al menos Jeongyeon siempre le cayó bien. Creí que me diría que no tengo permiso de cerrar la puerta o algo por el estilo, pero fue todo lo contrario; prácticamente estoy obligada a cerrar la puerta cuando Jeongyeon está en casa, porque mi madre no quiere vernos cercanas por accidente.

Con mi novia estamos haciendo los últimos planes para mi cumpleaños, que es la semana que viene. Al fin cumpliré dieciocho años y seré un poco más libre de todas las ataduras que vengo cargando desde que nací, al igual que mi hermana. Jihyo se encuentra en su habitación con Sana, también teniendo una pijamada, se supone que también terminaría de ver algunas cosas de la fiesta, ya que la haremos en conjunto.

Nuestra costumbre siempre es invitar a toda la gente que queramos, cada una tiene su lista por su parte, pero aclaramos que será una fiesta doble, ya que ambas cumplimos el mismo día. Además; por obligación de nuestros padres, familia lejana y gente que no teníamos ningún interés por conocer debían de estar en nuestra fiesta. En la celebración, tenemos dos pasteles, primero yo soplo la vela, por haber sido quien nació antes, y ella lo hace luego. Así cada una puede tener su momento. Es algo que empezó desde que somos niñas, por iniciativa propia, lo único que nuestros padres no forzaron, y se ha mantenido como una tradición hasta el día de hoy.

- No tienes muchos invitados -dice mi novia, viendo mi lista de quince personas; años atrás, ese papel hubiese estado lleno con más de 50 invitados.

- No quise hacerlo muy escandaloso esta vez, y no incluí familiares ni a nadie de la iglesia.

- Me parece bien si eso es lo que quieres -dijo, acercándose a mí-. Mis fiestas no sobrepasan los 10 invitados; cinco amigas, mis abuelos y una tía que me agrada.

- Debe ser lindo tener una fiesta pequeña, ¿no?

- Es cómodo, no quiero invitar a gente que no vale la pena a una celebración tan importante como lo es mi vida -ella rió, y yo la acompañé en ello. Jamás había pensado en esto, si soy honesta, mis fiestas siempre fueron grandes y se trataban más de el resto que de mí misma.

our parents; 2yeon, sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora