« Dos hermanas con una vida ya planificada desde el momento en el que nacieron, pero ambas querían cosas distintas... Y a personas distintas »
tw; homofobia,
problemas parentales,
uso de drogas.
♡ : 2yeon, sahyo.
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DÍA DEL CUMPLEAÑOS
Para la sorpresa de ambas hermanas, su madre no se negó a la lista de invitados que ambas entregaron a la espera de recibir su autorización. Pese a que en esa lista habían nombres que a la mujer no le agradaban, decidió por esa sola vez dejarlo pasar, pero haciéndole prometer a sus hijas que no se saldría de control. Para ser honestas, la fiesta no podría ser más tranquila; solo habían invitado a sus amigos más cercanos, gente que realmente les agradara tener cerca y que, en su mayoría, eran personas calmadas, y los que eran más ruidosos, seguían siendo igual de respetuosos.
Nayeon trenzó su cabello y unió todo en un moño que dejaba solo un par de mechones fuera. Llevaba un vestido blanco por sobre los tobillos, con unas cortas y esponjosas mangas que no llegaban a cubrir sus codos, con botones bajando por la parte frontal, decidiendo dejar un par de éstos abiertos para crear un pequeño escote, sin dejar mucho a la vista.
Jihyo, por otra parte, también llevaba un vestido blanco, con el mismo tipo de hombreras que su hermana, pero con la diferencia de que el suyo era un tanto más corto; llegando hasta la altura de sus rodillas. Era estilo princesa y bastante femenino, por lo que su madre decidió omitir cualquier tipo de comentario respecto del largo de la prenda.
El lugar indicado para la fiesta era el amplio jardín trasero, de esa forma había un mejor ambiente y no debían encerrarse dentro de casa al festejar. Para ser honestas, últimamente se sentían demasiado agobiadas al estar dentro del lugar, por lo que preferían salir a cualquier parte con tal de no estar ahí. Luego de la intromisión del padre de ambas chicas, hubo unas cuantas veces más en las que trató nuevamente de ingresar a la habitación de Nayeon y agredirla no solo con palabras, sino que físicamente.
Las primeras en llegar fueron, por supuesto, Jeongyeon y Sana. Ya se conocían bastante entre ambas, y poco a poco su amistad comenzaba a surgir, por lo que llegaron juntas a la fiesta. Las dos se abrazaron a sus respectivas novias, entregándoles la bolsa con el regalo, y como estaban al tanto de la existencia de la otra melliza, traían un regalo extra.
— Es un muy, muy bonito vestido, Nayeon —le dijo Jeongyeon, tomándola por la cintura.
— ¿Lo es? Nunca antes había utilizado un escote.
— Se ve muy bien... —se acercó a su oído, haciendo a Nayeon sonreír al sentir su aliento chocando contra su cuello—. Sobretodo, me gusta que no muestres tanto al resto de invitados.
Nayeon rió con fuerza, aferrándose al cuello de su novia para dejar unos cuantos besos sobre sus labios.
Su madre la observaba desde lejos, pero se prometió a sí misma y a sus hijas que trataría de ser más tolerante, al menos por ese día tan especial. Si bien, aún Jihyo no mencionaba abiertamente sobre su gusto por las mujeres y acerca de su novia; su madre quería ser precavida ante cualquier sorpresa que pudiese surgir. Después de todo; ninguna de sus hijas había traído un novio alguna vez, o siquiera la noticia de que se sentían atraídas por algún chico. Lo que, desde que Nayeon salió del closet, avivó sus sospechas de que Jihyo podría ser igual a ella.
