Capítulo 19

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El despertar de las hermanas Im fue muy similar; ambas sudando y con sus latidos al máximo por la pesadilla que las atormentó durante toda la noche, para su suerte, sus novias se encontraban justo a su lado para consolarlas en cuanto abrieron sus ...

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El despertar de las hermanas Im fue muy similar; ambas sudando y con sus latidos al máximo por la pesadilla que las atormentó durante toda la noche, para su suerte, sus novias se encontraban justo a su lado para consolarlas en cuanto abrieron sus ojos. El día anterior, se suponía que debía ser de puro disfrute, y aunque al principio lo fue, todo se arruinó en la noche, dejándolas realmente afectadas. Los recuerdos seguían reproduciéndose sin fin cada vez que daban un paso dentro de casa, era como si ese reptil siguiese suelto por ahí.

Era duro saber que tendrían que vivir con miedo de que algo les suceda, todo estaba yendo tan bien y estaban realmente tranquilas viviendo con su madre; pero eso llegó a su fin. La realidad les cayó como un balde de agua fría, y hasta que consiguieran alejarse de su padre definitivamente, no podrían estar en calma.

Ambas chicas se levantaron temprano, dirigiéndose de forma inmediata a testificar en contra de su padre. Afortunadamente, la justicia no se hizo esperar demasiado; la orden de restricción estaba lista y siendo notificada a su progenitor. Estarían lejos de él por al menos tres años, e incluso había sido expulsado de la Iglesia a la que asistían por los múltiples pecados cometidos.

Durante la tarde, Jeongyeon y Sana se mantuvieron preocupadas sobre el estado en el que podrían permanecer las chicas, pero de todas formas, no se podían quedar con ellas todo el día debido a sus propias responsabilidades.

Nayeon y Jihyo decidieron distraerse un rato; prepararon una canasta con sus snacks preferidos, bebidas y perlas para hacer sus propias pulseras. Estando ya en frente del río, se posicionaron sobre una manta, listas para tener un rato agradable después de todo el estrés vivido en tan solo un lapso de semanas. Sus vidas se habían puesto patas arriba en poco tiempo, pero siendo honestas; preferían esto a como solían vivir antes. Al menos, sabían que luego de todo esto, vendría su verdadera felicidad y calma, el resto solo serían malos recuerdos.

Se sentían afortunadas de tener a sus novias y no seguir ocultándose, era una de las sensaciones más agradables que hayan podido sentir desde hace mucho tiempo, el haberse revelado en contra de sus padres y la forma en la que se les impuso vivir desde que eran niñas fue una de las mejores decisiones que hayan tomado en sus vidas, veían el cambio positivo que eso generó, dejando de lado algunas consecuencias que eran obvias que llegarían; tenían la tranquilidad de que muy pronto estarían viviendo como siempre quisieron.

— ¿En qué piensas, Jih? —preguntó Nayeon observando fijamente a su hermana. La había estado mirando desde hace algunos minutos, notando cómo ésta dejó de armar su accesorio para perderse mirando a un punto específico del piso.

— En que papá es un hijo de puta... Mamá ha estado siendo su mejor versión desde que él se fue de casa; ¿habrá sido así siempre y solo quedó opacada por la maldad de él? —Jihyo se encontraba aún algo incrédula por todo lo que estaban viviendo, reflexionaba varias veces al día sobre ello. Sobretodo después del tema con la serpiente, ya que fue a ella a quien más le afectó emocionalmente.

our parents; 2yeon, sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora