(II) : Capítulo 20

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NAYEON'S POV:

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NAYEON'S POV:

¿Quién diría que estoy viva para mi baile de graduación? Definitivamente no la Nayeon de catorce años que tan solo rogaba por dejar de respirar. Y muchísimo menos la Nayeon de dieciséis años que comenzó a consumir drogas para escapar de su realidad. Es loco pensar lo mucho que he avanzado en mi vida, y que todo eso fue gracias a que me enamoré de una chica maravillosa, a quien hoy felizmente puedo llamar «mi novia». Me siento orgullosa de haber podido salir de todo eso en lo que estuve hundida por tanto tiempo, la tristeza y frustración realmente llegaron a hacer estragos en mi mente durante mi adolescencia, pero afortunadamente; mi vida dio un cambio muy positivo.

Junto a Jeongyeon decidimos terminar de prepararnos juntas, tal cual hicimos todo en compañía de la otra desde que ella ingresó a la escuela. Jihyo y Sana tuvieron la idea de no verse hasta que estuviesen lista, como si de un matrimonio se tratase; y no las juzgo, es algo realmente romántico. Pero si soy honesta, quiero ver todo el proceso de preparación de mi novia, al igual que ella quiso ver el mío. Para ocultarnos cómo nos vemos tendremos el día de nuestra boda.

Como estuvimos juntas preparándonos, nos demoramos más de lo que a mi hermana le tomó. De todas formas, Jeongyeon trajo el auto de sus padres, teniendo su licencia de conducir no había problema con llegar por nuestra cuenta.

Mi vestido es simple, un rosa pastel, de tiro corto y con algunos botones del mismo color decorando la parte delantera. Aunque pese a ser sencillo, es muy bonito, y realmente encaja mucho conmigo. Mi novia se encargó de nuestro maquillaje, ella estuvo lista primero que yo, aunque su peinado aún no estaba completo. La estrella de la noche sin dudas fueron mis labios rojos, algo que no me había atrevido a usar antes. Además de unos pequeños fragmentos de mi cabello teñidos de rosa; el mismo color de mi vestido. Mamá odió ese cambio en mi cabello, el color artificial no le agradaba, pero a mí sí. Y me encanta que combine con el cabello rosa de mi novia.

Al estar listas, salimos de casa y nos dirigimos directamente a la escuela; en donde vimos lo elegante que era la fiesta y lo bien que estaban pasándola todos. No nos tomó ni un solo segundo el dirigirnos a la mesa de los snacks, tomando todo lo que podíamos en un pequeño plato. Si hay algo que nos caracteriza a Jeongyeon y a mí es que adoramos comer snacks; siempre que podemos, tomamos la mayor cantidad posible para irnos a comer en una esquina –o mi habitación, en caso de estar en mi casa– para que nadie se dé cuenta de la cantidad que hemos sacado.

Aún comiendo y tratando de ocultar todo lo que sacamos, mi novia se ve absolutamente perfecta. Su vestido azul resalta su cabello rosa, éste está trenzado por sobre su cabeza, dándole el aspecto de que estuviese utilizando una corona. Mirándola y fijándome en los detalles de todo lo que la conforma; realmente parece una princesa. Mi princesa.

Sostuve su mano, interrumpiéndola de seguir con sus snacks, para dejar un beso sobre esta y reír al ver su expresión de sorpresa.

— ¿Y eso?

— ¿Acaso no puedo besar a mi novia?

— Puedes... Pero me interrumpes de seguir comiendo, Nay.

Reí con fuerza, metiéndole alguno que otro canapé dentro de la boca para acallarla.

— Te ves hermosa, diría que eres la mujer más bella de todo este planeta —comencé a elogiarla, causando un sonrojo que era visible a través de su maquillaje—. Te pareces a Cenicienta... Y a mí me gusta mucho Cenicienta.

— Suerte que solo me parezco y no soy —ella murmuró, riéndose a carcajadas cuando recibió un golpe en el hombro de mi parte.

— Santo cielo... Amor, estoy tratando de coquetear, déjame ser romántica.

— Buena suerte con eso, hoy no planeo irnos a encerrar a un baño porque te subió la calentura.

Bufé en alto, sabiendo que eso había pasado veces anteriores cuando coqueteábamos de vez en cuando y no podíamos manejar las cosas que terminábamos diciendo. Pero esta vez no sería así, simplemente estoy en un humor que quiero recalcarle lo bella que es y lo importante que es en mi vida. Sin embargo, también sé que, muchas veces, mi novia es tímida con este tipo de coqueteo, y el burlarse es su forma de tratar de disipar la vergüenza que le produce ser admirada.

— No quiero ir a encerrarme en un baño —la interrumpí de seguir comiendo, tomando sus manos para guiarnos a la pista de baile—. Solo quiero que sepas lo mucho que te amo, y que sin ti hoy no podría ser tan feliz como lo soy.

— También te amo, Yeonnie... Y creo que habrías podido hacerlo sin mí, solo necesitabas un empujoncito.

— Y tú eres ese empujoncito que necesitaba —dije a la vez que apoyaba mi cabeza en su hombro, abrazándome fuertemente a su cintura.

Bailamos por un rato, coqueteando entremedio de todo, hasta que llegó la hora de los reconocimientos y presentaciones de cada alumno de este último año. Con Jihyo recibimos un diploma por nuestras calificaciones, lo cual no me hizo tan feliz como alguien estaría, ya que sé lo que tuvimos que vivir para obtenerlas, así que tan solo traté de distraerme durante todo el reconocimiento para no aburrirme. Luego, cuando llegó la hora de presentar los talentos de cada uno –de quien quisiera, no era obligatorio–, en medio del show me tocó a mí, siendo la primera vez que tocaría la guitarra y cantaría en público. Los nervios quisieron tomar control de mi cuerpo, pero con ver a mi familia en el público supe que podía hacerlo.

Al bajar, Jihyo me dio un fuerte abrazo, el cual disfruté por todo lo que duró. Mi hermana siempre fue el pilar que tuve para no terminar de rendirme, y sigue siéndolo. Cuando me soltó, me dirigí a mi novia, dándole un beso para festejar mi primera vez cantando en un escenario.

Fuimos a comer lo que sería la cena, para luego volver a bailar, esta vez un vals lento y romántico. En este preciso instante me di cuenta de que, sin Jeongyeon, mi vida sería completamente distinta a lo que es ahora. Probablemente, seguiría siendo atormentada por la forma en la que viví durante tantos años. Y no quiero dejarla ir, no quiero que esto termine jamás, quiero crear una vida con ella e incluirla en toda mi rutina diaria; desde despertar junto a ella, hasta irnos a dormir juntas.

— ¿Sabes que Sana y Jihyo hicieron una promesa de que en dos años más tendrán un hijo? —comencé hablando, ella simplemente asintió; probablemente Sana le haya contado, ya que al pasar tanto tiempo junto a nosotras, su amistad se ha ido fortaleciendo al punto de llamarse a la otra como su «mejor amiga»—. Quiero que sepas, Jeongyeon, que viviremos juntas pronto. Apenas me acepten en una universidad, compraremos una casa y viviremos ahí.

— ¿Estás segura de que eso es lo que quieres, amor? —ella preguntó, sin siquiera oponerse a mi idea.

— Absolutamente.

— Entonces eso es lo que haremos.

Y así, tan solo de esta forma, sé que nuestra historia de amor está tan solo en el comienzo.

(2/2) FIN.

(2/2) FIN

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our parents; 2yeon, sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora